Benvolguts,
El bon amic del GOAL Carles Marc m'ha fet adonar del Bloc
SÚMATE. I m’ha enganxat!
http://www.sumate.cat/
SÚMATE, és una associació fundada per immigrants de totes les procedències i edats, sovint fills i nets dels que varen arribar a Catalunya els anys 60, i que han decidit que Catalunya era la seva terra i que calia lluitar per aconseguir la independència!
Us copio l’anunci de l’acte del dijous 3 d’octubre al que penso assistir. Si us sembla interessant podem anar-hi plegats!
Us copio dos tasts del seu Bloc:
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Carta publicada en La Vanguardia el 05/09/2013 i afegida al
Bloc Súmate.cat el miércoles,
28 de agosto de 2013.
Catalunya años 60
Final del manifest del
president de SÚMATE:
Por mi parte, y desde que se creó
Súmate, he
decidido dedicar el resto de mi vida a contribuir en la tarea de crear para el futuro de mis nietos un país
mejor, y no sólo para mis nietos, sino para toda la juventud,
que desde tan temprana edad, empiezan a desesperarse porque no ven una luz que
les anime a estudiar o a trabajar, porque no ven el fruto de su esfuerzo, ya
que cada vez, es más inútil su sacrificio si no ven que al final tienen la
recompensa de poder disfrutar de algo construido para el bien común.
Porque el propósito de los gobiernos
es que cuanto más necesitada esté la gente, mejor puede dominarla.
Pues hasta aquí hemos llegado: Cataluña ha dicho ¡basta!
Eduardo Reyes.
Presidente de SÚMATE
Presidente de SÚMATE
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Carta molt interessant, que
expressa el que ahir dèiem: [...] que una gran majoria de catalans estem ja alliberats
mentalment. És el primer
pas. Aquesta convicció ens portarà a la independència...
I aquests catalans de
SÜMATE són de totes les procedències però han escollit ser fidels a Catalunya i
un bon mot d’ordre és que s’usa i s’explica en aquesta carta d’un altre adherit
a SÜMATE
Después de la #Diada: "A los
catalanes ya nos da igual"
Martes, 17 de septiembre del 2013 Ramon
Gutiérrez (Salou)
Señor Rubalcaba: Soy un socialista,
¡ay!, catalán de padres andaluces, y sigo con frecuencia e interés
sus intervenciones, especialmente las referentes a la Diada nacional de
Catalunya. Ante su próxima visita a nuestro país, donde tendrá ocasión de
manifestarse nuevamente, me gustaría trasladarle mi opinión sobre nuestra
situación, no tanto porque piense que representa a una amplia mayoría de
catalanes (que también), sino porque creo que tiene interés para usted, y en
general para la clase política, escuchar más al ciudadano de a pie que a sus
correligionarios, seguramente más preocupados, a la hora de asesorarle, en
mantener su propio estatus que en resolver las cuestiones que preocupan a sus
representados. Mi
preocupación: creo que desde hace años
se ha traspasado ampliamente una línea roja en la política española consistente
en el ninguneo, el desprecio y el avasallamiento, de facto i de iure, de
Catalunya. Unas veces por intereses electorales, otras por
centralismo, por perspectiva imperialista, por desconocimiento o cualquier otra
causa... nos da
igual. Atrás quedan la Constitución, los estatutos de autonomía,
el pacto fiscal y los intentos fallidos de acomodarnos como buenos vecinos,
porque, si alguna cosa tenemos clara en la Catalunya de hoy es que no
necesitamos una carta rogada al estilo de las del siglo XIX, aquellas
concesiones que otorgaban los reyes para calmar las protestas de sus súbditos.
Guárdense su concesiones el ministro
Margallo y usted mismo (y, de paso, el señor Navarro) y no insistan más en esta
vía: España nos hará alguna concesión para salir del paso, porque nos da igual.
No pierdan el tiempo en recontar y cuestionar los asistentes a nuestras
manifestaciones, hacer fotografías de la parte trasera del escenario del
Concert per la llibertat, decir que ponemos figurantes de cartón, cuestionar la
legitimidad de Rafael Casanova, los hechos de 1714 o cualquier otra crítica, porque nos da igual.
Sabemos que buena parte de la elite política actual, también la catalana, que
no conoce otro modo de vida que los ingresos públicos (sean mediante
transferencia o mediante sobre), antepone sus propios intereses: ser diputado,
o senador, tal vez ministro y mejor si es de Exteriores, a las aspiraciones y
el mandato de sus electores. Pero estos, al fin, ven llegada la posibilidad
de una nueva etapa donde todo sea posible, sin el lastre de un sistema del
pasado que ya nos da igual. Nos da igual,
porque no deseamos, ni necesitamos nada de nadie; no esperamos que nos hagan
ningún favor, que nos den un dinero que no es nuestro ni que nos hagan autopistas,
puertos o aeropuertos que correspondan a otros. Lo que queremos, más que nada,
es ser. Queremos ser como somos, gente trabajadora, pacífica y digna y,
también, orgullosa. Con nuestras virtudes y nuestros defectos, queremos que
nos reconozcan como sus iguales (no más, pero tampoco menos) y así, como sus
iguales y si las circunstancias y el buen sentido de todos lo permiten, y
después de este reconocimiento, entendernos y tender puentes de buena vecindad
que nos aseguren a todos el mejor de los futuros posibles. Hoy, la ciudadanía
de Catalunya, de manera mayoritaria, ha tomado conciencia de su existencia, de
sus derechos y de sus expectativas, y ningún escenario de los que nos
dibujan, por apocalíptico que sea, nos va a hacer cambiar nuestra manera de ver
las cosas, porque ya nos da igual.
Creo, señor Rubalcaba, que la mejor
opción, y no solo para los socialistas españoles y catalanes, es un giro
radical en la actual orientación, que pase por el reconocimiento de la
identidad catalana, del derecho de los catalanes a que tomen sus decisiones,
equivocadas o no, de que estos puedan expresarse libremente con todas sus
consecuencias. Y si llega el caso de una Catalunya independiente, poder
presentarse, cuando menos, como una opción que defiende las libertades y
respeta las opiniones de los ciudadanos, para así poder comenzar a trabajar de
nuevo desde el día 1 por las ideas de progreso que tanto usted como el señor
Navarro y a despecho del esfuerzo de generaciones anteriores, parecen estar
condenando a la extinción. Hoy, la paradoja, señor Rubalcaba, es que para que exista una posibilidad de seguir juntos, primero
tendremos que separarnos, y cuanto mejores sean las condiciones de la
separación, más aumentarán las posibilidades de una nueva unión, porque
no se puede negociar nada desde la desigualdad y la asimetría, ¿y sabe por qué?
Porque cualquier
otra opción, a los catalanes nos da igual.
Ramón Gutierrez en El Periódico
Joan
A. Forès
Reflexions
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