dissabte, 17 de juliol del 2010

17/07/10. Un interessant article de Borja de Riquer!

Benvolguts,

Avui presentem un article de Borja de Riquer Permanyer, catedràtic d'Història Contemporània de la UAB.
 Una anàlisi d’algunes de les moltes vegades que Catalunya ha intentat escapar-se del jou d’Espanya, ordenadament, i tal com en el Mite de Síssif, després de cada fracàs de civilitzar Espanya hem hagut de tornar una i altra vegada a començar...
Esperem que aquest cop sigui el darrer!

Vegem el començament de l’article:

Prohibir realidades no soluciona nada

El TC niega la pluralidad. Ya ni es constitucional definir a España como "nación de naciones"
“A lo largo de casi un siglo, las pretensiones de muchos catalanes de lograr un mejor acomodo y reconocimiento dentro de España han sufrido una serie de frustraciones y éxitos que quizás hoy, tras el reciente fallo del Tribunal Constitucional (TC), pueden ser útiles recordar y analizar. En 1918-1919 naufragó en las Cortes Españolas un primer proyecto de Estatuto de Autonomía para Cataluña impulsado básicamente por la Lliga Regionalista.…
El 14 de abril de 1931, un "irlandés", Francesc Macià, proclamó unilateralmente la República Catalana en el marco de la ruptura política con la Monarquía española. Sin embargo, y desde la posición de fuerza que le otorgaban los hechos consumados, Macià se avino a rehacer el pacto hispánico si el nuevo régimen español tenía un carácter confederal o federal. Año y medio después, el proyecto de Estatuto catalán aprobado masivamente en un plebiscito en agosto de 1931, era rebajado notablemente por las Cortes Republicanas y reducido a un régimen autonómico regional dentro de un "Estado integral", en absoluto federal. Macià y los suyos, por pragmatismo y pensando sobre todo en la necesidad de estabilizar el régimen republicano, aceptaron la solución…
Tras casi 40 años de dictadura centralista y nacionalista española, un nuevo proceso de cambio político, fruto de un pacto y no de una ruptura como el republicano, culminó en una Constitución que convertía a España en un Estado ampliamente descentralizado, aunque no federal. De este modo, el nuevo régimen autonómico catalán, el Estatuto de 1979, apenas se diferenciaría de los otros, dado que la Constitución convertía la autonomía en obligatoria para todas las regiones españolas. Ahora bien, dado que el pacto político era el fruto de las circunstancias de la Transición, la Constitución fue interpretada por muchos como el punto de partida que marcaba el fin de la dictadura y el inicio de un proceso democrático que posibilitaría futuras reformas e incluso desarrollar y concretar la ambigua solución dada a las nacionalidades y regiones. Otros, en cambio, interpretaron la Constitución como el punto de llegada, el marco final y máximo de las atribuciones autonómicas. Estos últimos lograron incluir en el texto constitucional la "indisoluble unidad de la nación española", es decir, que no había lugar para los que no se identificasen con esa nación única y obligatoria…”

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