Benvolguts,
Vegem com el Rajoy se’n fot dels catalans! És normal. Ens ho
deixem fer...
Uns refranys s’escauen per acompanyar aquest article (un d’ells
citat per l’autora):
·
De fora vingueren que de casa ens tragueren
·
De ponent ni vent ni gent
Defensor indefenso
Pilar Rahola en La Vanguardia
el 8 marzo, 2015 en Derechos, Ética, Igualdad, Libertades, Política, Sociedad, Sociología, Valores
OPINIÓN
Catalunya
tiene Síndic de Greuges desde 1409 y España tiene Defensor del Pueblo desde
1981
Deberían subir el sueldo a los miembros del
Constitucional porque hacen tanto trabajo decapitando leyes catalanas que se
están ganando la medalla de Isabel la Católica. No pasa semana que no tengamos noticias
vinculadas a este persistente espíritu capador, lo cual nos recuerda que no
estamos delante de los tuteladores de la Constitución, sino enfrente de un
organismo político puesto por políticos y que tiene como objetivo el ideal
político de cortar las alas a las naciones históricas.
Y a fe de Dios que, entre
viajes al Caribe, cocidos madrileños y tardes de toros, alcanzan el objetivo
con notable eficacia. Como que, además, se puede ser presidente del Constitucional con el
carnet del PP en la boca y se pueden juzgar cuestiones catalanas después de
haber dejado Catalunya a la altura del betún en algún libro, todo queda
redondo: guardianes de la España una y unívoca ejerciendo el arte de la tijera con encomiable celo.
Lo único vergonzoso es recordar los insignes nombres catalanes que forman parte
del aquelarre.
La última bruja quemada es la Sindicatura de Greuges, que había tenido la pretensión, ley
catalana en mano, de ser la Autoridad
Catalana para la Prevención de la Tortura. El Constitucional ha considerado
que eso invadía las competencias del Estado -debe ser por la histórica
tradición contra la tortura del susodicho Estado…- y ha pasado el cuchillo.
Dado que es una más de la cantidad ingente de competencias que nos han hurtado,
la cosa no genera ni sorpresa. Sin embargo, no sobra recordar que la institución
del Síndic de Greuges tiene raíces
catalanas muy antiguas, tanto que desde 1027, bajo el impulso del abad Oliba, ya se había
promulgado la llamada Constitució de Pau i Treva, previa a los greuges de Cort de
Pere el Cerimoniós, que a su vez sería la antesala de la sindicatura que
crearía Martí el Humà. No quisiera poner el dedo en la llaga, pero Catalunya tiene
Síndic de Greuges desde 1409 y España tiene defensor del pueblo desde 1981.
Es decir, la tradición catalana de luchar contra los agravios que los ciudadanos
pueden sufrir por culpa de los abusos del poder se remonta a siglos de
historia. Ni
Castilla, en tanto que nación madre del concepto actual de España, ni la propia
España han demostrado esta voluntad secular.
Y, sin embargo, llegan con su tribunal, sacan las tijeras y nos arrancan aquello que
siempre ha formado parte de nuestra vocación. No es nuevo, pero es muy cansino.
¿Es necesaria tal minuciosidad en recortar,
prohibir, usar y abusar de la Carta Magna con el fin de inutilizar instrumentos
catalanes que sólo tienen la pretensión de servir mejor a los ciudadanos? Es
evidente que lo es, desde su perspectiva unificadora, pero no deja de ser muy antipático y fastidioso
que no sólo nos copien nuestras instituciones, sino que encima nos capen las
propias. ¿Cómo era aquello de de
fuera vendrá quien…?
Joan A. Forès
Reflexions
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