Benvolguts,
A partir de les anàlisis proposades ahir sobre l’actual capitalisme monopolista, avui
comentarem l’article en forma d’entrevista anomenat Análisis: ¿Cómo funciona una sicav?
L’article, del juny 2014, parteix de la base que gràcies a les sicavs hi ha menys defraudació fiscal i
a més a més els diners es queden al país en comptes de marxar cap a paradisos
fiscals...
De les sicavs ja
se n’havia parlat en aquest Bloc més d’un cop. Podeu cercar-ho. I també s’havia
parlat dels que segons aquest article supervisen les sicavs, la Comisión
Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que si
us ho llegiu bé sembla una sucursal de la Cova d’Alí Babà:
Amb un alt grau de nepotisme. Hi treballen (?) 700
funcionaris (aquesta frase és un oxímoron!) i 100 d’ells tenen relacions
familiars entre ells (hi ha un paio que té enxufada la dona, la exdona i un
cunyat). Dels 60 informàtics només 7 saben informàtica i quan hi ha una feina
complicada (fer divisions ?) han de donar-la feina a mans…
Bé, vegem l’article:
Análisis:
¿Cómo funciona una sicav?
Sicavs, una fortuna y 99
mariachis
Pese a ser sociedades de
inversión colectiva, suelen estar bajo el control de una sola persona o
familia, y su gran ventaja fiscal es que difieren la tributación
La Voz 29 de junio de 2014
pilar canicoba
El descubrimiento de un fondo de pensiones del
Parlamento Europeo gestionado por una sicav luxemburguesa, que ha forzado la dimisión del eurodiputado de IU Willy Meyer y
ha puesto en la picota a políticos de todos los colores, ha reavivado el debate
sobre esta figura, creada en España en 1983 por el Gobierno de Felipe González,
siendo ministro de Economía Miguel Boyer, con el objetivo de evitar la fuga de capitales a paraísos
fiscales.
¿Qué es y cómo se puede crear una sicav?
Sicav
es el acrónimo de sociedad de inversión de capital variable, un
instrumento financiero diseñado para gestionar patrimonios con una mínima
factura fiscal y que se asocia en el imaginario colectivo a las grandes fortunas,
a pesar de que la legislación española las define como sociedades colectivas.
En concreto, para constituir una es necesario reunir un mínimo de cien accionistas que aporten, en
conjunto, un capital de al menos 2,4 millones de euros. Pero, hecha
la ley, hecha la trampa. En la práctica, la mayoría de estas sociedades están
controladas por un
único inversor o grupo familiar, que toma todas las decisiones, mientras que los
otros 99 son hombres de paja, conocidos en la jerga del sector como mariachis,
en muchos casos empleados de la propia sociedad, que realizan aportaciones
simbólicas (o se hacen a su nombre para reunir el mínimo de accionistas
necesario para su constitución) y que no tienen ningún control sobre las inversiones.
¿Es cierto que solo pagan un 1 % de impuestos?
Sí, pero con matices. Las sicav españolas solo
tributan al 1 %
en el impuesto de sociedades por los beneficios obtenidos cada año, mientras
que el resto de empresas lo hacen a un tipo general del 30 % o del 25 % en el caso de las
pymes (al que se igualarán el resto de grandes compañías, salvo la banca y las
petroleras, en el 2016). Eso sí, en el momento de rescatar la inversión, las
plusvalías generadas tributan en el IRPF a los tipos del ahorro, entre el 21 y el 27 %. ¿Cuál es entonces el verdadero privilegio fiscal? Que aquellos inversores que tienen control absoluto sobre una
sicav pueden diferir indefinidamente la tributación en el impuesto de la renta
optando por no repartir dividendos y reinvertirlo dentro de la propia sociedad,
con lo que conseguirá seguir incrementando su patrimonio.
¿A qué obedecen estos privilegios fiscales?
El tratamiento fiscal de las sicav tiene su razón de ser. Principalmente, porque al ser
sociedades de inversión colectiva, de funcionar como es debido, quien pusiera
el dinero en ella perdería el control sobre el mismo. Es lo que ocurre, por
ejemplo, con otros productos, como los fondos de pensiones, que tampoco
tributan hasta su rescate (de hecho, las aportaciones reducen la base imponible
del contribuyente). Sin embargo, en el caso de las sicav, la práctica real de funcionamiento pervierte su
finalidad inicial y, por tanto, deja
sin sentido este privilegio. Pero los expertos en este instrumento de inversión
apuntan una realidad más prosaica: las sicav compran y venden acciones de forma continua,
inyectando capital en los mercados y facilitando la financiación de las
empresas, por lo que, de no tener beneficios fiscales deberían afrontar una
elevada factura por las plusvalías y se correría el riesgo de que optasen por
acudir a otros mercados.
¿Nadie se ha atrevido a meterles mano?
La presión social creciente, especialmente en la
crisis, ha llevado a los Gobiernos a restringir ciertos privilegios de estas
sociedades. Hasta
el 2010, se permitían las conocidas como operación acordeón, en las que los
accionistas de una sicav podían retirar dinero sin tributar, siempre que las
cantidades recuperadas no excediesen del capital aportado inicialmente,
ya que, con un criterio discutible, se entendía que estaban recuperando este y
no las plusvalías generadas por la inversión. Esta práctica fue prohibida por
el anterior Ejecutivo, mientras que el actual ha introducido un cambio en el anteproyecto de la
reforma fiscal que, de prosperar en la tramitación parlamentaria, haría que las
grandes fortunas que controlen una sicav en el extranjero tengan que tributar
por sus rendimientos al tipo marginal del IRPF (que se situará en el 45 % en el
2016), en un intento de repatriar estos capitales, que tendrían un tratamiento
fiscal mucho más ventajoso en España.
¿Quién supervisa estas sociedades?
Coincidiendo con una exhaustiva operación de
inspección a las sicav, que había
detectado fraude en estas sociedades -que no reunían el número mínimo de
accionistas o bien estos no tenían ningún poder de decisión-, el Congreso
acordó en el 2005 ceder las competencias de supervisión de estas sociedades a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), para gran disgusto
de los inspectores de Hacienda, que consideran que este organismo ha sido mucho más laxo al
permitir a las sociedades que no cumplían los requisitos buscar nuevos
inversores sin penalización, como recoge el que fuera secretario general de la
Organización Profesional de Inspectores de Hacienda, Francisco de la Torre, en
su último libro.
¿Cuántas sicav hay registradas y qué patrimonio
acumulan?
Según los datos de la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (CNMV), al cierre del 2013 había registradas en España 3.035 sicav, un 1,8 % más que en diciembre del año anterior. Estas
acumulaban un patrimonio cercano a los 27.621 millones de euros, la cifra más alta desde
septiembre del 2008, lo que equivale a una revalorización superior al 16 % en
un solo ejercicio.
Joan A. Forès
Reflexions
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