Benvolguts.
Avui fem un recull de les darreres
entrevistes, comentaris i articles propis de Jordi Pujol i Soley. Ja era hora
que a l’ex-president de la Generalitat li hagi caigut la bena dels ulls i es
manifesti descaradament independentista, sense el seu “però” característic. Sí, però!
Primer un article d’ahir 16 d'agost del propi Jordi Pujol
a La Vanguardia, a continuació comentaris
a aquest article del directe.cat i
de Vilaweb. A continuació l’entrevista
del dissabte passat, 11 d’agost, a Pujol feta per en Xevi Xirgo a El Punt/Avui, amb l’excusa de la
publicació del llibre El caminant
davant del congost, seguit dels comentaris de Vilaweb. En aquesta entrevista s'exposen molts dels arguments de l'article.
En el seu article Té tota la lògica, Pujol fa un repàs del catalanisme en els darrers
150 anys. I fa trampa! Explica que des de sempre i abans de la transició (que
ell va ajudar a rebentar) la majoria de dirigents i de partits no eren
independentistes, excepte Macià, i s’oblida de la seva criatura ERC. No en
parla! Dóna la seva opinió que Espriu, Vicens Vives i l’Assemblea de Catalunya
no eren independentistes. No parla dels que no li interessen com el Front
Nacional de Catalunya...
Es queixa que per molt que el nacionalisme
català hagi intentat construir ponts amb Espanya, el fracàs (el seu fracàs) ha
sigut total. Es podria dir allò de que actualment els amics de Catalunya a
Espanya “ni
estan ni se les espera”.
Respecte a les relacions entre CDC i UDC diu,
com els pagesos, “que si es manté així no plourà!” ('CDC i UDC es podrien distanciar per temes ideològics? Per poc que
seguís viva la mentalitat i els principis que han tingut del 1978 ençà, crec
que no'...
Explica molt clarament quins són els reptes
als que Catalunya s’enfronta:
1.
El de l’autogovern
2.
El dels
recursos financers
3.
El del Finançament
4.
El de la
identidad
I a partir de l’anàlisi en treu la conclusió:
Así las cosas –y sin
ninguna previsión de cambio–, tiene toda la lógica y todo el sentido que haya
habido y exista un gran incremento del sentimiento independentista.
La Vanguardia 16 agosto,
2013
OPINIÓN
· Catalunya puede decir que ha actuado en el marco
español con lealtad, con convicción y a menudo con eficacia Algunos dicen que
hay que reparar la ruptura, pero no llega ninguna propuesta, ni que sea modesta
Tiene toda la lógica lo que está pasando
en la relación entre Catalunya y España. Ahora muy mala. Con perspectiva histórica, ¿qué ha pasado? Sucede que
durante el siglo XX una característica definitoria capital de la sociedad y la
política de Catalunya fue un catalanismo potente, un nacionalismo de clara mayoría no separatista.
Como prueba, esta lista: Almirall, Maragall, Prat de la Riba, Cambó, Seguí,
Campalans, Cardó, Vidal i Barraquer, Companys, Comorera. Sólo durante uno años
Macià representa una excepción. Pero de Macià fue también la consigna, el año
1933, de “tenemos
que salvar la República”. La República española.
Hay después cuarenta años
de dictadura franquista. Eso es aparte. Pero no del todo. Porque la
recuperación que después de la guerra se va produciendo en Catalunya –en todos
los ámbitos– no rompe la línea mayoritaria del nacionalismo catalán hasta la
Guerra Civil. Nombres como los de Espriu o Vicens Vives son la prueba. O el del
president Tarradellas. O el del conjunto de fuerzas políticas catalanas de la
clandestinidad. De la misma Assemblea de Catalunya, por ejemplo. Y es la
prueba la acción colectiva de Catalunya desde 1960, sobre todo desde la
transición. En todos los campos y desde todo tipo de sectores.
Catalunya puede decir que ha actuado en
el marco español con lealtad, con convicción y a menudo con eficacia. Pero ahora es de aceptación general que “se han roto los
puentes”.
Hasta que haya un referéndum
o una consulta no sabremos el grado y la intensidad de esta ruptura. Pero ahora mismo la
ruptura es un hecho. Y si bien algunos dicen que hay que reparar
esta ruptura, no
llega ninguna respuesta ni ninguna propuesta en este sentido, ni que sea modesta.
Se podría decir que en
Catalunya el
estado de ánimo y los posicionamientos se han endurecido considerablemente.
Pero la historia ya mencionada del nacionalismo catalán de todo el siglo XX y
hasta hace cuatro días deja claro que no era este su propósito. Y la más reciente
evolución de la actitud española desde 1975 hasta ahora también deja claro que
la actitud de España hacia Catalunya, que pareció más favorable y más ecuánime,
no respondía a una voluntad de encaje positivo, de buena colaboración y de respeto.
O fue un engaño o un espejismo o una muy fugaz y esporádica ilusión. Y una vez
superado todo eso –cuestión de muy poco tiempo–, se ha vuelto a la España de siempre.
La que no entendió ni quiso entender a Almirall, Maragall, Cambó, Pallach,
Espriu, Trias Fargas, Ernest Lluch.
Y, puestos a hablar de
endurecimiento, hace
falta analizar el endurecimiento de la Administración española. En
los procedimientos y sobre todo en los objetivos. Tan radicales, tan orientados
a “acabemos de
una vez” y a “que dentro de una o dos generaciones ya no se hable más de
esto del catalán y del Estatuto”, que matan toda esperanza. Y esto
hace estéril el discurso de aquellos que siguen hablando de rehacer puentes. A
algunos se les tiene que agradecer la buena fe. Pero se les tiene que reclamar
que analicen la realidad sin autoengaño.
Hay que decir que no es nada
previsible que a Catalunya se le haga ahora una propuesta mínimamente aceptable
en los temas básicos. Los de mayor importancia son los siguientes:
1. El del autogobierno. El de la autonomía. Es decir, la capacidad de
asumir responsabilidades realmente importantes de cara a los ciudadanos. Es
decir, que la Generalitat (president, Govern y Parlament) tenga una importante
y efectiva capacidad de decisión, de manera que pueda incidir de una forma muy
importante en la sociedad. Que no sea verdad aquello que van diciendo de que “vamos a hacer de
la Generalitat una casa de cartón piedra, y además vacía”. Con la
interpretación descaradamente a la baja de la Constitución y del Estatut, los cambios
legislativos, la utilización de toda tipo de argucias, los hechos consumados,
los constantes incumplimientos legales y económicos, la utilización muy poco
fiable del Tribunal Constitucional.
2. El de los recursos financieros. A pesar de la política de confusión de datos que
practican la Administración del Estado, los grandes partidos españoles y buena
parte del mundo académico y mediático, es innegable que Catalunya recibe un trato financiero
por parte del Estado muy discriminatorio. Muy negativo. Y en cambio
tiene una carga
social muy fuerte, entre otros motivos por la inmigración. Y el
propio desarrollo económico obliga a un esfuerzo suplementario de
competitividad. Todo eso explica que Catalunya tenga un déficit fiscal en la relación con el Estado muy
alto, que perjudica gravemente en un doble terreno: en el de la competitividad
económica y en el social, es decir, en la atención a la gente (lo
que se suele llamar el Estado de bienestar) y en la eficacia del ascensor social.
3. El de la Financiación. A propósito de la financiación, hay que
hacer notar –y tenerlo muy en cuenta– que actualmente el perjuicio mayor para
Catalunya, desde el punto de vista de la financiación, no son las
infraestructuras. Con alguna excepción de especial urgencia.
El perjuicio grave está
en cuestiones como correr el riesgo de no poder pagar a los funcionarios, o los
conciertos de las escuelas o de los hospitales, o el mantenimiento de las
residencias de personas mayores, o los proveedores de la Administración.
O pagar el Pirmi. O también –y eso es un peligro importante a estas alturas–,
no poder mantener el nivel de investigación (que había mejorado). Todo son cosas
menos espectaculares, que no se ven ni se tocan, pero decisivas si queremos
evitar la pérdida de cohesión y el decaimiento del país. Si queremos evitar el
fracaso y el desprestigio.
4. El de la identidad. El catalanismo tiene, sin duda, un componente
económico. Y también social, como acabamos de decir. Pero tiene otro
tan importante como estos, que es el conjunto constituido por el sentimiento, la cultura y la
lengua. Todo muy entrelazado. La idea bastante extendida en España
de que la motivación del catalanismo es sólo o principalmente económica es del
todo errónea. La lengua y la cultura, y el sentido de identidad que se deriva,
desempeñan un papel primordial. Tanto es así, que ahora mismo la ley Wert es un
obstáculo muy importante –como una línea roja– para cualquier
posible acercamiento de posiciones. Es opinión muy extendida en Catalunya que
la supresión de la inmersión lingüística representa un gran peligro para el
mantenimiento del catalán y de la cohesión de nuestra sociedad.
Así las cosas –y sin
ninguna previsión de cambio–, tiene toda la lógica y todo el sentido que haya
habido y exista un gran incremento del sentimiento independentista.
Jordi
Pujol i Soley
Comentaris del Directe.cat
16 d'agost de 2013
Comentaris del Vilaweb
16 d'agost de 2013
El Punt/Avui. 11 d’agost 2013
Entrevista a Jordi Pujol i Soley. Ex-president
de la Generalitat de Catalunya
· “La maquinària de l'Estat s'ha mobilitzat per frenar-nos o
esclafar-nos”
· “A Espanya tot ha canviat negativament. No hi ha cap institució que
funcioni ni mitjanament bé”
· “M'he sentit atacat injustament”
· Hem de ser respectuosos, i no cremar banderes espanyoles ni xiular en
contra de l'himne espanyol
· La societat ha desbordat els partits polítics, i ho ha fet molt
ordenadament, pacíficament
Situar el sostre de dèficit en l'1,58% obliga a una reacció potent des de Catalunya
Situar el sostre de dèficit en l'1,58% obliga a una reacció potent des de Catalunya
· És molt penós, per a ell i per a mi, que Oriol Pujol hagi hagut de
renunciar al càrrec. Crec en la seva innocència
ERC està actuant amb lleialtat. La fórmula no és corrent, però funciona
ERC està actuant amb lleialtat. La fórmula no és corrent, però funciona
· Mas no està sol. Té un suport sòlid al Parlament i té un suport al
carrer molt important
A Espanya no m'escolten. Ni a mi ni en general a res del que els arriba des de Catalunya
A Espanya no m'escolten. Ni a mi ni en general a res del que els arriba des de Catalunya
· Jo ja m'he apuntat a la cadena humana. Crec que no ha de passar del riu
de la Sénia, ni del coll del Pertús
· Amb la llei Wert es toca l'arrel del problema. La llengua és un fet bàsic
d'identitat
Jordi Pujol ha publicat recentment El caminant davant del congost,
llibre en què fa una sèrie de reflexions
sobre la relació entre Catalunya i Espanya i repassa la seva trajectòria
política. En la tradicional entrevista d'estiu que l'expresident fa amb El Punt
Avui, Pujol parla d'aquestes relacions i repassa algunes qüestions
d'actualitat.
En el
llibre sosté que som en un congost i que cal prendre decisions “difícils i
greus”. Fer la consulta n'és una?
Sí.
Li fa
respecte, l'espanta, aquesta decisió, en el sentit que no sembla que hi hagi
possibilitat de fer marxa enrere?
Fa respecte. És arriscada. I, de fet, hem
procurat no haver de prendre-la tant com hem pogut. Amb propostes que Espanya
hauria pogut considerar positives. De fet ho han estat. I amb una actuació
lleial envers l'Estat. Però ha estat inútil. Cada cop ha estat més forta i
descarada la pressió política, econòmica i identitària contra Catalunya. I més
clar l'objectiu que “dentro de dos generaciones, de todo esto de la lengua y
del Estauto no se acordará nadie”.
Associem
congost a perill, però un congost també és un pas cap a noves oportunitats...
Sí. Pot ser-ho, no deixa de ser un pas entre
muntanyes, o que travessa una serralada de vegades molt difícil de passar per
la carena. Però sempre estret i difícil. Angostura en castellà, que ve
d'angosto, és a dir, estrecho, angustioso, fatigante.
O bé Engpass en alemany, que vol dir ‘pas estret', etcètera. Però
generalment és un pas difícil o fins i tot perillós.
Diu
vostè en el llibre: “Cal admetre el fracàs d'Espriu, de la pell de brau, de
Sepharad. O simplement, el de Catalunya.” Aquest és un fracàs col·lectiu?
Fracàs en part d'una política de bon encaix
català en el conjunt de l'Estat. Però no ho és en dos altres sentits. El
primer, que els darrers quaranta o cinquanta anys en molts aspectes han estat
positius per a Catalunya. Això no ho hem de perdre de vista malgrat la crisi
política, econòmica i social d'avui. I el segon, que mai com ara Catalunya i el
nacionalisme català havíem pogut anar tan enllà en les nostres reivindicacions.
Per tant, no hem reculat. Hem avançat. I la prova és que no només els partits
polítics no catalanistes s'han mobilitzat per frenar-nos o esclafar-nos, sinó
també la maquinària de l'Estat.
Se'n
sent responsable, en part?
Hem fet el que crec que havíem de fer.
Segurament amb alguns errors, però crec que pocs pel que fa a la relació amb
Espanya. Perquè si avui a Catalunya amb relació a això hi ha l'estat d'ànim que
hi ha, és perquè molta gent s'ha adonat que la política d'un bon i positiu
encaix Espanya no l'ha fet seva. La rebutja. Més encara, vol accentuar els
aspectes més negatius referents a l'autogovern, al finançament, a la identitat
i al sostre social del país.
L'escolten,
a vostè, a Espanya quan parla amb càrrecs amb què va tenir relació quan era
president? L'entenen?
No. Ni a mi ni en general a res que els arribi
de Catalunya. Per exemple, als que diuen que cal refer ponts no els fan cas. A
Espanya tot ha canviat negativament. Hi ha tensió social, crisi econòmica,
decepció, perquè allò que semblava un miracle espanyol s'ha esfumat, etc. No hi
ha cap institució que funcioni ni mitjanament bé. Es torna a parlar que “hay que reformar el Estado”. I
evidentment no funciona, l'estat de les autonomies. Que en aquest context
Catalunya aixequi la veu, els irrita molt. I més perquè el que de cap manera
volen admetre és que una de les causes –no l'única, però
important– d'aquest mal funcionament general és la mala solució que van
imposar en el tema autonòmic. Tan dolenta que tothom la critica. I que amb el
que Catalunya ha estat, i és, i representa, n'ha anat quedant fora. No volen de
cap manera que Catalunya se'n vagi, però els fa nosa.
En
relació amb la sentència del TC sobre l'Estatut, vostè sempre ha dit que hi ha
un abans i un després. I sosté en el llibre que és a partir d'aquí que vostè ha
arribat a canviar els seus plantejaments. L'ha tornat independentista el
Tribunal Constitucional?
Hi ha un abans i un després de la sentència.
La sentència i tot el seu entorn en l'aspecte jurídic, però també
institucional, polític i mediàtic, ens ha fet entendre que, en el projecte
d'Espanya vigent, Catalunya aniria esdevenint una cosa cada cop més residual.
Anirà conduint a l'esborrament de Catalunya, polític i institucional, cultural
i lingüístic, de capacitat de construir un país socialment i econòmicament de
progrés. I ens obliga a reaccionar. A reaccionar ràpidament i amb energia.
Conscients del perill que correm fent-ho. Assumint la possibilitat d'un fracàs.
Però que, arribat el cas, no tindria conseqüències tan negatives com anar
relliscant cap a la insignificança.
Si
alguna cosa esperàvem del TC, ara ja deu ser impossible, amb un president que
militava al PP obertament. No ho troba un escàndol?
Això ja no té importància. Fa molts anys que
el joc polític i jurídic en temes de gran transcendència està pervertit. És
trampós. I més respecte a Catalunya. Enyoro l'època en què el president del
Tribunal Constitucional era García-Pelayo. O Tomàs i Valiente. I fixi's en el
que ha dit Miquel Roca sobre això. Roca, que ha jugat a fons la carta de la
Constitució, que valora haver-ne estat un dels autors, i que parla sempre de
qui sigui amb respecte i consideració, ha dit que el Tribunal Constitucional no
li mereix “cap tipus de respecte”.
Troba
prou ben argumentada la petició que ha fet el president Artur Mas a Rajoy per
demanar-li una consulta?
Sí. Però jo ja no estic a la sala de màquines
de la política. Puc opinar sobre l'orientació general del nostre govern –i he
de dir que hi estic d'acord–, però ja no sobre les iniciatives o maniobres
concretes que ha de fer.
Suposo
que està d'acord que, com diu el mateix Mas en la carta, Rajoy no veu bé
aquesta consulta i és poc probable que es faci amb consens. Què hem de fer, si
se'ns nega?
Ja li he dit que no em pertoca entrar en el
dia a dia de tot aquest procés. El que li repeteixo és que tinc confiança en el
president Mas. A part d'això, el que sí que cadascú de nosaltres ha de fer és
ajudar a crear un estat d'ànim cada cop més favorable al dret a decidir.
Quan a
Madrid rebutgin la possibilitat que els catalans siguin consultats sobre el seu
futur entrarem realment en el “terreny desconegut” que diu el mateix Mas. Li fa
respecte, aquest “terreny desconegut”? Què pot passar?
Repeteixo. Estem en bones mans. En mans de
dirigents competents, valents i conseqüents. Al seu moment prendran decisions.
Mentrestant, repeteixo, cal donar suport a la reclamació del dret a decidir.
Per exemple, a la cadena. Jo he demanat un lloc entre l'Hospitalet de l'Infant
i l'Ametlla de Mar. Perquè hi ha pocs pobles i poca població. I vostè, quin
lloc té?
Vostè
coneix profundament els canvis que s'han produït a Europa i al món en els
darrers anys. Creu que hi ha algun precedent en el qual ens puguem emmirallar?
No. Perquè cada cas ha estat particular. El
nostre també ho és. El cas és que en ple segle XXI hi ha hagut independències
noves, i que tenen èxit. Però totes han estat diferents. Eleccions, referèndum,
crisi dels estats, etc. Només tenen una cosa en comú: una majoria ciutadana a favor. I moltes tenen també en comú que
cinc anys abans no eren previsibles.
Tem que
a partir d'ara el clima sigui cada cop més crispat? El preocupa que hi pugui
haver algunes reaccions fora de lloc?
Espero que no. Però cal vigilar molt. Aquest
procés ha de ser radicalment pacífic. I respectuós. Ha de ser un exemple de
civisme. Molta bandera catalana (estelada o no, però catalana), però no cremar
banderes espanyoles ni xiular contra l'himne espanyol. Ja sé que això a alguns
els costa, perquè tenim la memòria curulla de records repressius. Però el
reconeixement de Catalunya, i molt més encara la independència a Europa d'avui,
són uns reptes grans que les opinions públiques només entendran si transmeten un
senyal de qualitat cívica i social.
Els
catalans parlem sempre que som gent “assenyada”. Forma part d'aquest “seny” el
fet de no respondre als qualificatius de nazis que en més d'una ocasió s'han
fet servir per descriure'ns?
Amb aquesta mena d'acusacions, no hi hem de
perdre un temps que hem de dedicar a projectar missatges integradors i
positius.
Al
president Pujol i a la seva família, deia el president Artur Mas en una
entrevista en aquest diari, l'han atacat per terra, mar i aire. S'ha sentit
atacat injustament?
Sí. I també han atacat el president Mas. I més
gent. Han estat una mena d'atacs que posen de manifest que l'estructura de
l'Estat pensa que la reivindicació de Catalunya és realment potent. I que cal
combatre-la com sigui.
Finalment,
se n'hauran sortit, encara que sigui en part, de desprestigiar la seva
trajectòria? Confia que tot s'aclarirà?
Jo el que valoro és que el banc suís en què El
Mundo, i un “financiero”, deien que “supuestamente” hi tenia diners
em va comunicar oficialment que ni no jo ni ningú de la meva família n'hi
teníem. Per tant, aquesta acusació –que era l'única que no era només un
comentari tendenciós– és falsa. O sigui que això està aclarit.
Oriol
Pujol ha hagut de renunciar al seu càrrec en el partit.
Però no per això. Tot i així, és molt penós.
Per a ell i per a mi, que sóc el seu pare. I per a CDC. I, finalment, per al
projecte polític i de país. Jo crec en la innocència del meu fill, fermament.
L'única cosa que em preocupa és que el procés s'allargui molt. Anys. Més d'una
carrera política ha estat interrompuda i destruïda per aquest procediment.
Seria una pena gran. Perquè seria injust i es perdria un valor polític.
L'any
1981, vostè va reunir intel·lectuals catalans i castellans en un intent de
reflexionar sobre el que estava passant. Va ser un gest finalment sense gaire
resultat. Troba a faltar els intel·lectuals espanyols favorables al fet que
Catalunya es pugui expressar sobre el seu futur? O és que no n'hi ha?
No és que no s'expressin els intel·lectuals.
És que de l'Ebre enllà no s'expressa ningú. Ni polítics, ni intel·lectuals, ni
el món econòmic, ni l'artístic, ni el mediàtic ni les institucions (amb
poquíssimes excepcions). I és que la il·lusió que ens vam fer fa trenta o quaranta
anys, o fins i tot en bona part en fa tot just quinze, ha estat vana. Espanya
va entrar en crisi econòmica i social. I en crisi de bona observança de les
normes cíviques i del concepte de solidaritat i de la idea del bé comú. I, quan
això passa, es busquen culpables, i sempre solen ser els mateixos.
Hi ha
decisions de l'Estat que, passi el que passi, semblen fermes i inapel·lables.
Com la llei Wert, per exemple?
I és que amb la llei Wert es toca l'arrel del
problema, que no és només econòmic o d'una competència més o menys. És
d'identitat. I la llengua és un fet bàsic d'identitat. En el cas de Catalunya,
molt bàsic. Substancial. I en això sí que no n'hi haurà prou amb l'acció dels
partits polítics. La resposta de la gent, de la societat, serà determinant. A
Catalunya no hi ha problema de convivència lingüística. De fet, en termes
generals, no hi ha problema de convivència malgrat haver estat un país sovint
malmenat políticament i amb una immigració excepcional per quantitat i
diversitat durant cent anys, i ara mateix. En això, Catalunya és un bon i
meritori referent a escala internacional. Molt reconegut pels especialistes en
aquests temes. I, amb vista a una eventual independència, això és una garantia
per al català i per al castellà, i per a tota la gent que viu i treballa a
Catalunya.
De qui
depèn, ara, l'esdevenidor? No té la sensació que, per primer cop en molts anys,
és la societat la que ha agafat les regnes, com va fer l'11 de setembre de
l'any passat, i que els partits polítics van una mica desorientats? La societat
civil ha passat al davant dels partits polítics?
Sí. La societat ha desbordat els polítics.
Però, deixant de banda quatre xiulades, ho ha fet molt ordenadament. I d'una
manera del tot pacífica. I així ha de ser. I tot plegat té una cara positiva.
Però, si bé amb un gran moviment popular es pot avançar molt, el cert és que si
no arriba a tenir una direcció política és molt fàcil que es precipiti i
s'entrebanqui o que es dispersi. La política i els polítics són del tot
necessaris. Però ho han de fer bé, és clar.
Aquesta
pèrdua de protagonisme dels partits podria dur a una fragmentació de l'arc
parlamentari a Catalunya? Això és una riquesa o una pobresa?
Sí, i val a dir que a tot Europa hi ha una
tendència en aquest sentit. Però a Catalunya, també. Personalment, crec que no
convé. Però analitzar-ne el perquè forma part d'una reflexió molt profunda i no
només política. Ho haurem de deixar per a un altre dia.
“Ara hi
ha polítics que el que eviten és haver de governar, perquè per ells són temps difícils.”
La reflexió la feia vostè en el darrer programa del 23/24, de TV3…
Sí, ara governar és molt difícil. El desgast
és molt gran. I l'oposició és fàcil. És legítima –és clar–, però hi ha el
perill que sigui poc responsable. I, tanmateix, cal que algú assumeixi la
responsabilitat de governar. I que assumeixi el desgast, que, de fet, si actua
d'una manera valenta i responsable, potser no serà tan gros.
Ha dit
que aniria a la cadena humana. Què li sembla el recorregut? És important que es
visualitzi que hi és tot Catalunya, però que també hi ha la implicació del País
Valencià i la Catalunya del Nord?
Em sap greu que no pugui passar per les
comarques lleidatanes. Però és que la geografia mana. I el gros de població.
Confio que, tot i així, a la cadena hi haurà una presència important de les
Terres de Ponent. Fa pocs dies en vaig parlar a Mollerussa amb gent de tot el
Pla d'Urgell. La resposta era bona. També crec que no ha de passar del riu de
la Sénia, ni del coll del Pertús. Des de Catalunya, hem d'ajudar i col·laborar
tant com puguem amb la Catalunya del Nord i amb el País Valencià en temes de
llengua, cultura, memòria històrica, etc. També en temes econòmics i socials. A
fons. Però la mena de reconeixement polític i institucional que volen tenir
l'han de definir ells. I els ho hem de respectar.
Veu CiU
i el president Mas prou forts per afrontar el procés tot sols?
No estan sols. I tenen un suport parlamentari
sòlid. I un suport de carrer molt important. Entre altres coses, basat –i això
hi dóna especial consistència– en el fet que no hi ha més remei que fer el
que es fa.
I veu
ERC un soci lleial del govern? Entén aquesta fórmula de donar-hi suport des de
fora?
Crec que ERC està actuant amb lleialtat. Pel
que fa a la fórmula, és veritat que no és corrent. Però funciona.
I el
paper d'Unió, quin serà en tot el procés?
CDC i UDC estan d'acord que cal aconseguir la
consulta. I estan treballant juntes en aquest sentit. Això és segur. Si no
s'aconsegueix, què passarà? No amb Unió i amb CiU, sinó amb el país en general.
Això preocupa, però molt més pel repte general que significarà per a tot
Catalunya que no pas per CiU. Preocupa perquè l'alternativa que proposa Espanya
no és explorar com, dins de l'Estat, Catalunya pot tenir un reconeixement i un
marge d'iniciativa, sinó simplement un reforçament de la centralització i de la
uniformització. Això ni CDC ni UDC ho podran acceptar.
CDC i
UDC es podrien distanciar per temes ideològics?
Per poc que seguís viva la mentalitat i els
principis que han tingut del 1978 ençà, crec que no. I més que mai continua
sent vàlid el mateix que l'any 1978, quan es va crear CiU: Catalunya necessita
una força política potent i no dependent de Madrid, i capaç de cobrir un sector
molt ampli i central de la societat.
Què li
sembla el sostre de dèficit de l'1,58%? Serà assumible? Què ha de fer el
govern? S'ha de plantar?
No em pertoca a mi dir què ha de fer el
govern, si s'ha de plantar o no. Afortunadament, tenim un bon conseller
d'Economia i un bon president. Això és una gran garantia. Però cada cop tenim
menys autonomia i menys capacitat de decisió. El problema no és la decisió
d'avui, sinó les regles de joc que ens imposen. I que obliguen a una reacció
potent des de Catalunya.
Les
retallades que ja s'han hagut de fer fins ara no han deixat sectors com ara la
salut i l'educació massa tocats?
Durant els darrers trenta anys, Catalunya ha
creat una bona sanitat. Francament bona. Reconeguda per l'OMS [Organització
Mundial de la Salut]. És mèrit de tothom. I encara la té, malgrat les
dificultats econòmiques actuals. I el balanç de l'ensenyament també és bo. Val
a dir que els mestres hi han contribuït molt. I això –tant pel que fa a la
sanitat com a l'ensenyament– té un mèrit molt especial, atès que la
població de l'any 1998 al 2010 a Catalunya ha passat de 6,3 milions d'habitants
a més de 7,5. No hi ha cap país en tot Europa que hagi crescut tant i amb gent
tan diversa. Això hauria pogut desmanegar el nostre estat del benestar. No ha
estat així.
Ara
tothom parla de recuperació. Vostè veu símptomes de recuperació econòmica?
Sí, però petits. Però veig una altra cosa
reconfortant: la nostra societat aguanta. El país aguanta. La crisi posa de
manifest que hi ha país. Que hi ha gent que val. I que no es rendeix. I que té
iniciatives. I això va a més. En tots els àmbits. En l'empresarial, també. En
el cultural. I sobretot en el social. Des de Càritas i moltes altres
organitzacions laiques fins a una proliferació d'iniciatives modestes i sovint
espontànies, però que, totes sumades, fan molta feina. Això no eximeix les
institucions de fer tot el que els correspon. I el que puguin. Però és molt que
la societat respongui com respon. Això és país. Afortunadament en tenim. Això
és garantia de futur.
Xevi
Xirgo
Comentaris del Vilaweb 11.08.2013
Jordi Pujol: 'Hem de crear un estat d'ànim cada cop més favorable al dret de decidir'
Joan
A. Forès
Reflexions
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada