dilluns, 14 d’abril del 2014

14/04/14. Francesc-Marc Álvaro. La reforma fantasma. Rajoy: No es verdad que se persiga la lengua catalana o que se asfixie su cultura. No es verdad que se pongan trabas al desarrollo económico, ni que se torpedee el bienestar. Como tampoco es verdad...


Benvolguts,

En Francesc Marc Álvaro a La reforma fantasma comenta les opinions d’en Rajoy en el Congreso el dia 8.

Ens demostra dialècticament que en la situació actual no hi ha cap motiu per reformar la Consti.

I ens demostra també que l’independentisme marca l’agenda i la vella política ha perdut la connexió amb les classes mitges.

·       Uns tasts del discurs del Rajoy:

o   No es verdad que se persiga la lengua catalana o que se asfixie su cultura.

o   No es verdad que se pongan trabas al desarrollo económico, ni que se torpedee el bienestar.

o   Como tampoco es verdad que no se les ayude en las dificultades o que se les aplique un trato discriminatorio respecto de otras comunidades autónomas.

·       Reflexions Francesc Marc Álvaro:

o   Rajoy piensa que somos tontos.

§  Como si la ley Wert no existiera,

§  como si no hubiera un asedio judicial a la inmersión,

§  como si Catalunya no perdiera cada año el 8% de su PIB por el déficit fiscal,

§  como si el Gobierno no ignorara lo que dice el Estatut sobre inversiones,

§  como si el déficit inversor de la administración central en infraestructuras no fuera de más de 5.700 millones,

§  como si varios medios no se dedicaran a criminalizar personas y entidades catalanas sin que el fiscal general lo pare…

§  Como si el TC no se hubiera cargado en el 2010 el Estatut votado en referéndum.

o   ¿Cómo se puede hablar de una reforma constitucional que pueda satisfacer a la sociedad catalana si el líder del PP niega que la pacífica revuelta que tiene lugar en Catalunya responda a motivaciones reales?

o   Falla la premisa principal. La Moncloa y el PP niegan el problema. Por lo tanto, todo es humo. ¿Reformar la Constitución para qué? 

·       Resultat:

o  El independentismo marca la agenda y la vieja política ha perdido la conexión con las clases medias.

·       Conclusions Francesc Marc Álvaro:

o  Para frenar lo que se ha puesto en marcha haría falta, en primer lugar, que PP y PSOE reconocieran abiertamente los agravios que ellos han generado.

I l’article sencer:
La reforma fantasma

Francesc-Marc Álvaro en La Vanguardia
el 14 abril, 2014 en Derechos, Libertades, Nacionalismo, Política, Sociedad
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Rajoy piensa que somos tontos. Como si la ley Wert no existiera, como si no hubiera un asedio judicial…

Si releemos atentamente la intervención de Rajoy el pasado martes en el Congreso, los catalanes no tenemos ningún motivo para quejarnos y, todavía menos, para querer cambiar el statu quo. El discurso del presidente no admite, ni de lejos, que la sociedad catalana tenga problemas con los poderes del Estado. Esta es la gran noticia. Según Rajoy, en Catalunya no pasa nada. Lo dice así de claro: “No es verdad que se persiga la lengua catalana o que se asfixie su cultura. No es verdad que se pongan trabas al desarrollo económico, ni que se torpedee el bienestar. Como tampoco es verdad que no se les ayude en las dificultades o que se les aplique un trato discriminatorio respecto de otras comunidades autónomas”.

Rajoy piensa que somos tontos. Como si la ley Wert no existiera, como si no hubiera un asedio judicial a la inmersión, como si Catalunya no perdiera cada año el 8% de su PIB por el déficit fiscal, como si el Gobierno no ignorara lo que dice el Estatut sobre inversiones, como si el déficit inversor de la administración central en infraestructuras no fuera de más de 5.700 millones, como si varios medios no se dedicaran a criminalizar personas y entidades catalanas sin que el fiscal general lo pare… Como si el TC no se hubiera cargado en el 2010 el Estatut votado en referéndum.

Ahora, después del no rotundo del PP y del PSOE a ceder competencias para una consulta sobre el futuro de Catalunya, hay quien especula con eventuales reformas constitucionales. Sin embargo, ¿cómo se puede hablar de una reforma constitucional que pueda satisfacer a la sociedad catalana si el líder del PP niega que la pacífica revuelta que tiene lugar en Catalunya responda a motivaciones reales? Falla la premisa principal. La Moncloa y el PP niegan el problema. Por lo tanto, todo es humo. ¿Reformar la Constitución para qué? ¿Alguien puede ser tan ingenuo de pensar que PP y PSOE impulsarían una reforma del texto de 1978 para conseguir un marco más descentralizado donde se reconociera la existencia de la nación catalana y se blindaran las competencias que siempre son laminadas por Madrid? ¿Y alguien puede ser tan cándido de pensar que los barones populares y socialistas permitirían esta operación?

Seamos serios: el Estatut del 2006 ya era –así fue leído por muchos– una especie de reforma constitucional por la puerta trasera, con el objetivo de encajar definitivamente Catalunya en España. Maragall y Mas hicieron el último intento del catalanismo político, pero los poderes del Estado decidieron que este diámetro de autonomía es inaceptable y aceleraron la recentralización. Resultado: el independentismo marca la agenda y la vieja política ha perdido la conexión con las clases medias. Para frenar lo que se ha puesto en marcha haría falta, en primer lugar, que PP y PSOE reconocieran abiertamente los agravios que ellos han generado.

Joan A. Forès
Reflexions

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