Benvolguts,
Feia temps que no em fixava en El País. Va
saltar el del corpinyo
vermell i avui el nou director publica un escrit.
He pensat que amb el canvi podrien haver
sortit de la caverna. M’he equivocat de ple. Aquest espanyol de dretes té idèntiques
característiques a tots els altres espanyols siguin d’esquerres o de dretes. No
volen ni poden entendre’ns. Seguirem l’article i donarem el nostre parer davant
cada incongruència de l’escrit!
Cal dir d’entrada que Madrid està apuntant a Mas,
quan és el poble amb l’ANC qui esperona el Govern!
També traspua la idea que els fa més por ERC
que CiU...
Mensaje a Mas:
'Pierde toda esperanza de negociación'
Casimiro García-Abadillo. Director
El País
Actualizado: 20/04/2014 04:46 horas
Valencia se llenó de banderas. Blancas, esteladas,
españolas, azulgranas... Dos aficiones, dos estilos, se veían las caras en una
final que Real Madrid y Barça necesitaban ganar para redimirse.
Culés y merengues se miraban de reojo en las calles
alrededor del estadio. Cánticos, gritos..., pero todo dentro de una
coexistencia pacífica, de un fair play, que convirtió a la ciudad en una gran
fiesta. A pocos metros de Mestalla una joven con camiseta blanca con dorsal de Sergio
Ramos se hizo un selfie con un blaugrana que llevaba grabado en su espalda
el nombre de Messi. Sólo un disciplinado y nutrido cordón de policías
antidisturbios en traje de faena nos recordaba que el partido estaba
considerado como de alto riesgo.
El Gobierno cree
que no se puede premiar a un político que ha sido profundamente desleal
La grada del estadio del Valencia estaba dividida
en dos: 20.000 culés; 20.000 blancos. Ver aquellas dos aficiones animando a sus
equipos ponía la carne de gallina.
Entró el Rey en el palco y sonó el himno
nacional. Los estelados comenzaron una gran pitada trufada de gritos de
independencia. Los madridistas terminaron aplacando la algarada
con un lo-lo-lo-lo que hace de letra. Para algunos, en ese momento comenzaba el enfrentamiento
entre Cataluña y España. Afortunadamente, ganó el fútbol.
Cuarenta y ocho horas antes del choque,
conversé con un ministro. Si hace un par de años no había otro tema que la
recesión y el posible rescate de España, ahora la gran
preocupación es qué hacer con Cataluña.
«Para empezar, no darle a Mas ninguna
baza política. No se puede negociar con alguien que ha sido tan desleal. La
deslealtad no puede tener premio. Estaríamos dando un mensaje nefasto si, al
final de todo este lío, Mas lograra un pacto fiscal o lo que sea». Mi
interlocutor, que pasa por ser un moderado en Moncloa,
muestra un estado de ánimo que podemos ampliar al resto del Consejo de
Ministros.
Cuando le planteo que el cumplimiento de la ley no
arreglará el problema político, el hecho de que hay más
de un tercio de catalanes que quieren la independencia, me contesta: «Se puede
hablar, sí, pero no con Mas. Habrá que buscar otros interlocutores. Y no me
refiero solo a Duran. Dentro de Convergencia hay ya gente que piensa que Mas está
llevando a Cataluña al borde del abismo. Tenemos que aislar al
presidente de la Generalitat, dar opciones a los más sensatos dentro de su
partido».
Diu l’articulista: hay más de un tercio de catalanes que quieren la independencia,
Diem nosaltres: Si pensessin que hi
ha mas de un tercio no estarien tant
acollonits! Si están acollonits és que hi ha més de dos terços, al Parlament i
al carrer i a les Marxes i a les Vies…
I continúen les intrigues de palau: habrá que buscar otros interlocutores. Està proposant un cop
d’estat des de dins?
Diu l’articulista: Tenemos que aislar al presidente de la Generalitat, dar opciones a los más
sensatos dentro de su partido».
Diem nosaltres: Com sap l’articulista
que Dentro de Convergencia hay ya gente que piensa que Mas está llevando a Cataluña al borde del abismo? Com es fa això d’aislar al Presidente?
Com poden parlar els ministres de
propiciar cops d’estat a la Generalitat? Com poden tenir el morro de plantejar
aquestes barbaritats?
Me consta que enviados de Moncloa se han
entrevistado con líderes de Convergencia y también que éstos han mostrado su
inquietud ante un escenario en el que sólo hay un partido y un político que
están obteniendo todas las ventajas: ERC y Junqueras.
No dudo de la sinceridad de estos nacionalistas
que acusan en privado a Mas de haber convertido a CiU en un lacayo de los
republicanos, pero lo que me cuesta creer es que esos jefes que han crecido a
la sombra del president promuevan un golpe de mano palaciego que acabe con su
poder.
Es más, hay gente bien informada en
Cataluña que piensa que una alternativa a Mas sería mucho peor, porque éste aún
conserva una autoridad que le permitiría aplacar al independentismo «si Madrid
le ofreciera una salida honorable y buena para los catalanes».
Las espadas están en alto, aunque todos, incluídos
los nacionalistas, reconocen que la votación del Congreso, la visualización del
bloque constitucional, sólidamente cimentado en la alianza PP/PSOE, ha sido un duro revés. Y también que, mientras ese bloque no se rompa, la UE no va a dar ni una
sola opción a una Cataluña independiente dentro de su club.
Hay que convencer a la sociedad
catalana de que estar juntos no es sólo mejor, sino más divertido
Homs y su Consejo Asesor (con Viver Pi-Sunyer al
frente) han vuelto a hacer el ridículo esta semana al polemizar con la propia
Comisión sobre lo que sucedería en la hipótesis improbable de que Cataluña se
separase de España.
Veinticuatro horas antes del partido, busco un interlocutor en Moncloa, alguien cercano al
presidente, que es quien, personalmente, decide los pasos a dar, su ritmo y
cadencia.
El mensaje es aún más demoledor. «No hay nada de qué hablar. De lo que Mas quiere hablar,
Rajoy no va a hablar. Desde luego, de soberanía, no. El Congreso ya ha dicho lo
que tenía que decir. En el marco de la financiación autonómica se pueden pactar
algunas cosas, pero siempre en el seno del Consejo de Política Fiscal y
Financiera. Y ahí, el interlocutor es Montoro». Apelo una vez más a
tender un puente de diálogo con Barcelona.
«Nosotros -el Gobierno- tenemos un problema. Hay cosas que no podemos hacer. Y otras que no debemos hacer.
Mas sabe, como dijo Rajoy en el pleno del Congreso, que ni siquiera el Gobierno
puede modificar la Constitución. Y lo que pide Mas implica modificar la
Constitución. Eso, en el caso de que se conformase con
una tercera vía como la que propone Duran, que eso todavía está por ver.
Pero, además, de las limitaciones legales, tenemos unos condicionantes
políticos. Por ejemplo, no se le pueden dar a Cataluña cosas en detrimento de
otras comunidades autónomas. Porque esas comunidades que no crean problemas
porque no se quieren separar, se rebelarían contra cualquier modificación que
supusiera un privilegio para alguien que lo que ha querido es, precisamente,
romper al actual sistema».
L’articulista postula:
no se le pueden dar a Cataluña cosas en detrimento de
otras comunidades autónomas.
La meva pregunta és:
fa 38 anys que s’ha subvencionat altres comunitats autònomes en detriment de Catalunya.
Me lo explique!
L’articulista postula:
esas comunidades no crean problemas porque no se quieren
separar.
Aquí hi ha un error de
percepció: aquestes comunitats no creen problemas perquè van xuclant de la
mamella, no perquè no es vulguiin separar…
L’articulista postula:
esas comunidades que no crean problemas porque no se
quieren separar, se rebelarían contra cualquier modificación que supusiera un
privilegio para alguien que lo que ha querido es, precisamente, romper al
actual sistema
Fins ara els
privilegiats han sigut ells. I es cert que volem eliminar aquests privilegis…
Así las cosas, me temo que no hay que esperar grandes
cambios en el próximo futuro. Por lo menos hasta después de las elecciones
europeas, en las que todos van a intentar hacer una lectura acorde con sus
intereses.
Por ejemplo, pase lo que pase a nivel nacional,
donde la caída de los dos grandes partidos va a suponer ¡¡casi 20 puntos!!, los nacionalistas van a contar los votos en Cataluña como si
fueran unas elecciones autonómicas. Y esperan que la suma de las coaliciones de
CiU, ERC e ICV-EU, obtenga una mayoría aplastante el 25-M.
De ahí al 9 de noviembre no cabe esperar más que
contactos de segundo nivel y en secreto. El mensaje que
ya le ha dado el Gobierno a Mas no va a variar ni un ápice en los próximos
meses: «si el presidente de la Generalitat quiere negociar con el jefe del
Gobierno, que deje en suspenso el referéndum de autodeterminación».
La batalla de verdad habría que darla,
no en los despachos, sino en la calle. Y el nacimiento de Societat Civil
Catalana es una esperanza. Habría que convencer a la mayoría de catalanes de
que su futuro sería peor si en Mestalla sólo pudieran estar ellos. Que
estar juntos no sólo es mejor para todos, sino que es mucho más divertido.
Diu l’articulista: «si el presidente de la
Generalitat quiere negociar con el jefe del Gobierno, que deje en suspenso el
referéndum de autodeterminación».
Diem nosaltres: Si el Rajoy
vol negociar, que no posi condicions…
I finalment nosaltres
ja tenim prou il·lusió, ja estem prou engrescats. I estarem més engrescats
encara sense haver d’arrossegar el llast d’Espanya!
Joan
A. Forès
Reflexions
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada