dilluns, 9 de juny del 2014

09/06/14. 140606. Pérez Andújar. Ser español es de pobres. Quim Torra. Els oligarques d’Òmnium. 3.Ernest Alós. Javier Pérez Andújar «Aquí falta humor, cintura y altura de miras»


Benvolguts,

Un article de Javier Pérez Andújar a El País i una resposta tardana de Quim Torra a El Singular.cat, seguit d’una entrevista a Pérez Andújar d’Ernest Alós al Periódico.

Els presentarem sequencialment, degudament ordenats:

Pérez Andújar és un espanyol nascut el 1965 a Sant Adrià del Besòs (a l’any 65 no podies ser altra cosa que espanyol!). Com que la immersió lingüística no va començar fins a mitjans dels anys 80, ell se la va perdre (o aquell dia no va anar a classe). I es mira Catalunya just al revés de com la mirava Candel als anys 60 i de com la mira Súmate, per exemple.

Per això a aquest espanyol, llicenciat en Lletres hispàniques, educat en la primera transició per un règim tan franquista com en temps de Franco, amb mestres educats en el franquisme, i mamant les trifulques simulades o no dels gobiernos alternatius del PPSOE, pot ser que li costi posar l’eix social al costat de l’eix nacional i ponderar la història recent des dels dos punts de vista social i nacional. Si tot s’ho mira des de l’eix social, és incapaç de comprendre que Catalunya (Cataquè?) ha fet un bon pas endavant i que ara contempla l’eix nacional com a prioritari.
Un exemple, segurament típic de l'educació (?) franquista que està molt extesa per les espanyes és aquest menfotisme o aquesta manca d'empenta per decidir-se o per comprometre's:
 No soy de los que refutan el derecho a decidir. Particularmente no me afecta mucho el latente debate del derecho a decidir, porque lo que se plantea apenas me despierta sentimientos.

El franquisme sociològic converteix les persones en anyells, que és justament el que les ments pensants del franquisme havien dissenyat!
I ara els articles:

1. Ser español es de pobres


En Cataluña, los sindicatos se alinean con el país que propone la oligarquía


Si las cuatro provincias de Cataluña fueran los Beatles, Barcelona sería Paul McCartney, pero tocando con la derecha. Recientemente el sector turístico se quejaba de que están llegando menos rusos a la ciudad. Se referían a rusos de Prada y de Tiffany (ambas marcas tienen tienda en el paseo de Gràcia); es decir, no a rusos de vodka y de kasachok, sino a los que han vuelto a quedarse con las playas de Sebastopol. Hay una mitología geográfica, un universo popular como todo lo mítico, que convierte a Sebastopol en esa ciudad hasta cierto punto imaginaria a la que siempre se refería el abuelo Cebolleta. Sin embargo, Sebastopol, al igual que la Interpol, es algo que realmente existe. De lo que no se puede estar tan seguro es de que, al menos por estos lares, existan los sindicatos de clase.

Resulta que, también hace unos días, Josep Maria Álvarez (secretario general de la UGT de Cataluña) y Joan Carles Gallego (secretario general de CC OO de Cataluña), llevados por el propósito de manifestar su apoyo al derecho a decidir, se lanzaron en brazos de Òmnium Cultural igual que esos amigos que en los libros de Julio Verne se reencuentran en su club social después de mucho tiempo sin verse porque han estado dando la vuelta al mundo en dirección contraria a la que creían o han estado en la Luna. Pero ¿por qué este ejemplo? ¿Es que se abrazaron en algún confortable salón de alfombras gordas y cajas de puros con higrómetro? No fue así. La fotografía de ese abrazo tripartito ha sido tomada a la intemperie, en la más pura tradición del ramo de la construcción. Al aire libre del andamio. En los otrora industriosos jardines de las Tres Ximeneies. Gallego y Álvarez (dicho así, parece firma de dueto zarzuelista) escoltando a Muriel Casals, la presidenta de Òmnium Cultural, uno a cada lado de la anfitriona, el uno a su derecha y el otro a su izquierda, en señal de ecuanimidad, como clara muestra de que ya no importa estar a la derecha o a la izquierda de los discursos, y exteriorizando plásticamente el paso de sindicatos de clase a no se sabe qué clase de sindicatos.

De fondo, las tres viejas chimeneas de la Canadiense, empresa mítica del anarcosindicalismo, la que vivió la huelga más sonada e incidente de la historia del movimiento obrero español. Pero esa historia ya no es la historia a la que quieren pertenecer los sindicatos. Aquello ocurrió antaño, cuando el abuelo Cebolleta aún no llevaba el pie vendado y podía salir corriendo de las cargas policiales Paral·lel arriba.

Òmnium Cultural es lo contrario, lo que da sentido a UGT y CC OO

A nadie le gusta perder, y hasta hay quien prefiere ganar, aunque para ello tenga que cambiar de juego y apuntarse al del contrario. ¿En qué aspecto Òmnium resulta contrario a Comisiones Obreras y UGT? En el fundamental. En el que da sentido a los sindicatos. Lo que hicieron en esa foto Comisiones y UGT fue pactar con la oligarquía. Pero pactar aquí es un eufemismo. Se pusieron a su servicio. Òmnium Cultural es el Club Mediterranée disfrazado de Misiones Pedagógicas. Esta asociación fue creada por la más pura y dura oligarquía catalana y para saberlo basta con ser catalán, con pertenecer al cuerpo social y a la historia de esta nación, país, región o como le quieran o decidan llamar.

No soy de los que refutan el derecho a decidir. No tengo conocimientos de derecho para defenderlo, ni tampoco para negarlo. Creo en la democracia. Es en lo único que creo. Y según mi noción intuitiva de lo que es el progreso, la democracia permite plantear abiertamente todos los asuntos. Lo que no es democrático es no poder hablar.

Particularmente no me afecta mucho el latente debate del derecho a decidir, porque lo que se plantea apenas me despierta sentimientos. Creo que no vale la pena ponerse a decidir sobre esas cosas. En lo que sí me he sentido concernido intelectual, biológica, socialmente, biográficamente, ha sido en lo que se desprende de esa fotografía que intento comentar aquí.

Entiendo que, para un sindicalista, el derecho a decidir debiera empezar decidiendo con quién se junta. Y la decisión de CC OO y UGT, tan ocurrente, de sumarse precisamente a lo que representa Òmnium me ha empotrado en un muro de perplejidad, ya no de decepción, pues hace años que nada espero de esas siglas sindicales, aunque creo que acabo de comprobar que ni siquiera sus propios líderes esperan algo del movimiento al que representan. Basta sencillamente con ser catalán para saberlo. Para saber quién es quién en Cataluña.

Como buenos catalanes, Gallego y Álvarez sabrán de sobra que la asociación Òmnium Cultural fue fundada en 1961 por los que cortan el bacalao, que fue comida de pobres durante siglos. Entre otros fundadores, allí estaba el financiero, presidente del Banco Popular Español y asimismo presidente de la aseguradora Chasyr 1879, Fèlix Millet, padre del famoso Fèlix Millet (que cuando es llamado a declarar por el desfalco en el Palau de la Música dice lo mismo que los Pegamoides: tengo los huesos desencajados, el fémur tengo muy dislocado, tengo el cuerpo muy mal, pero llevo una gran vida social).

Lo que plantea el derecho a decidir no me despierta sentimientos

También formaban parte del grupo fundador de Òmnium Cultural Lluís Carulla, empresario, que, además de presidir Gallina Blanca, Agrolimen, Cavas Mont-Ferrant y ser consejero de la citada Chasyr 1879, fue representante de los Rockefeller en Cataluña. O Pau Riera i Sala, presidente de las empresas Roldán y Seimex (su hermano Rosendo era hombre de confianza de Fèlix Millet padre). Vamos, el cogollito de las 200 familias decisivas. ¿Es que los dos sindicatos no han encontrado en toda Cataluña ninguna asociación más acorde con lo que realmente significan y representan para expresar su postura sobre el asunto?

Una fotografía convierte el derecho a decidir en el derecho a figurar. Para eso se hacen las fotografías. Para que se vean. Para estar. Es desesperanzador y, sin embargo, es tan real como Sebastopol. Unos sindicatos que han dilapidado su pasado y que, cuando descubren que hasta los pipiolos del asociacionismo les adelantan por la izquierda, se agarran desesperados a cualquier bandera; no, a cualquiera no, a la bandera de la patria, para no quedarse sin bandera, para tener algo que llevar en las manifestaciones. Unos sindicatos que culminan la manifestación de una huelga general o de un 1 de mayo sustituyendo el canto de la Internacional en catalán por el himno nacional de Cataluña. Unos sindicatos que ahora se retratan sonrientes con las instituciones de la oligarquía ante las ruinas de lo que fue el epicentro de la lucha obrera. Unos líderes sindicales que en esa misma foto consienten, el de Comisiones, sostener un cartel en el que ya se ha estigmatizado la palabra obreros, la palabra trabajadores y, para no citarlos, para no recordar de dónde se viene, se alude a ellos mediante el eufemismo del mundo del trabajo (el món del treball pel dret a decidir, este es el lema completo). Y el de UGT sujeta otro cartel donde contra todo respeto hacia una elección independiente se resalta la respuesta por la que Òmnium hace campaña (el rótulo dice És normal que un pais voti com pot viure millor, pero la palabra pais lleva sus dos últimas letras invertidas y pintadas de otro color formando el monosílabo sí).

Lo que se ve en esa foto, en realidad, es a dos dirigentes sindicales que han elegido una institución fundada por la oligarquía y el tipo de país que esta propone. Que, de algún modo, se han dado cuenta de que ser español es de pobres.

Javier Pérez Andújar es escritor. Premio Ciutat de Barcelona, es autor de Paseos con mi madre y Catalanes todos (de próxima publicación).


2.       Els oligarques d’Òmnium
Opinió. Quim Torra. 30/04/2014
http://www.elsingular.cat/cat/notices/2014/04/els_oligarques_d_Omnium_100363.php

Un dels articles que més tristesa m’han produït darrerament és el que va publicar aquesta setmana Javier
Pérez Andújar a 'El País' amb el títol “Ser español es de pobres”.
Tristesa perquè admiro a Pérez Andújar com a periodista i escriptor i també perquè vaig coincidir amb ell i amb Emili Manzano al seu programa un parell de vegades, un dels millors emesos mai a la televisió de Catalunya. Però a banda dels sentiments personals, tristesa per constatar que
encara es llegeix poc Josep Termes i, en canvi, es segueix tirant de Jordi Solé Tura, tesi dels finals dels seixanta que bàsicament es fonamenta en què la burgesia catalana utilitza
el nacionalisme per mantenir els seus privilegis de classe.

Pérez Andújar arremetia en aquest article
contra el suport al dret a decidir que els sindicats
majoritaris catalans, CCOO i UGT, havien manifestat en una reunió amb Òmnium.

Aquest fet significa per ell “pactar con la oligarquía. Pero pactar aquí es un
eufemismo. Se pusieron a su servicio. Òmnium Cultural es el Club Mediterranée
disfrazado de Misiones Pedagógicas…”

A continuació, fa un repàs, molt crític, contra els fundadors d’Òmnium –els Millet, Carulla, Riera, etc..- per acabar,
afirmant: “Lo que se ve en la foto, en realidad, es a dos dirigentes sindicales
que han elegido una institución fundada por la oligarquía y
el tipo de país que
esta propone.
Que, de algún modo, se han dado cuenta de que ser español es de
pobres”.

Resulta que pertanyo a la Junta d’Òmnium des de fa un parell
d’anys. Precisament l’altre dia teníem reunió i vaig aprofitar per mirar-me als
companys de Junta: professionals, administratius, treballadors, jubilats.
Oligarques? Vaig anar recordant les activitats que fa Òmnium per la defensa de
la llengua, el país i la cultura catalana: la campanya d’un país normal, els
castells a Europa pel dret a decidir, la cercavila de Som Escola per una escola
catalana; la flama de Sant Joan; el premi d’Honor de les Lletres Catalanes…
Oligarques? Òmnium proposa un país al servei de l’oligarquia? De debò que es pot
dir això, així?

I en canvi vaig recordar també la fotografia del príncep d’Espanya a la residència del comte de Godó, amb el lobby del Puente Aéreo que reuneix alguns dels dirigents empresarials més importants de Catalunya

(no tots, el Sr. Grífols no hi era), una fotografia sinistre, constituïts tots ells en un
grup de pressió per a evitar el dret a decidir dels catalans, la imatge pura del
capital al servei de l’status quo.
No serien més aviat ells, els oligarques? I a
quin costat de la balança estan i donen suport amb tots els seus poderosíssims
mitjans?

Em sembla, doncs, que cal distingir, en ple segle XXI:

·       què és l’oligarquia i les elits catalanes, que sempre han estat al marge del tros de
terra on han viscut, impermeables a qualsevol altre interès que el seu benestar
econòmic, fent un by-pass a Catalunya per abraçar-se a les elits madrilenyes
;

·       de les classes mitjanes i populars catalanes, professionals liberals, menestrals,
pagesos, obrers, que han estat sempre, en tot moment, al davant del poble, al
costat del poble i darrere del poble, perquè elles són, precisament, el poble.

Aquesta Catalunya popular, representada per Òmnium, per l’Assemblea, pels
castellers, per la cultura popular, per l’excursionisme, per les associacions de
pares i mares de les escoles, pels ateneus i casals populars, per l’escoltisme,
pels sindicats, per tantes i tantes altres associacions i grups de tot tipus, no
té res a veure amb l’oligarquia, ans al contrari, en aquest moments s’hi
enfronta, la combat directament, provocant el moviment revolucionari més
important de la història de Catalunya:
el camí cap a la independència, que no és
altra cosa que l’oportunitat de construir un país nou, millor, més democràtic,
més just.

No em cal apel·lar a Josep Termes o Josep Fontana o Pere Anguera o Josep Benet,

tots ells homes d’esquerres, per defensar les arrels
populars històriques del moviment catalanista.
Ni citar Joan Fuster, que
s’estranyava de no haver sentit parlar mai de
l’espanyolisme com una ideologia
de classe,
però sí que voldria esmentar Montserrat Roig, de qui vaig tenir el
plaer de poder editar-li el “Diari d’uns anys (1975-1981)”, recull d’articles
publicats per la Roig durant els denominats anys de la
transició.

Montserrat Roig era una militant del PSUC, més o menys en les
dates en les que l’actual presidenta d’Òmnium també ho era. Muriel Casals, filla
d’exiliats republicans, economista, professora i vice-rectora de l’UAB, que
políticament em sembla que fins i tot havia estat a Bandera Roja, va col.laborar
com economista amb Comissions, publicant articles a "Treball" i "Lluita Obrera".

Són, potser, Montserrat Roig i Muriel Casals representants de l’oligarquia?

La Roig, d’esquerres i catalanista, va publicar al Mundo Diario, el
1977, l’article següent: "I ve un senyor que acostuma a dir paraules sàvies.
Aquest senyor et diu, sorneguer, els teus símbols són, si fa no fa, els mateixos
que aquests que rebutges, tot és qüestió de colors... i tu prefereixes no
emborratxar-te, fóra fàcil, i prefereixes pensar que s’ha equivocat o que la
boira de la memòria és tan densa que el senyor de les paraules sàvies tampoc no
és capaç de treure-la del seu davant. Quatre barres..., quatre rius de sang, com
diria en Raimon, i tu, que t’has passat la vida combatent el sentimentalisme i
el folklorisme dels vells, dius, tot d’una, que ja n’hi ha prou, que aquestes
quatre barres volen dir moltes coses, i t’empesques tot d’exemples per a
demostrar què carai són aquestes quatre barres —o què representen— i
prefereixes, una altra vegada, usar la raó abans que la ràbia.
Dius que aquesta
bandera ha estat acceptada pels immigrats, que és la seva, que és la nostra,
dius que els obrers de “Laforsa” venien escuts amb la senyera molt abans que fos
tan pública com ara —molt abans que en Samaranch la posés a la Diputació—, que
els obrers de “Laforsa” del Baix Llobregat la venien per a fer calés per a
mantenir la seva vaga. O bé recordes quan els xicots de l’OJE t’estossinaven
pels carrers quan tu tenies tretze anys i portaves, cofoia, l’escut de les
quatre barres, o..."

I un darrer apunt
. L’any 1983, fa 30 anys, a Santa
Coloma de Gramenet justament, va iniciar-se la immersió lingüística en 19
escoles públiques (no pas de la zona Alta de Barcelona), per expressa petició
dels pares i mares dels nois i noies que hi estudiaven, la gran majoria dels
quals no tenia el català com a llengua pròpia. Òmnium havia treballat des de
feia anys, a través de la Delegació d'Ensenyament Català,
per la recuperació de
la llengua a les escoles, decantant-se per l'ús del català com a llengua
vehicular de l'ensenyament i com a eina de cohesió social.
No és una data
qualsevol, ni tampoc no és una ciutat qualsevol
: per fi, tots els nens i nenes
catalans compartien un mateix projecte; per fi, el somni de ser un sol poble es
podia fer realitat (contra aquesta idea treballava el franquisme).
L’esquerra
catalana i els seus sindicats van ser-hi al seu costat, sempre hi han estat.
Qui
pot estranyar-se ara que hi continuïn estant?
No és el contrari, justament,
aquells que hi han renunciat, els que haurien d’explicar-nos el per què ho han
fet?.

I mentre això passava fa 30 anys, ahir, al Real Club de Polo de Pedralbes, Albert Rivera i Ciutadans explicaven el seu projecte lerrouxista als qui sempre han estat els seus aliats.

Benvolgut Javier, evidentment que es pot
parlar de tot, estem en democràcia, gràcies a Déu. No n’hem gaudit massa anys,
els catalans, de democràcia, com per no aprofitar-la fins a la seva última gota.
Per això, qualsevol posició és legítima, tant els que defensem la independència
de Catalunya, com els que no
o els que creieu que no val la pena posar-se a
decidir sobre aquestes coses.
Però sí que m’agradaria pensar que t’he pogut
traslladar la idea que
des d’Òmnium o des de qualsevol altre entitat que està
avui en dia treballant per una República Catalana, l’últim que representem és
l'oligarquia. “Pensem que el projecte polític de la independència de Catalunya
en el marc europeu és avui l’únic capaç de fer de palanca a l’ambició d'un país.

Un projecte que ens ha de permetre treballar de veritat per la igualtat
d’oportunitats dels ciutadans, i que
ha de garantir drets bàsics com l’educació,
la sanitat, l’habitatge digne o el treball. Per a nosaltres, voler un estat
propi és voler un país socialment més just i pròsper. I, encara, n'estem
convençuts, és també l’únic projecte per modelar una societat més creativa i
avançada, que provoqui l'esclat d'energia que necessita la nostra cultura, que
faci vibrar la corda que mou l’ànima d’una comunitat”.
No són paraules meves,
són paraules de Muriel Casals dites a Santa Coloma de Gramenet l’octubre de
2012. I aquí estem i seguirem, ni Club Mediterranée ni Misiones Pedagógicas,
aquí estem i seguirem contra l’establishment i l’status quo que ens impedeix
construir el país normal que volem.


3. Javier Pérez Andújar «Aquí falta humor, cintura y altura de miras». El autor de 'Los príncipes valientes¿ reescribe su primer libro, el sarcástico 'Catalanes todos¿

Ernest Alós
Barcelona

Lunes, 26 de mayo del 2014


Javier Pérez Andújar (Sant Adrià, 1965) empezó su carrera literaria en el año 2002 con Catalanes todos, una visión disparatada de las 15 visitas de Franco a Catalunya. Al cabo de 12 años la ha reescrito a fondo, hasta convertirla en una novela rebosante de juegos de palabras y de humor esperpéntico sobre los catalanes de Franco -el cojo que suplica poder fusilar en el Camp de la Bota, el superviviente de una checa que desarrolla una repugnante perversión relacionada con los urinarios, la viuda de excombatiente reconvertida en pujolista-, que acaban sumándose a la manifestación por el Estatut de 1977 y mirando con distancia a sus nietos en la Via Catalana. Y de propina, La dimisión, un vodevil con Suárez y el Rey como protagonistas. Pero, en los últimos días, Pérez Andújar no ha estado solo de actualidad por su libro.

-Ha recibido por todas partes por su artículo sobre los sindicatos y Òmnium, en el que identificaba a esta entidad con la oligarquía local.

-Ya. Leí la réplica de Culla, pero no estoy de acuerdo con su argumentación. Dije que eran descendientes de los representantes de la oligarquía, ni siquiera que lo fueran. El artículo se leyó con muchos prejuicios. Se ha dado por sobreentendido algo que nunca he dicho, que estoy en contra del proceso. A mí ni me va ni me viene. Hay gente a la que entiendo, y nunca les pondría la zancadilla para que no llegaran. Pero yo sentimentalmente tengo derecho a no estar involucrado, faltaría más. Me da miedo no lo que la gente quiere, sino la gente que se ha puesto a trabajar. No entienden que si no estás con ellos no quiere decir que estés en contra. Yo estoy solo conmigo.

-Pero en Twitter hubo sangre...

-Respecto al ruido de las redes sociales: no les hago caso porque las uso y sé de qué van. En realidad no representan lo que pasa en la calle. Escribir en el Twitter es como cuando ibas al bar de tu barrio o al bar de la facultad y alguien, que podía ser un brillante estudiante, escribía una grosería en la puerta del baño. Twitter son las cloacas de la persona, pero no las cloacas de la vida, porque la vida es más limpia. Que, con la falta de compromiso que da el anonimato, la gente se lance a decir según qué cosas no tiene mayor relevancia.

-¿Pero la oligarquía de verdad no son más bien esos empresarios que hacen lobi por las terceras vías o...?

-Y la foto de Ciutadans en el Círculo Ecuestre… Es un discurso muy matizable. Por esto es un debate, porque hay muchos puntos de vista que constrastar. Hay muchas oligarquías en cada estrato social, pero tienden a serlo absolutamente, y ahora hay una lucha entre oligarquías. Ese es mi punto de vista. Pero la gente se ha acostumbrado a responder desacreditando, insultando personalmente, en lugar de llevar el diálogo más lejos. Yo hablaba de dos símbolos que se atribuyen cada una la pureza. Los sindicatos, la proletaria; Òmnium, la de cierto catalanismo. Y se atribuyen por extensión a toda la clase obrera y a todo el catalanismo. Si metes el dedo en la llaga de su supuesta pureza, es normal que se revuelvan. Pero esa es la función del escritor, meter los dedos en la llaga.

-Hablemos del libro. ¿Por qué lo reescribe, y cuánto lo ha modificado?

-Lo reescribo por respeto a mi lector. Mi editor me propuso recuperar esta novela, que ahora parecía oportuna. Y he querido que sea oportuna pero no oportunista. Por eso no quise salir por Sant Jordi y decidí reescribirlo, pero siendo más fiel al libro que a lo que soy yo ahora. En 12 años he aprendido y lo reescribí de diálogos, de profundidad psicológica de los personajes, con 100 folios añadidos, pero no toqué la estructura. Lo que yo quería era sacar un libro de humor sobre el tema. Para relativizar. Porque se está haciendo todo de una manera tan desaforada que te puede dar miedo o risa, y a mí me da risa. Creo que aquí falta cintura, humor, juego limpio, altitud de miras, generosidad y buena disposición, y sobra victimismo. .

-Hablando de la vía, de la manifestación del milió y del 26 de enero de 1939. Un personaje dice que la gente va a los sitios porque quiere vivir su época. ¿Vale para los tres casos?

-Esa es exactamente la intención de esa frase. La gente sale a la calle porque quiere vivir su tiempo. La época sensibiliza a la gente y la gente hace la época. Eso no quiere decir que sean títeres, al contrario. Si la gente sale en masa para defender una opción es porque siente que tiene que hacerlo. Puedo separarme de ella y describirla. Pero yo no la juzgo.

-¿Encuentra una satisfacción un poco sádica en ir reproduciendo, a partir de notas de sociedad, los apellidos de las grandes familias de la alta sociedad de los 50, para que veamos de dónde viene según quién?

-Hay un sadismo, vale. Yo compré la colección de los años 40 y 50 de Hola y empecé a hojearlas. Ese es el origen de la novela. Pero son la decoración.

-Aparecen los Vidal-Quadras, Salisachs, Trías, Milà, Godó, Sentís, Suqué, Mateu, Rivière… Hay más apellidos de estos en el ámbito digamos unionista o en la CiU menos soberanista que en la Via Catalana, ¿no?

-En 12 años, desde que lo escribí, las cosas han cambiado. Entonces el proceso no existía, y ahora el territorio político se ha redistribuido. Ahora son los descendientes de descendientes. Y no les podemos negar la catalanidad.

-Bueno, aquí lo de los ocho apellidos no funciona así…

-A mí me preguntan, o más bien lo dan por supuesto, si soy charnego. Yo me sentía de aquí, normal. A la gente la analizo económicamente, sé la pasta que tienen, a qué la dedican y cómo les va en la vida. Por ahí, sí. No me he sentido identitario de nada, ni de ser de Sant Adrià. La geografía la puedes cuestionar intelectualmente, pero es más difícil ser más libre de tu origen social, económico. Contra eso tienes que luchar. Por eso nunca me he sentido ni charnego ni catalán. Y español… en la mili vi lo esencial del patriotismo y me quedó claro que no sería patriota nunca.

-Pero dice que sobre todo ha querido escribir un libro de humor.

-Si, y seguido de una comedia. Vas escarbando y vas viendo quién eres. Una capa lírica, poética, y escribes Los príncipes valientes, vas más abajo y sacas tu vena política, pero sigues escarbando y cuando llegas a la esencia, te das cuenta de que te encantaba reírte: Jardiel, los hermanos Marx, Tamariz, Abbott y Costello. Mi última capa freática es el humor. Quiero sacar al humorista que llevó dentro. Me encanta provocar, soy un payaso en toda regla.

Joan A. Forès
Reflexions

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