Benvolguts,
Aquesta carta d’en Jaume Barberà està
datada el 19 de desembre de 2017. Recordem que no era un període de temps
qualsevol. Hi havia pràcticament tot el Govern català a l’exili o empresonats,
amb el 155 el Gobierno espanyol estava delmant la Generalitat, entrant
“a saco” en les seves dependències, havent entrat als webs i ordinadors de la
Generalitat, el Gobierno espanyol amb el rei al davant havia creat una llei per
tal de facilitar i empènyer les empreses catalanes perquè fugissin a fora de
Catalunya. El Gobierno espanyol s’havia inventat noves lleis en forma de
decret-llei que ja havien estat rebutjades pel Parlament, com per exemple la
llei per permetre que es tornés a recollir el corall de les costes catalanes,
encara que hi havia una llei específica que ho prohibia i avui es continua
recollint.... L’1 d’octubre havíem
realitzat el referèndum, la guàrdia civil i la policia armada ens havia
massacrat, les dades del referèndum
varen ser molt importants en nombre de votants (2300) tenint en compte que les
paperetes de 900 col·legis electorals havien estat requisades pels mossos. A
més a més també sota els efectes del 155 el Sr M.Rajoy va convocar eleccions al Parlament de
Catalunya pel 21 de desembre, amb la intenció manifesta que els catalans
s’acollonissin encara més i Ciudadanos guanyés. Doncs no varen guanyar prou! La
pressió contra els catalans havia estat enorme i segurament que aquest article
entre molts d’altres va aconseguir que Ciudadanos fés el ridícul. Recordem que
l’endemà de les eleccions, quan se li va proposar a l’M.Rajoy que quan rebria
els independentistes que havien guanyat en vot i escons, va respondre que ell
només rebria la senyora Arrimadas!
Vegem la carta:
19 de desembre de 2017
Carta a
Doña Inés Arrimadas
Distinguida señora Inés
Arrimadas: Sin ánimo de molestarla, ni incordiarla, ni, mucho menos, de
ofenderla, permítame que le remita esta carta, redactada con todo el respeto
del que soy capaz, para manifestarle mi recelo por los acontecimientos que nos
toca vivir actualmente. En primer lugar, le recordaré el origen del partido
político que usted representa. El afamado antropólogo y profesor universitario,
señor Manuel Delgado, escribía en su blog, el año 2012:
“Es
una cuestión complicada el del papel de un sector importante de la
intelectualidad de izquierdas en Catalunya en relación con la “cuestión
nacional”. Ahí está la lista de los firmantes del Foro Babel en 1996, el
precedente directo de lo que sería luego Ciutadans, con aquel otro antepasado
aun más remoto que fue el Manifiesto de los 2300”.
Ciutadans, pues, nació
como el brazo político del Foro Babel; El Manifiesto de los 2300, de enero de
1981; el primer Manifiesto del Foro Babel, del año 1997; el segundo Manifiesto
del Foro Babel, del año 1998 y el manifiesto “Para la creación de un nuevo
partido político en Catalunya”, del año 2005, dieron como fruto la creación, el
año 2006, del partido político Ciutadans-Partit
de la Ciutadania. Todos estos manifiestos citados
tenían, entre otros, un objetivo común:
Combatir la lengua catalana.
Una lengua milenaria.
En
otro orden de cosas, me gustaría informarla de que no son armas mortíferas.
Tampoco son gigantes, ni siquiera molinos.
Se trata, tan sólo, de
lazos amarillos usados como recuerdo y homenaje a unos presos políticos, injustamente
encarcelados, cuyo único delito fue el de creer que en España se cumplirían los
mínimos preceptos democráticos. El comportamiento de la justicia europea
confirma esta afirmación.
Con lo que escribiré a continuación, para algunos pecaré de ingenuo, y
para otros de inocente. Según mi opinión, usted no es la política dura e
intransigente que quiere aparentar. Esta perversidad que pretende transpirar
creo, honestamente, que es sólo gesticulación exagerada. El papel de Cruela
de Vil no va con usted. Sí pienso, por otro
lado, que es una pésima actriz. Esta insistencia suya en jugar al ataque,
hablando, constantemente y con voz muy alta, de
rotura, de violencia y de confrontación social que usted misma sabe que no son
ciertas, la hace sobreactuar. Usted también es conocedora que los ataques
denunciados, sólo vienen de un lado y van acompañados, siempre, de la misma
bandera.
Por otro lado, esta sobreactuación de la que hablo no consigue sus
objetivos. Se podría hacer mejor con menos ímpetu y espíritu hirientes.
Seguramente no haré ningún descubrimiento si le digo que tiene muy
difícil, no diré imposible, pero si muy difícil, el llegar a Presidenta de la
Generalitat. En las elecciones del 21D, con todos los aparatos a su favor: mediático, económico,
político y judicial; con el equipo rival obligado a jugar a la pata coja, los
que podían, ya que los demás estaban injustamente encarcelados o exiliados; con
una gestión, más que discutible, del voto exterior y después de los sucesos del
1-O, si pensaban que ganarían por goleada y
el resultado fue el que obtuvieron, en condiciones, digamos, normales, es de suponer que su techo electoral sea muy inferior.
Por su juventud y su impetuosidad usted es víctima de los tejemanejes que
se cuecen en el partido al que pertenece. Cuando
haya quemado todas sus posibilidades la premiaran con un escaño en el Senado de
Madrid, o quizás en el Congreso y después… “si te he visto no me acuerdo”.
La reflexión final que
le hago es: ¿para este viaje eran precisas tales alforjas?
¿Como
justificará? El hecho de haberse ganado, a cambio de nada, el desprecio de una
amplísima parte de la sociedad catalana. ¿Qué explicaciones les dará a su
familia y a los suyos? para justificar que es despreciada y desdeñada,
precisamente donde quería gobernar. Por favor señora Arrimadas, medite, recapacite y
reflexione.
Para
terminar le hablaré de una mujer andaluza, como usted. Nacida en Jerez de la
Frontera, como usted. Casada con un catalán, como usted, que, en tiempos muy
convulsos, jamás habló mal ni de los catalanes, ni de ninguna fracción de ellos
y que llegó a ser, sin renunciar a su habla, ni a su origen, una ciudadana
catalana y barcelonesa, muy admirada y querida. Me refiero a Doña
Clara Noble Malvido, que educó con responsabilidad a sus trece hijos y les
enseñó a amar a Catalunya, sin ningún tipo de distinción. También comprendió y admitió, de sobras, porque así lo
entendió, que su marido, el poeta Joan Maragall, escribiera en su Oda a
Espanya, aquel final de: “Adéu Espanya!”.
Le ruego disculpe mi atrevimiento con el mismo deseo que le ruego reciba
un educado saludo.
2 de septiembre de 2018
Jaume Barberà Canudas
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