Benvolguts,
En aquesta entrevista al president Puigdemont feta pel periodista de Público
Marià de Delàs a Brussel·les un parell de dies abans de les eleccions
del 21-D hi
he trobat respostes molt encertades i de gran potència mediàtica.
Particularment m’ha interessat una resposta molt encertada a la pregunta ¿Tiene claro qué hará luego?. Vegem-la:
No tengo muy claro a qué me voy a dedicar,
porque mi vida ha sufrido tantas alteraciones en los últimos dos años que ahora
ya casi es difícil hacer previsiones sobre qué va a pasar después de esta
etapa, pero me gustaría mantener lo que siempre ha dado sentido a mi actividad
que es la comunicación...
Mai més ben
expressat el sentiment d’en Puigdemont i una mostra del seu poder de comunicació és veure les acurades i contundents
respostes a les preguntes de l’entrevistador.
Vegem l’entrevista:
ENTREVISTA PUIGDEMONT"
¿Alguien ha pedido al rey que
rectifique?"
En su última entrevista antes de las
elecciones al Parlament del Catalunya del 21-D, Puigdemont reflexiona en 'Públic' sobre su campaña electoral
desde Bruselas, su pálpito con los resultados y sobre la actitud del Gobierno que aplicó el artículo 155 en Catalunya: "Celebré que hubiera alguien en el
equipo de Rajoy que no fuera un halcón y participara del grito del '¡A por
ellos!'".
El president cesado de
la Generalitat y candidato de JxCat, Carles Puigdemont, durante la entrevista
con 'Públic'
BRUSELAS
MARIÀ DE DELÀS
Trabaja en Bruselas a contrarreloj.
Carles Puigdemont (Amer, La Selva, 1962) encabeza Junts per
Catalunya (JuntsxCat), una organización creada hace poco más de tres
semanas con la que pretende conseguir restablecer el gobierno de la Generalitat existente antes de la
aplicación del artículo 155. Recibe a Públic en un hotel de Bruselas,
durante las últimas horas de campaña y, entre otras muchas reflexiones,
traslada su confianza en que Mariano Rajoy y su equipo digieran el resultado de unas elecciones
que, según él, deslegitimarán la intervención del gobierno del PP en la
Administración catalana. El president Puigdemont se pregunta
si alguien está pidiendo al presidente Rajoy que atienda a la realidad de los
2’3 millones de catalanes que votaron el 1 de octubre. Y responde también al
interrogante sobre los destinatarios del mensaje del rey en la
“fatídica noche del 3 de octubre”.
¿Cómo está, presidente?
Bien. Dentro de las circunstancias,
bien
Este jueves iremos a votar. ¿Cómo le
explicaría usted el actual momento político en Catalunya a una persona de
Toledo o de Sevilla?
Es un momento en el que está en juego
la democracia. No si hay independencia sí o no en Catalunya, sino la propia
democracia. Le preguntaría si le gusta vivir en un país en el que se prohíba
lucir este lazo amarillo [lo muestra],
hablar libremente en los medios de comunicación o colgar pancartas que digan
"democracia"; eso es todo lo que está perseguido en este momento en
Catalunya. Y si le gusta que se liquide a un Parlamento elegido
democráticamente.
Ver todo esto desde Bruselas debe de
ser duro personalmente. ¿Cómo se encuentra en ese aspecto?
Personalmente, la dureza es evidente
y no la recomiendo ni la quiero para nadie, pero políticamente estamos muy
fuertes porque nuestra posición es muy sólida. Las expectativas son muy buenas y, además,
el rechazo exterior a una actitud incomprensible del Estado español aquí se ve
muy claro.
"No tenemos recursos económicos y otros tienen muchos recursos
económicos que algún día tendrán que explicar..."
Dice usted que estas elecciones no
son limpias...
No, no lo son, y no porque tenga miedo de haya fraude, sino
porque el fraude ya se ha producido: porque no
las ha convocado quien debería; porque
las condiciones en las que debemos operar no son las justas ni son iguales para
todos; porque hay candidatos que
tenemos que estar fuera o en la cárcel para poder pedir el voto; porque
hay candidatos que piden el voto -como Jordi Sànchez- y que, por el solo hecho
de pedirlo, han sido vejados y sancionados; porque
no tenemos recursos económicos y otros tienen muchos recursos económicos -que
algún día tendrán que explicar...-, y porque hay
un Estado español que ha decidido participar en las elecciones. En
este sentido, los resultados van a quedar afectados por estas circunstancias.
Usted da por hecho que va a volver a
Catalunya en los próximos días. ¿Lo hará en cualquier caso?
Volveré si el Estado español se compromete a aceptar el
resultado de las elecciones convocadas por él mismo con sus reglas de juego, que
creo que es lo que debe pasar. Sería el colmo que el
Estado español, que ha convocado las elecciones y ha puesto las reglas del
juego, luego no acepte el resultado si éste resulta ser que los catalanes
apuestan por que continúe el Gobierno cesado ilícitamente e ilegalmente.
"Los catalanes no van a blanquear ni a legalizar con su voto lo que
pretende el Gobierno español, que es la decapitación del de Catalunya"
Y si Junts per Catalunya no gana,
¿volverá y pedirá la investidura?
Vamos a ver cuál es la decisión de
los catalanes. No tengo ninguna duda de que los catalanes no van a blanquear ni
a legalizar con su voto lo que pretende el Gobierno español, que es la
decapitación del Gobierno de Catalunya. Estoy convencido de que los catalanes
no van a decapitar la Presidencia de la Generalitat ni a su Gobierno y de que
vamos a poder entrar todos juntos -presidente, vicepresidente, consellers y conselleres- al Palau de la
Generalitat
Algunos dirigentes de ERC, de
JuntsxCat y usted mismo han hablado en alguna ocasión de referéndum, otra vez.
¿Ustedes se plantean de nuevo la posibilidad de negociar un referéndum?
Esta puerta debe estar siempre
abierta. Nosotros ya lo hemos propuesto y ya celebramos un referéndum, que es
válido para nosotros. Jamás cerraremos la puerta a lo que es la vía
prioritaria, que es un acuerdo, aunque para que haya acuerdo debe haber otra
parte sentada en la mesa, cosa que no ocurre, y esto a nosotros no nos debe
paralizar. Con todo, si el
resultado del 21-D muestra la persistencia de la
voluntad de los catalanes -y creo, honestamente, que es lo que va a pasar y la 'receta Rajoy' no funcionará-, se puede y se debe
exigir al Gobierno español un cambio de rumbo. Y éste debe pasar
inevitablemente por diálogo y negociación política.
"Tengo perfectamente claro cómo y cuándo puedo entrar sin ser
detenido, sin ningún problema"
Usted dice que lo que pretende es
restablecer el Govern cesado por Rajoy. ¿Restablecerlo tal cual?
Exactamente.
Entre otras cosas porque el señor Rajoy -y se verá con el tiempo- no tiene poder para cesar
al Gobierno catalán ni tiene poder para cesar al presidente elegido por el
Parlamento. Va contra la ley y va contra la Constitución, en contra de las reglas
del juego de la democracia. Por tanto, nuestro deber -ya no es
una opción- es defender la institución de la Generalitat de Catalunya, la Presidencia
de la Generalitat. Y no tiene que haber ningún cambio ahí, porque cualquier cambio significaría aceptar las reglas del
juego y los efectos del 155. Hay que ser muy
explícitos al enviar el mensaje del día 21: el
señor Rajoy no puede, no tiene derecho a poner o quitar presidentes en
Catalunya.
Pongamos que usted vuelve y al pasar
por La Jonquera...
Si entro por La Jonquera...
... lo detienen. Y supongamos que
Oriol Junqueras tampoco puede salir de la cárcel. ¿Qué ocurre en ese caso?
Tengo
perfectamente claro cómo y cuándo puedo entrar sin ser detenido, sin ningún
problema, y creo que esto no va a ocurrir. Si soy candidato a volver a ser ratificado presidente por el Parlament de Catalunya, y el Parlament quiere, esto debe prevalecer
-en una democracia- ante las esposas o los barrotes. Dicho esto, entiendo la
pregunta... Es un escenario en el que ya no debemos poner la carga de la prueba
en la parte catalana, sino en la parte del Estado español: oigan, si ustedes han convocado estas
elecciones, con sus reglas del juego, los desequilibrios, la parcialidad de la
Junta Electoral... y no ha funcionado, y estamos igual que antes, ¿piensan
cambiar o no? ¿Van a aceptar los resultados de una competición con sus reglas
del juego o no? Porque si es que no, ahí va a emerger un problema muy grave,
no en España, sino en Europa. Por primera vez, España va a declarar ante la
Unión Europea que no acepta el resultado de unas elecciones democráticas, y
esto es claramente contradictorio con los tratados de pertenencia a la UE.
"Si el presidente Montilla se encontrara en esta situación de cese
ilegítimo, mi presidente sería Montilla, y yo exigiría su restauración en el
Palau de la Generalitat"
Tiene claras las condiciones en las
que podría volver... ¿Y tiene garantías de que ERC apoyará esta investidura?
Estamos
aquí -y creo que no estamos solos- porque no aceptamos una intervención
ilegítima, ilícita e ilegal a nuestras instituciones. No hay ni debe de haber ninguna duda, porque si abrimos la
posibilidad de que esto sea así, por pequeña o grande que sea -por ejemplo,
cambiando al presidente-, estaremos legitimando que, en el futuro, siempre
alguien de Madrid al que no le guste un Gobierno, un presidente o presidenta,
podrá cambiarlo. No se trata de personas, se trata de la institución. Yo haría exactamente
lo mismo si el presidente fuera alguien a quien jamás he votado, como el señor
Montilla. Si el presidente Montilla se encontrara en esta situación de cese ilegítimo, mi presidente sería Montilla, y yo exigiría su retorno y su restauración en
el Palau de la Generalitat hasta que los catalanes, por decisión de las
instituciones catalanas, pudiéramos tomar la decisión de nombrar a otro
presidente.
Oriol Junqueras ha dicho que quiere
ser presidente...
Y después del 130º presidente, que soy yo, vendrá el 131º. Lo importante es cuándo debe ocurrir. ¿Vía 155 o cuando nosotros, en ejercicio
de nuestras instituciones, decimos que debe haber un presidente 131º? Aprovechar que Rajoy ha decapitado o dice haber decapitado
nuestras instituciones para dar validez a esta decapitación creo que va
justamente en la línea de lo que queremos evitar con nuestros actos y con
nuestra posición: ir exactamente en contra de este 155 y sus efectos.
-Si las encuestas tienen razón, usted
necesitará más apoyos...
La razón
la dan y la quitan los electores, no las encuestas y, además, éstas señalan
algo muy llamativo: que nuestra candidatura, que no existía hace apenas tres
semanas y que además, partía de una posición muy baja, no ha parado de crecer. A estas horas sigue creciendo y
estamos ya muy cerca de la cabeza, y según algunos datos, incluso delante del
todo. Pero me
niego a aceptar la lógica de las elecciones autonómicas convencionales, porque
para mí, no lo son; son elecciones para parar un golpe de Estado, que es el
155; para decir que la receta Rajoy no funciona. Claramente, el
frente del 155 va a salir derrotado
de estas elecciones. Los catalanes, con nuestros votos, no vamos
a legalizar lo que es una ilegalidad y una ilegitimidad.
Con estos argumentos, ¿cree que se
puede convencer a la CUP y a los Comunes?
Vamos a ver cuál es la posición de
cada uno. Yo
puedo hablar por Junts per Catalunya; de por qué hemos hecho esta lista, cómo
la hemos hecho y por qué queremos continuar el mandato democrático del pueblo
de Catalunya, que viene del 27 de septiembre del 2015 y del 1 de octubre. Éste es el compromiso, porque hay una inmensa
mayoría en Catalunya que ya no ve
posible ofrecer un
país mejor a nuestros hijos con los instrumentos de éste recortado y
desacreditado Estado autonómico, y, por tanto, quiere hacerlo con los
instrumentos de un Estado.
"Yo no estoy dispuesto a todo para la independencia de Catalunya,
pero sí que he escuchado y he visto que en el Estado español están dispuestos a
todo para impedir la independencia"
Usted
siempre dijo que permanecía en la Presidencia
de la Generalitat para cumplir con en este mandato y luego lo dejaba...
Exactamente.
...pero
se entiende que, después, si usted es investido, seguiría cuatro años?
Las legislaturas son para cuatro
años. Creo
que hay que dar estabilidad a nuestra hoja de ruta y que hay que recuperar la
democracia, que ha sufrido un regresión monstruosa en Catalunya por culpa del
155, desde el 1 de octubre. Hay que quitar ese
miedo que atenaza a la sociedad catalana, a los maestros, a los policías, a los
funcionarios, a los periodistas... Esto no puede ser así y hay que dedicar
mucho tiempo a recomponer lo que esta irrupción violenta y abrupta del Estado
ha provocado en nuestro país. El Junts no
es porque sí, sino porque hemos hecho un país que vale la pena, en el que vale
la pena hacer proyectos personales y profesionales todos, porque siempre hemos avanzado. Y alguien decidió en un momento determinado, al ver que no
podía parar el crecimiento democrático de un fenómeno como es el
independentismo, que tenía que acabar abruptamente y violentamente con todo
eso. Aquí hay que recomponer otra vez lo que destrozaron esta
banda del 155; hay que dedicar mucho tiempo. Insisto, hay que darle a todo
el mundo la oportunidad de que digieran los resultados del 21-D.
Porque si el 155 sale derrotado y
hay que volver a la situación anterior -que el 155 interrumpió-, hay que darle tiempo también al Estado español para que pueda digerir lo que será
otra amarga derrota. Pero hay que
hablar.
Carles Puigdemont y Marià de Delàs,
en un momento de la entrevista en Bruselas.
En
cualquier caso, ¿a las siguientes elecciones no se volverá a presentar?
Si son en condiciones de normalidad, seguro que no. A éstas ya no me quería presentar, pero para defender la institución de la Generalitat de Catalunya, la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, estoy obligado a hacerlo, porque yo no estoy aquí para salvar una biografía personal. Yo me habría quedado allí, habría pactado lo que hubiera sido; estoy aquí para defender una institución que antes ha tenido otra gente que la ha defendido y que va a tener en el futuro otra gente que la va a defender.
¿Tiene claro qué hará luego?
No tengo muy claro a qué me voy a
dedicar, porque mi vida ha sufrido tantas alteraciones en los últimos dos años
que ahora ya casi es difícil hacer previsiones sobre qué va a pasar después de
esta etapa, pero
me gustaría mantener lo que siempre ha dado sentido a mi actividad que es la
comunicación...
-Junts per Catalunya acaba de nacer.
Tiene un mes de vida.
Ni un mes de vida tiene.
¿Qué será Junts per Catalunya después
de 21 de diciembre?
Será el
grupo parlamentario mayoritario en el Parlament de Catalunya.
Ahora
usted toma las decisiones en Junts per
Catalunya, y después, ¿quién las va a tomar?
Yo solo no
tomo las decisiones, las tomamos todos. Hay un equipo que
trabaja, una gran transversalidad. Hay gente que proviene de tradiciones
diferentes. Por tanto nuestra forma de tomar decisiones debe responder a este
perfil. No sería lógico, una metodología de tomar decisiones que no tuviera
correspondencia con la naturaleza con la que nace y la vocación con la que ha
crecido Junts per Catalunya.
"¿A quién interesa controlar lo que son los activos de Catalunya,
las decisiones críticas de un territorio tan clave en Europa desde el palco del
Bernabeu o el IBEX 35?"
Y el PDECat, ¿qué papel tendrá?
Está dentro. Ha aceptado participar y
por lo tanto, como los demás componentes de Junts per Catalunya, va a tener su
peso y su posibilidad de intervenir en las decisiones que tome el grupo
parlamentario de JuntsxCat.
El 27 de octubre una parte de la
población catalana celebró en las calles lo que acababa de suceder en el
Parlament [la declaración de independencia]. Le esperaban a usted en Plaça de
Sant Jaume, pero usted decidió no salir, ¿por qué?
No estaba previsto que saliera.
Pero usted decepcionó a esta parte de
la ciudadanía. ¿No cree que pagó un precio por ello?
Mis
decisiones no las he tomado jamás por lo que una parte de la población quiera
escuchar, sino en función de mi responsabilidad. Jamás quise y ya antes de ser
presidente, cuando veía que alguien tenía esa pulsión del balconismo,
a mí me generaba una cierta alergia. Jamás. Creo que no es una buena idea salir al
balcón a proclamar, porque se proclama en las calles y en el día a día. Este elemento simbólico creo que, en un Estado
nuevo, en la soberanía del siglo XXI, era más que prescindible y por eso jamás
me lo planteé. Sé que hubo gente que lo esperaba pero jamás formó parte de mis
intenciones.
Al día
siguiente usted publicó en Twitter una foto desde el Palau de la Generalitat,
enfocando al cielo y los 'consellers' dejaron las sedes de sus departamentos.
¿Por qué no esperó?
Había una cosa que era y es todavía
importante en nuestra actitud colectiva. Nosotros sólo queremos y tenemos una
vía para acceder a la independencia, que es la vía pacífica y democrática. Yo no estoy dispuesto a todo para la independencia de
Catalunya, que quede claro; yo no estoy dispuesto a la violencia. Sin embargo, sí que he escuchado y he visto
que en el Estado español están dispuestos a todo para impedir la independencia.
Ahí es donde está el elemento fundamental de la confrontación. Ahí está mi
responsabilidad. Y tampoco voy a poner en riesgo a los funcionarios de mi Gobierno, ante
lo que era un 155 devastador
que les ponía claramente en riesgo. Creo que hay un camino que es invencible, y a lo mejor es
un poco más largo, pero es invencible; y es el
de la democracia y el de la paz.
¿Cree que Mariano Rajoy y el PP pagan
o pagarán algún precio político por la aplicación del artículo 155?
A lo mejor
cobran, porque últimamente están muy acostumbrados a cobrar más que a pagar... No sé, alguien debería investigar exactamente a quién le
interesa este 155 con estas características, a quién le interesa controlar la
economía catalana desde Madrid... ¿A quién le interesa controlar lo que son los
activos de Catalunya, las decisiones críticas de un territorio tan clave en
Europa como es Catalunya desde el palco del Bernabeu o desde el IBEX 35? A lo mejor es esto lo que les ha preocupado del fenómeno en
Catalunya, y esto es lo que probablemente explica algunas de las actitudes de
la Moncloa.
"¿A cuántos
independentistas ha recibido el señor Rajoy? ¿Han hecho los deberes al otro
lado? ¿O sólo piden a una parte?"
Hace poco
usted ha dicho que hubo un ministro que quiso propiciar el diálogo con Mariano
Rajoy. ¿Me podría dar algún detalle?
No le diré el
nombre, pero lo sé y celebré que hubiera alguien en el entorno de Rajoy que no
fuera un halcón y que no participara del grito de “¡A por ellos!” que lanzó
incluso el rey; el “¡A por ellos!” terrorífico con el que se quiere construir
política. Ese ministro dijo: oiga, si el
presidente está dispuesto, yo puedo intentar que mi jefe hable con él. Yo
automáticamente dije que sí, sin condiciones, porque esto es lo que quiero. Sin
embargo, la respuesta fue negativa.
Usted dijo hace poco que con un
abrelatas no se puede cortar el hormigón...
Yo me he dado un hartón de recibir en
mi despacho a muchísima gente del mundo económico que me venía a presionar ante
la situación; a presionar en el sentido legítimo y lícito. Y no tengo nada que
criticar. Yo
he recibido y he escuchado a mucha gente que me ha venido a trasladar su
inquietud ante el mundo económico, gente que no es favorable a la independencia. ¿A cuántos independentistas ha recibido el señor Rajoy? ¿Han
hecho los deberes al otro lado? ¿O sólo piden a una parte? Porque a lo mejor, lo que está fallando es que nadie, nadie,
le pide al señor Rajoy que reciba también a la realidad de los más de dos
millones que votaron el 1 de octubre. ¿A
quién se dirigió el rey en aquella fatídica noche del 3 de octubre con su
fatídico mensaje? ¿A quién se dirigió? ¿A todos los catalanes? No.
Explícitamente excluyó a una parte de los catalanes. ¿Alguien le ha pedido al
rey que rectifique?
"A lo mejor hay que plantearse que España no quiere ser cambiada,
pero nosotros no podemos resignarnos a no progresar"
Hablemos del temor a la violencia
extrema: estamos a dos días de las elecciones. ¿Me puede dar algún detalle más
sobre la autoría de esa amenaza que achacan al Gobierno?
No le voy a dar ningún dato, porque
espero que las elecciones se celebren en normalidad. Espero que los 14.000 ó 15.000 policías -que no sé qué
han venido a hacer, porque no había ningún conflicto de orden público en
Catalunya- no atemoricen a la gente como han
venido atemorizando incluso en cosas muy triviales. Todas mis
decisiones, las del pasado y también las del futuro el futuro, han estado y
estarán orientadas siempre a mantener el máximo compromiso con la no violencia.
Me gustaría que todo el mundo hiciera lo mismo, empezando por
el Estado español.
Pablo Iglesias, líder de Podemos,
recomienda que, para que se respete el derecho a decidir, hay que esperar a un
cambio de mayorías en España. ¿Qué le parece?
Como
fantasía, no está mal. Periódicamente sale algún líder en la política española
que, ante el fracaso de los anteriores, pide lo mismo, y de espera en espera
van pasando los años, las décadas, van pasando estatuts y estamos peor. No funciona. A lo mejor hay que plantearse que España no quiere ser cambiada,
y si España no quiere ser cambiada -y creo que ya tenemos un cierto recorrido
como para llegar a esta conclusión-, nosotros no podemos resignarnos a no
progresar, a no hacer un país mejor. Con
menos desigualdades sociales, más comprometido con la lucha contra el cambio
climático, con la ayuda a los refugiados, con una economía mucho más social y
al mismo tiempo más competitiva. A esto no podemos renunciar. De espera en
espera, se nos va a pasar el arroz...
Marià de Delàs
Joan A. Forès
Reflexions
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