Benvolguts,
L’Enric Juliana és un molt bon analista polític. Encara que segons
com sembla que escrigui articles de publicitat, articles pagats pels putos amos…
No és el cas d’avui…
Posta al dia de les informacions polítiques i territorials (avantatges
i febleses ) bàsiques de Madrid:
Madrid Región, la pieza clave
Enric Juliana en La Vanguardia
el 5 junio, 2015 en Comunicación, Derechos, Ética, Filosofía, Igualdad, Justicia, Libertades, Política, Sociedad, Sociología, Valores
ANÁLISIS
La pieza más valiosa del mercado persa es la
Comunidad de Madrid. Antes de partir rumbo al Reino de la Nueva Política,
parece que hay parada y fonda en el Rastro. Como consecuencia de una ley
electoral de 1978 a todas luces obsoleta, el Adviento de la Regeneración viene
precedido en toda España por un mercadeo político pocas veces visto.
Madrid es la pieza central del tablero. Madrid superpone el
poder del Estado y el de las grandes empresas, sin las limitaciones que la
democracia norteamericana inventó para su capital federal.
Madrid
no es una autonomía más. Es la más poderosa. Gracias a los beneficios de la
capitalidad y a una obsesiva concepción radial de las infraestructuras,
succiona energías de toda España e incluso ejerce dumping fiscal, al disponer de
una base tributaria más resistente a la crisis económica.
Las
multinacionales, los bancos y los ministerios son poderosos baluartes. Con todo, el Ayuntamiento de Madrid
acumula en estos momentos una colosal deuda de más de
7.000 millones de euros.
Ministerios,
Ayuntamiento y Comunidad. Un gigantesco nodo,
controlado hasta hoy por el Partido
Popular, comienza a estar en juego. Primer eslabón débil: la alcaldía. El próximo día 13
puede quedar en manos de una lista cívica de izquierdas, propulsada por Podemos. La candidatura de la exjuez Manuela Carmena parece
que va a tener el voto del PSOE.
Segundo
eslabón débil: la Comunidad, en cuya asamblea parlamentaria ningún
partido tiene la mayoría absoluta. Pieza fundamental para el PP, para mantener el control del
tablero. Bastión y torre de control. Desde la Comunidad, el PP podría ejercer
una férrea vigilancia sobre un ayuntamiento experimental en manos de la nueva
izquierda.
Si el PSOE
consiguiese la presidencia regional, Pedro Sánchez consolidaría su liderazgo
con buen cemento. La candidatura de Ángel Gabilondo fue su gran apuesta. La
alcaldesa Carmena tendría entonces un buen aliado. Ambos se aprecian. PSOE y Podemos
formarían eje en el Gran Madrid, a la espera de ver qué pasa en los
ministerios.
Decide Ciudadanos. Cristina Cifuentes, vivaz candidata del PP, sólo puede alcanzar la presidencia
con el apoyo activo de los diputados del partido naranja. En caso de no
obtenerlo, a la candidatura de Gabilondo, previo pacto con Podemos, le bastaría
con la abstención de Ciudadanos. La simetría no es perfecta. El dilema es
fenomenal.
Ciudadanos no
obtuvo el gran resultado que esperaba el 24-M. No alcanzó las altas expectativas que le
fabricaron algunos importantes medios de comunicación españoles. Ciudadanos no se ha
convertido en la gran bisagra del poder territorial español. No decide en
Valencia, ni en Baleares, ni en Aragón, ni en Castilla-La Mancha. Lo que haga en Madrid
tendrá, por tanto, una gran proyección política.
Hay discusión entre los analistas electorales sobre
el resultado de C’s. Hay quien
sostiene que al partido de Albert Rivera le perjudicó la acusación, muy
repetida desde la izquierda, de ser la marca blanca del PP. Bajo esta perspectiva, los de la marca naranja estarían ahora
obligados a realizar un ejercicio de verdadera autonomía política, para
relanzarse de cara a las elecciones de otoño (catalanas y generales).
Lo pueden hacer de dos maneras. Facilitando la
presidencia del Gran Madrid al PSOE
-entonces serán acusado de ser un submarino de los socialistas- o fijando
condiciones muy severas al PP.
Este es el drama al que hoy se enfrenta Cristina
Cifuentes, candidata popular y vencedora de las elecciones con mayoría
relativa. Las imputaciones judiciales sobrevuelan el PP madrileño y Cifuentes no controla los resortes de la
organización regional del partido, en manos de Esperanza Aguirre, que la
detesta (a Cifuentes) y estos días vive con verdadero tormento su fracaso ante
la excomunista Manuela Carmena. Un lío de padre y muy señor mío.
Ayer dimitieron dos consejeros del Gobierno en
funciones de la Comunidad (Lucía Figar, mujer de sólida trayectoria, y Salvador
Vitoria) imputados por el juez que instruye el caso Púnica. Ciudadanos teme que en
las próximas semanas haya más imputaciones. Cifuentes no controla la trastienda
y el PSOE aguarda su oportunidad. Una situación endiablada para Albert Rivera,
que tiene marcado en naranja el 27 de septiembre catalán, como gran oportunidad
para dar el do de pecho que no acabó de conseguir el 24 de mayo.
Joan A. Forès
Reflexions
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