Benvolguts,
Demà publicarem un article i els comentaris de
la Fundación Universitaria San
Pablo CEU. L’article es diu:
La Universidad CEU San Pablo niega la persecución del catalán en el franquismo.
La Universidad CEU San Pablo niega la persecución del catalán en el franquismo.
Davant d’aquesta barbaritat he tirat de Wikipedia
i he trobat el fil d’Ariadna que m’ha portat fins a conèixer la historia de la CEU i
sobretot els seus antecessors, els feixistes nacionalcatòlics de la Asociación Católica de
Propagandistas.
Aquest article s’ha de llegir almenys 3 cops.
Explica amb detall la trajectòria ultrafranquista de la Asociación (abans del
franquisme, durant el franquisme i després del franquisme en el que es pot
anomenar el
franquisme borbònic o similar)
D’aquí en traiem les lluites caïnites de les
tres faccions del franquisme: falangistes, nacionalcatòlics i tecnòcrates (Opus
Dei), apart de l’Exèrcit que com es veu participava de cada una de les
faccions...
D’aquí
en traiem els noms de molts dirigents franquistes que no sabíem a quina
ideologia pertanyien. Aquí parla de les minorías selectas destinadas a dirigir la vida pública de
la sociedad y la acción social y política de los católicos…
No s’amaguen de dir que los propagandistas constituyeron una de
las familias más influyentes
del régimen…
És curiosa l’adscripció de José Antonio Aguirre (que sería el primer lehendakari
del gobierno vasco
en 1936)…
Aquí es veu la participació
no gens subtil del Vaticà en el govern espanyol…
I d’aquí en surt la
creació de la COPE, 13TV, Intereconomia, etc.
Aquí se’n treu que: Salvo contadas excepciones, la inmensa mayoría de los
propagandistas apoyaron la sublevación militar activamente.
Per tant aquesta gentussa, que varen preparar
la guerra de l’Espanya catòlica contra la Catalunya laica i republicana, que hi
varen participar, que ens varen guanyar ajudats d’altres feixistes, nazis i del
Vaticà, que ens varen afusellar, que ens varen fer anar a missa, que ens varen
buidar biblioteques i ateneus, a més a més ara s’atreveixen a dir que no hi ha
indicis de que el català fos perseguit durant el règim franquista, que era el seu
règim!!!
Llegiu, llegiu!
Història:
|
· Fue
fundada como Centro de Estudios Universitarios en 1933 en Madrid por la Asociación Católica de
Propagandistas.
· En 1972
cambió su denominación a la actual, Fundación Universitaria San Pablo CEU.
· En 2005
se decidió unificar bajo la expresión CEU todas las entidades que forman
parte de la institución.
La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP)
es una agrupación española de seglares católicos
cuyo modo de perseguir el ideal religioso es la propagación de la fe católica y al
apostolado, formando e instando a minorías selectas destinadas a dirigir la vida
pública de la sociedad y la acción social y política de los católicos,
entre los que ejercerían un papel aglutinante; interpretando en clave de
dirigentes y dirigidos los conceptos evangélicos de "levadura" y "masa". 1 La organización, con el nombre de Asociación
Católica Nacional de Propagandistas (ACNdP), fue fundada en 1909 por el
sacerdote jesuita Ángel Ayala.
De la ACdP han nacido la Editorial Católica; la Confederación
Nacional de Estudiantes Católicos; la primera Escuela de Periodismo de
España, vinculada al diario El Debate;
los diarios Ya, Hoy
de Badajoz y
el Ideal
de Granada; el Instituto Social Obrero;
la Biblioteca de Autores Cristianos
(BAC); el Instituto Social León
XIII; Cáritas Española; la Asociación Pío XII de
agricultores; la Escuela
de Ciudadanía Cristiana de la Iglesia; los congresos y jornadas Católicos y Vida Pública;
el Colegio Mayor Universitario San
Pablo de Madrid
y la que es la principal obra de la ACdeP en la actualidad, la Fundación Universitaria San Pablo
CEU (antiguo Centro de Estudios Universitarios -CEU-), de la que hoy
dependen tres universidades (San Pablo de Madrid, Cardenal Herrera de Valencia y Abad Oliva de Barcelona) así como cinco colegios de primaria y
secundaria en Madrid (2), Valencia, Barcelona (2), Alicante y Murcia, además de
diferentes centros de posgrado, una escuela de magisterio y dos escuelas de
negocios. De la Fundación San Pablo Andalucía fundada por los propagandistas
andaluces depende la Universidad Fernando III cuya propiedad es
compartida con la Provincia bética de la Compañía de Jesús.
Durante la dictadura franquista,
los propagandistas constituyeron una de las familias más influyentes del régimen,
especialmente tras la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial y el desplazamiento
de los sectores falangistas
en beneficio del nacional-catolicismo
representado por los propagandistas, hasta la aparición de los tecnócratas del Opus Dei.
Tras el Concilio Vaticano II, algunos propagandistas,
como Joaquín Ruiz-Giménez se convirtieron en
opositores al franquismo, en tanto que otros, integrados en el grupo
Tácito, presionaron en favor de la reforma del régimen. Muchos
propagandistas tuvieron un papel muy influyente durante la Transición, llegando uno de ellos, Leopoldo Calvo-Sotelo a la presidencia del Gobierno.
La Asociación Católica de Propagandistas tiene su
origen en un grupo de congregantes marianos de
los Luises de Madrid,
que reúne el 4 de noviembre de 1908 el padre Ángel
Ayala, jesuita. El deseo que había manifestado el nuncio del Vaticano
en España, monseñor Vico,
al padre Ayala era la fundación de la Juventud Católica
Española. El nombre original fue el de Asociación Nacional de Jóvenes
Propagandistas y el criterio de selección de los jóvenes fue el de su talento,
sus dotes oratorias y su espíritu. Se trataba de despertar al adormecido
catolicismo español de principios del siglo XX.
Un año después de activa propaganda el grupo se
fue cohesionando y se celebró el primer acto de imposición de insignias, acto
que se convirtió en un hito en la vida de todo propagandista, al tratarse del
momento que se materializa el compromiso asociativo. Fue el 3 de diciembre de 1909, el cardenal Vico
realzaba el acto con su presencia, el lugar, la iglesia de Areneros que los jesuitas tenían
en la calle Alberto Aguilera de Madrid. El primer
presidente de la Asociación fue Ángel Herrera Oria, quién no contaba todavía con
23 años y era ya un brillante Abogado del Estado. Los frutos asociativos no se
dejan esperar y aquellos 17 jóvenes propagandistas contribuyen a la
movilización de millares de católicos que se manifiestan por toda España. Se
produjo en España una reacción católica muy notable. Reacción de mítines, de
prensa, de organización en todos los órdenes de actuación en la política.
En seguida se vio la necesidad de un periódico
como faro guía de todo el activismo generado por el nuevo grupo y el 1 de
noviembre de 1911 se
inicia, bajo la dirección de Ángel Herrera, la nueva etapa de El Debate
que había sido fundado un año antes. Para esta nueva etapa de periódico se
funda la Editorial
Católica, que tanta importancia iba a tener en el mundo de la
comunicación en los años venideros. Durante la II República se intensificó la actividad
política de los propagandistas que ya con anterioridad habían participado en la
creación del Partido Social Popular e incluso habían tenido
responsabilidades en los gobiernos del Directorio militar del general Primo de Rivera.
La Asociación de Propagandistas no era política, pero sus miembros podían y
debían serlo, según sus aptitudes y exigencias de las circunstancias. Y como
éstas lo exigieron imperiosamente, se prestaron a tomar parte en ella sus
elementos más destacados. Junto al intelectual católico Ramiro de Maeztu,
tres propagandistas insignes, Eugenio Vegas Latapie, Víctor Pradera
y José María Pemán, fundaron en
octubre de 1931 la sociedad cultural Acción Española. Esta sociedad fundó una revista
con el mismo nombre como revista doctrinal católico-monárquica cuyo primer número
apareció en diciembre de 1931. El último número regular publicado fue el 88,
junio de 1936. También en 1931, ante los acontecimiento acaecidos en España, la ACdP se
implica en la creación de Acción Nacional, que luego por imperativo legal
pasó a llamarse Acción Popular y cuyo líder
principal fue el propagandista salmantino José María Gil-Robles.
Las Cortes constituyentes de 1931 contaron con
5 propagandistas como diputados, Ricardo Cortés en las listas de Acción Nacional, José María Gil-Robles y José María Lamamie de Clairac por el Bloque Agrario, el nacionalista
vasco José Antonio Aguirre (que sería el primer lehendakari
del gobierno vasco
en 1936) y
el tradicionalista Marcelino Oreja Elósegui por la Minoría Vasco-navarra. En 1933 Ángel
Herrera es designado Presidente de la Junta Central de Acción Católica. El año 1933 es un año de múltiples
fundaciones. Se crea el Centro de Estudios
Universitarios (CEU) embrión de lo que hoy son las universidades San Pablo
de Madrid, Cardenal Herrera de Valencia y Abat Oliba de Barcelona, también se creó el Instituto Social Obrero del que Ángel Herrera es nombrado el primer presidente. “Fue
una Escuela Social Obrera donde se formaron muchos de los directivos que luego
intervinieron en el C.E.S.O. (Confederación Española de Sindicatos Obreros), y
antes en la F.E.T. (Federación Española de Trabajadores)”. En las elecciones de
noviembre de
1933, son elegidos diputados unos 34 propagandistas, unos 30 en las listas de la
CEDA (Confederación
Española de Derechas Autónomas) de la que Acción Popular es el grupo más
importante, José Antonio Aguirre y Marcelino Oreja por la minoría
vasco-navarra, Santiago Fuentes por Renovación Española y José María Lamamie de
Clairac por el grupo agrario. El propio Marcelino Oreja Elosegui moriría
asesinado en la revolución de 1934 a manos de miembros del comité
revolucionario. En 1935 Ángel Herrera tras 26 años como Presidente,
es decir desde su fundación, dejó el cargo de presidente de la ACdP, siendo
elegido como sustituto Fernando Martín Sánchez.
En mayo de 1936, poco antes de la sublevación
militar que dio origen a la Guerra Civil, Ángel Herrera se traslada a la
universidad suiza de Friburgo para
cursar los estudios necesarios para su ordenación sacerdotal, se trataba de
echar cimientos de un grupo sacerdotal para el servicio a la ACNdeP y de la
Acción Católica.
La Guerra Civil y la dictadura[editar]
La Guerra civil española supuso un importante
quebranto, tanto material como de vidas humanas, para la ACNdeP. Más de 80 propagandistas
fueron asesinados, siendo fusilados por distintas fuerzas en la retaguardia
republicana. Entre ellos destaca el propio Secretario General de la Asociación
y del CEU, Luis Campos Górriz,
proclamado beato por la Iglesia Católica, el ex-ministro Federico
Salmón, el diputado Víctor Pradera y el fundador de las JONS, Onésimo Redondo.
El diario “El Debate” fue incautado y los archivos de la Asociación,
destruidos. Salvo
contadas excepciones, la inmensa mayoría de los propagandistas apoyaron la
sublevación militar activamente.
Al terminar la Guerra Civil, tanto Ángel Herrera
(ya sacerdote y párroco en la diócesis de Santander) como el propio Gil-Robles
cayeron en el ostracismo más absoluto ante el predominio que en el régimen de
Franco ostentaron los sectores azules de la Falange, hostiles a la línea nacionalcatólica
que encarnaba la ACNdeP. Pero todo iba a cambiar cuando la derrota del Eje obligara a
Franco a desplazar a Serrano Súñer y su círculo de falangistas
adictos al fascismo totalitario. El general Franco requirió entonces el apoyo de la Iglesia
Católica española para darle un aire nacionalcatólico al Régimen y así
granjearse el imprescindible aval del Vaticano para salir del aislamiento
internacional. De acuerdo con esta política, la ACNdeP va a copar los puestos ministeriales
en los gobiernos de Franco. En 1945 es nombrado Ministro de Asuntos Exteriores
el propagandista Alberto Martín Artajo. Otros ministros
propagandistas de Franco fueron José Larraz López (Hacienda), José Ibáñez Martín
(Educación), Joaquín Ruiz-Giménez (Educación), Fernando María Castiella (Exteriores) y
Federico Silva Muñoz (Obras Públicas). Alberto Martín Artajo fue el
artífice del Concordato
con la Santa Sede del año 1953 que rompió el aislamiento de España y
supuso una extraordinaria plataforma para la Iglesia Católica en España. Se
puede decir que hasta
el año 1957 el tono político de los consejos de ministros de Franco lo marca la
ACNdeP bajo el liderazgo primero de Fernando Martín Sanchez y luego de
Francisco Guijarro y Alberto Martín Artajo.
En 1957 se produjo un cambio sutil en los
equilibrios internos de poder de la dictadura ante el desafío falangista al
orden nacionalcatólico que supuso la propuesta de José Luis de Arrese, Secretario General del
Movimiento Nacional. La pugna sorda establecida entonces entre falangistas y
propagandistas la solventó Franco eligiendo apoyarse en un tercer sector, el de
los tecnocratas del Opus Dei con el almirante Carrero Blanco,
Gregorio López Bravo y Laureano López Rodó como cabezas visibles.
Por su parte, la trayectoria vital de Ángel
Herrera Oria estaba al margen del devenir político. En 1947 es consagrado como obispo de Málaga siendo Pío XII el
papa reinante. En 1952 Herrera Oria funda el Instituto Social León XIII y son
también fundaciones suyas en ese periodo las escuelas rurales de Málaga, la
Asociación Pío XII de agricultores y la Escuela de Ciudadanía Cristiana de la
Iglesia. En 1957 el secretariado nacional de Acción Social de la ACNdeP crea el
embrión de lo que sería Cáritas diocesana en España. En 1967 Ángel Herrera Oria
es creado cardenal por Pablo VI, falleciendo al año siguiente. Su fallecimiento
marca el final de los años gloriosos de la ACNdeP y el comienzo de una época de
desconcierto y debilitamiento unida al profundo debate interno que provocó en
España el posconcilio con su revisión de todo lo que había sido el
nacionalcatolicismo, un nacionalcatolicismo del cual la ACNdeP había sido el
principal baluarte entre los laicos con su liderazgo de la Acción Católica y la
vida pública de los fieles españoles.
La Transición
Tras el Concilio Vaticano II y el
cambio de paradigma político que supuso para los católicos, un grupo de
propagandistas con Joaquín Ruiz-Giménez a la cabeza se pasa a la oposición al régimen de
Franco. Destaca
en esta línea su iniciativa de Cuadernos para el
Diálogo donde la oposición
democristiana al régimen se va a aglutinar. También participarán en el llamado Contubernio de Múnich los propagandistas José María Gil-Robles
e Íñigo Cavero, mientras
que el propagandista José María Pemán también fue evolucionando hacia posturas monárquicas
juanistas en esos años. En contraste con esta línea de oposición democristiana el propagandista Blas Piñar se
convierte en el adalid del llamado "bunker" del Régimen, la línea
dura defensora de las esencias nacionalcatólicas del franquismo. Sin
embargo, Blas Piñar terminó por pedir la baja en la Asociación en desacuerdo
con su línea cada vez más crítica con la dictadura.
En 1973 se crea en el Colegio Mayor San Pablo el grupo
Tácito, el cual tuvo un papel relevante en la etapa final del franquismo y
principios de la Transición. Este grupo aglutinó a un selecto grupo de
propagandistas crítico con el Régimen de Franco, muchos de los cuales
terminarían por formar parte de los gobiernos de la Democracia. La presencia de
propagandistas fue importante en esta etapa en la fundación de Alianza Popular (con Federico Silva Muñoz jugando un papel destacado) pero, de manera
especial, en la creación de la Unión de
Centro Democrático,. que ganó las elecciones de 1977. Bajo
el paraguas de la figura del cardenal Tarancón,
la ACdP se convirtió entonces en el verdadero baluarte de la Democracia Cristiana
española, pues muchos de sus miembros fueron ministros en los
gobiernos de Adolfo Suárez. Marcelino Oreja en
Exteriores consiguió la firma de los importantísimos acuerdos Iglesia-Estado de
1979 que siguen hoy vigentes. José Manuel Otero Novas en Educación, Landelino Lavilla en Justicia, Alfonso Osorio en Presidencia e Íñigo Cavero (futuro presidente del Consejo de Estado) también
en Justicia fueron otros ministros de los gobiernos de la UCD que realizaron un destacado
papel en la Transición
junto a Fernando Álvarez de
Miranda, que presidió el Congreso de los Diputados entre
1977 y 1979. Con todo, la principal responsabilidad política asumida por un
propagandista en estos años fue la Presidencia del Gobierno de España asumida
por Leopoldo Calvo-Sotelo
en 1981. Durante los últimos años han jugado un papel destacado en
la política española los propagandistas militantes del PP Jaime Mayor Oreja (ministro del
Interior y cabeza de lista al Parlamento Europeo) y Eugenio Nasarre (diputado
en el Congreso y portavoz de Educación del PP). Recientemente ha sido nombrado por
la Conferencia Episcopal Española presidente ejecutivo de la cadena COPE el ex-presidente de la
ACdP Alfonso
Coronel de Palma.
Joan
A. Forès
Reflexions
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