Ahir el nostre cercle d’afeccionats al cinema
(en versió original) varem anar al Verdi a veure el film Her. Us copio la sinopsis i vull explicar-vos que com que toca temes
matemàtics i d’Inteligencia
Artificial, que jo havia estudiat
en la meva vida professional, us obsequiaré amb algún altre apunt sobre aquest
tema.
El film és molt
interessant, el Joaquin Phoenix fa un gran paper (pràcticament el 90% del film
són primers plans del Joaquin Phoenix, amb ganyotes incloses) i permet sentir
en versió original la veu de l’Scarlet Johanson, que és un vertader plaer. L’Scarlet
Johanson dóna veu a la Samantha, l’altre personatge del film que no apareix
físicament ja que no existeix, i que té nom: És el sistema operatiu OS1.
HER
Explica una historia en
un futur no massa llunyà, no podem saber quan llunyà ja que tal com deien a la
sarsuela La verbena de la Paloma “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”.
I la historia té uns components romàntics, solitud, enamorament, gelos, dubtes,
trencaments, etc. malgrat que ens està explicant l’aillament de l’home del
segle XXI i la seva comunicació amb les màquines més que no amb les persones
Les critiques diuen que:
Sinopsis
En un futuro cercano,
Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que trabaja en una empresa
como escritor de cartas para terceras personas, compra un día un nuevo sistema
operativo basado en el modelo de Inteligencia
Artificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su sorpresa,
se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese
sistema operativo. (FILMAFFINITY)
Alan Turing
El primer apunt que us vull fer notar és el
següent, dedicat a Alan Turing, que
com veureu fou un dels pares dels ordinadors, i com veureu a continuació va fer
un experiment del que en deu haver sortit la idea de la pel·lícula Her!. Llegiu-lo fins al final, no us en
penedireu:
Alan Mathison Turing. Viquipèdia. (23 de juny de 1912 - 7 de juny de 1954) fou un matemàtic
britànic. Va treballar en camps com la informàtica
teòrica, la criptoanàlisi o la intel·ligència artificial. Se'l considera
el pare de la informàtica moderna.
Algunes de les seves principals aportacions a la informàtica teòrica i a
la intel·ligència artificial van ser la màquina de Turing, la computabilitat universal o
el test
de Turing. Sota els serveis d'intel·ligència britànics, i al llarg de la Segona Guerra Mundial, va treballar a Bletchley
Park, el centre de criptografia britànic, on va dirigir durant un temps el Hut
8, la secció responsable de la criptoanàlisi naval alemanya. Va
desenvolupar unes quantes tècniques per trencar els codis alemanys, inclosa la
"bomba", una màquina electromecànica que podia trencar el codi de la
màquina alemanya de criptografia Enigma.
Això va ser crucial per al desenvolupament de la Batalla de l'Atlàntic. Va ser el
primer científic que va usar computadores amb aplicacions a la matemàtica.
Va ser perseguit el 1952 pel servei d'intel·ligència britànic a causa de la seva homosexualitat.[3]Per no
anar-se'n a la presó, Turing va acceptar sotmetre's a un tractament
d'hormones (estrògens) que utilitzaven en aquella època. Turing va acabar
suïcidant-se al 1954 menjant-se una poma amb cianur.
El 10 de setembre de 2009, després d'una campanya a Internet, el primer
ministre britànic Gordon Brown es va disculpar per la forma en que
Turing va ser tractat després de la guerra.[4]
El test de Turing o la
inteligencia de las máquinas
Alan Turing fue un visionario y siempre creyó en
que las máquinas podrían evolucionar logrando una inteligencia artificial. Para exponer su tesis de las máquinas
pensantes ideó el
juego de imitación, lo que hoy conocemos como el Test de Turing.
Maite Garrido Courel - Madrid
05/02/2014 - 19:11h
más INFO
- Alan
Turing, el padre de la computación que ganó una guerra
- ETIQUETAS: Alan Turing, test de Turing, Inteligencia artificial,
“Si una máquina se comporta en todos los aspectos como
inteligente, entonces debe ser inteligente”. Esta premisa, y casi convicción,
llevó a Alan Turing a exponer en la
prestigiosa revista filosófica Mind su pensamiento ante la comunidad científica británica. Su
artículo, publicado en 1950 bajo el título "Computing machinery and intelligence", ahondaba sobre la
inteligencia
artificial haciéndose una sencilla y trascendental pregunta: ¿pueden las
máquinas pensar?
Turing proponía en ese artículo lo que hoy se
conoce como el test de Turing, y que consistía en llevar a cabo el juego de
imitación. Para dicho juego es necesario un juez, ubicado en una
habitación aislada, y un individuo y una máquina en otra. Ambos responderán por
chat a la preguntas que les realice el interrogador. La máquina ha de hacerse pasar por un ser
humano; si el juez es incapaz de distinguir entre el individuo y el ordenador,
se considera entonces que la máquina ha alcanzado un determinado nivel de
madurez: es inteligente.
Para Turing, la inteligencia artificial existirá
cuando no seamos capaces de distinguir entre un ser humano y un programa de una
computadora en una conversación a ciegas.
Pero la década de los
cincuenta estaba lejos de ser una época en la que las ideas visionarias de
Turing tuvieran cabida fácilmente. Tuvo que enfrentar críticas y
comentarios –a los que respondía en el citado artículo– del ámbito teológico
(Dios no ha dotado a los animales ni a las máquinas de alma), pero también matemático. Los colegas matemáticos
dudaban de que una máquina pudiera contestar a preguntas que escaparan del sí o
del no y que pudieran emular el intelecto humano.
Programa Tres14 sobre inteligencia artificial y
test de Turing
De ELIZA a CAPTCHA
Más de diez años después del polémico artículo, un
profesor emérito de informática del MIT,
Joseph Weizenbaum, diseñó uno de los primeros programas en procesar lenguaje
natural. ELIZA, inspirado en los
postulados de Alan Turing,
funcionaba buscando palabras clave en las frases escritas por el usuario y
respondiendo con una frase modelo registrada en su base de datos.
Resultó tan convincente que algunas personas que
interactuaron con el programa, sin saberlo, llegaron a pensar que realmente
hablaban con un humano. Aunque ELIZA tenía sus límites: cuando no entendía
el enunciado, repetía las palabras en forma de frases y expresiones
incoherentes. Aún quedaba mucho para lograr una máquina inteligente.
En 1990 se inició el concurso Premio Loebner entre
programas de ordenador que intentan pasar el test de Turing. Un juez
humano se enfrenta a dos pantallas de ordenador, una de ellas se encuentra bajo
el control de un ordenador, y la otra, bajo el control de un humano. El juez
plantea preguntas a las dos pantallas y recibe respuestas.
El premio, que se celebra de forma anual, está
dotado con 100.000
dólares para el programa que pase el test. La primera y única vez
que un juez confundió a una máquina con un humano fue en el año 2010, cuando el robot
Suzette, de Bruce Wilcox, superó la prueba.
Actualmente, una de las aplicaciones de la prueba
de Turing más extendida es el control de spam.
Este correo basura es generalmente enviado por un ordenador, así que el test de
Turing puede usarse para distinguir si el remitente es humano o una máquina. En
el CAPTCHA, Completely Automated
Public Turing test
to tell Computers and Humans Apart (prueba de Turing pública y
automática para diferenciar máquinas y humanos), esa conocida sucesión de
números y letras, su ‘juez’ es, paradójicamente, un ordenador.
Captcha.
Las
predicciones de Turing sobre máquinas y el juego de imitación son todavía un desafío. El
matemático pensaba que en unos 50 años las máquinas jugarían tan bien que un
interrogador no podría realizar la adecuada identificación tras cinco minutos
de preguntas. La
inteligencia artificial sería algo común y corriente: no se pondría en
entredicho.
“Creo –decía Turing– que a finales de siglo la
opinión educada general se habrá modificado de tal manera que se podrá hablar
de máquinas que piensan sin esperar que lo contradigan”.
En continuarem parlant...
Joan
A. Forès
Reflexions
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