Benvolguts,
Elogi desmesurat del feixista Vargas Llosa a
càrrec del feixista José Antonio
Zarzalejos, amb el títol de Vargas Llosa y el nacionalismo.
Val a dir que el títol hauria de ser Vargas Llosa y los nacionalismos. Segons Zarzalejos, Vargas Llosa s’adona que el nacionalisme és
perjudicial però no té en compte que el nacionalisme practicat per comunitats imperialistes com el
Tercer Reich, Castella o Sèrbia, no tenen res a veure amb el
nacionalisme identitari de pobles no imperialistes com la Nació Catalana subjugats
de fa generacions pels imperialistes castellans. La Nació catalana ha sofert la
derrota del 1714 i la del 1939. Entremig els Decrets de Nova Planta i les
successives disposicions i lleis que prohibien el català en tots el àmbits, des
dels jutjats i notaries fins a l’escola i l’església. A partir del 1939 fins
avui la Nació Catalana ha estat sotmesa a un genocidi
físic, extermini dels catalans que havien perdut la guerra amb exili d’uns i
afusellaments de molts dels que havien quedat aquí, i genocidi cultural
amb la destrucció a la propia Catalunya dels arxius
i biblioteques de les Universitats i escoles, ateneus, seus de partits polítics,
cooperatives, seus d’associacions de tota mena, així com saqueig i trasllat cap
a Salamanca d’arxius públics i particulars amb l’afegit de 40 anys amb la
prohibició de publicar diaris, llibres, crear i fer teatre i cinema en català, prohibició
de ràdios i televisions i obligats a defensar-se de les forces d’ocupació
imperialistes per sobreviure.
No sé si el
feixista Vargas Llosa tenia en el seu programa quan es va
presentar a les eleccions presidencials al Perú el 1983, 10 anys més tard de viure
uns anys a la Barcelona franquista, d’exterminar els pobladors indígenes i les seves
llengües quítxua, aimara i centenars d’altres menys parlades com havia pogut
observar que s’havia fet a Catalunya des del 1939? S’havia
adonat un intel·lectual(?) com Vargas Llosa de l’extermini de la cultura
catalana practicada per les forces d’ocupació franquistes des del 1939?
L’article
ens fa veure un cop més com el feixista Zarzalejos, de feixista nissaga, és l’enemic
de la Nació Catalana i s’hauria de declarar “persona non grata”! I de passada s’hauria de fer un boicot a les empreses
periodístiques que publiquin els seus libels. No el d’avui, sinó
tots!
Vargas
Llosa y el nacionalismo
José Antonio
Zarzalejos en La Vanguardia
el 1 diciembre, 2013 en Comunicación, Cultura, Derechos, Ética,
Libertades, Nacionalismo, Política, Sociedad, Sociología
EL ÁGORA
Estamos en una
aceleración de la catalanofobia, pero también de la hispanofobia
Soy un impenitente lector
de las novelas de Mario Vargas Llosa. Me acerco a sus artículos y análisis de
actualidad con alguna prevención y no disfruto tanto como esperaba de sus
ensayos. Pero en todos los géneros su prosa es magnífica e, incluso, en sus
pocas obras teatrales emerge siempre su brillantez y vigor. La temporada pasada
se representó en Madrid La Chunga, interpretada magistralmente por
Aitana Sánchez Gijón, con la que antes el escritor se subió a las tablas para
representar tres piezas diferentes. Vargas Llosa es un intelectual completo y
polifacético que hizo incursiones políticas fallidas en Perú, en donde resulta
una personalidad mucho más polémica que en España.
Aquí, el compromiso
político de Vargas Llosa se ha materializado en un apoyo efectivo y afectivo a
UPyD, cuya sede en Barcelona ha sido bochornosamente ocupada por
independentistas. No creo que a Rosa Díez nadie le haya escrito un elogio de la
magnitud del de Vargas Llosa en el diario El País el 11 de mayo de 2011
titulado Una rosa para Rosa. En esa línea, muchos intelectuales
españoles parecen comprometidos con el partido de la política vasca y con el de
Albert Rivera. UPyD y Ciutadans disponen de una gran capacidad de seducción
porque llevan en su frontispicio el proyecto de ciudadanía igual que tanto se
ha deteriorado en los últimos años. Inquieta, sin embargo, que Vargas Llosa nos proponga sobre
los nacionalismos un planteamiento hermético y cerrado que a unos empuja a la
intolerancia y a otros a la perplejidad.
La descalificación del nacionalismo es
radical en el discurso ideológico del premio Nobel porque lo considera una
“aberración”, expresión que remite a dos significados negativos: es aberrante
aquello que constituye una desviación de lo que puede considerarse normal o
lícito y aquello que es un error grave del entendimiento y de la razón. De ahí que Vargas Llosa propusiera en su discurso
en el diario El Mundo el pasado día 21 de noviembre, al recoger uno de los
premios periodísticos que anualmente concede el periódico madrileño, que
combatamos “sin
complejos de inferioridad, absolutamente convencidos de que el nacionalismo es
la negación de la civilización, de la democracia, de todas las instituciones
que han ido desbarbarizando la vida y humanizando al ser humano”.
¿Todos los nacionalismos
son iguales? Parecería que sí lo fueran para nuestro autor, porque acto seguido
advirtió: “Es
verdad que hay nacionalistas pacíficos, cultos y benignos que parecen inofensivos.
No nos engañemos, esa es una apariencia, esa es una postura fugaz y momentánea;
basta escarbar lo que se esconde tras ella, y lo que se esconde tras ella es el
prejuicio, es, en última instancia, la discriminación, el encono, la
violencia”. En conclusión, el nacionalismo, en cualquiera de sus formas –también, por lo
tanto, el español– sería un mal ontológico, esencial y, además, irredimible.
En mi modesta opinión
cuando el intelectual levita en las abstracciones puramente esteticistas y
pretende aplicar determinados principios de puridad universalista a la
convivencia lo que consigue es maltratarla y aumentar el problema civil con una
hipérbole semántica especialmente dañina por su absoluta esterilidad. Cuando un pensador
de la talla de Vargas Llosa incurre en ese error nos plantea un problema
injustamente irresoluble. En España, el nacionalismo catalán y el vasco, que
son y han sido y seguramente serán, mayoritarios, incluso hegemónicos en
amplísimos sectores sociales, ni justifican ni consienten un análisis de la
factura del elaborado por Vargas Llosa. Porque si lo diésemos por mínimamente
bueno, históricamente generalizado y actualmente acertado nos conduciría a una
confrontación que, además de indeseable, resultaría injusta.
La aspersión de este
prontuario de correcciones políticas contra los nacionalismos periféricos está
impactando en el catalán de perfil secesionista que, debido a su radicalización
verbal, se ha convertido en preocupante diana de adjetivaciones infamantes que
se utilizan con una frivolidad que escarnece. También a esta deriva alarmante
debería referirse Vargas Llosa y cuantos otros intelectuales se abstraen de la
realidad para dictar estos veredictos tan irrestrictos. Estamos en una
aceleración de la catalanofobia, pero también de la hispanofobia. Hay
comportamientos ciudadanos que deben reclamarse de manera recíproca. En
Catalunya también determinados sectores han perdido la mínima contención verbal
exigible y no restringen ni controlan el lenguaje ni las maneras. Debe tenerlo
en cuenta la Generalitat cuando ponga en marcha las medidas anunciadas para
salir al paso de la insidia insultante que detecta.
Salmond y Mas
Alex Salmond se queja de
lo mismo que Artur Mas: Londres, de una manera, y Madrid, de otra, recurren a
los “argumentos del miedo”. El Gobierno británico ha aclarado que si Escocia se
independiza la tratará como un “país extranjero” y, aquí, el gobernador del
Banco de España, ha dicho que una Catalunya independiente quebraría. En ambos
casos, los ejecutivos advierten con la salida de Escocia y Catalunya de la
Unión Europea. Podrán ser argumentos que inciten al temor, pero también deben
hacerlo a la reflexión. Es el coste de la independencia y subrayarlo, un
ejercicio de responsabilidad imprescindible. Las arcadias felices no son de
mejor calidad argumental que las advertencias de las consecuencias negativas.
Cada cual asume su papel.
Herrero y Roca
“El vértigo del
desafecto”. Sobre este sugerente asunto debatirán en Madrid, el próximo día
16, Miguel Herrero y Miquel Roca. Convoca a ambos la Asociación de Periodistas
Europeos y la Fundación Diario Madrid que ya han organizado dos encuentros
sobre las relaciones entre Catalunya y el resto de España. Miguel Ángel Aguilar
y Àngels Barceló moderarán el debate. El que se celebró en Barcelona con el
profesor Rubio Llorente y Manuel Cruz fue tan exitoso como el previo entre
Joaquim Coll y José Álvarez Junco. Estas iniciativas, más que necesarias son
imprescindibles. La incomunicación lleva a la recíproca ignorancia y la incomprensión
también mutua. Si, al final, la ruptura es inevitable, que no se produzca por
no haber procurado el entendimiento.
Joan
A. Forès
Reflexions
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