L’autor ens explica com es degrada la credibilitat política
en les democràcies i com el poble perd la confiança en els polítics!
· Incumplimiento sistemático promesas electorales
· corrupción generalizada.
· caen los mecanismos para evitar corrupción.
· mentira y demagogia forman parte del relato de los
políticos.
· impunidad de políticos y élites económicas.
· poder judicial aliado en la
degradación democrática.
· la formación y selección élites políticas muy
deficiente y motivaciones ya no son morales.
· La inutilidad y la estupidez de determinadas
élites políticas
I dóna solucions:
regeneració democràtica, regeneració
democràtica i regeneració democràtica!
Per
cert, qualsevol semblança d’aquestes degradacions democràtiques a l’Estat
espanyol és pura coincidència!
15 diciembre, 2013
Josep Maria Carbonell
en La Vanguardia
Degradación democràtica
OPINIÓN
La progresiva pérdida de credibilidad
política que afecta con carácter
general a la mayoría de los regímenes liberal-democráticos y, de manera
específica y severa a España y Catalunya, es una manifestación de la
degradación de la mayoría de los países que podríamos llamar democráticos con
todos los reparos y salvaguardias posibles. Son países con sistemas
constitucionales refrendados por sus pueblos, que aseguran la división de
poderes, derechos y libertades básicas, elecciones periódicas, transparentes,
con voto universal y secreto y un sistema plural de partidos políticos.
La degradación democrática, que está
poniendo en peligro la misma, es consecuencia de diferentes factores: el
secuestro de la política por parte de las grandes corporaciones económicas y
financieras; por el papel de los medios de comunicación que están pasando de su
función de controladores a actores; por la misma globalización económica y
política internacional que rompe los ámbitos tradicionales donde la democracia
se había desplegado; y, sin duda, también por la pérdida de credibilidad de los
políticos.
¿Cuándo se produce la
pérdida de credibilidad? Citaré cinco motivos:
· En primer lugar, cuando las promesas electorales
se incumplen sistemáticamente.
· También cuando se instala una corrupción
generalizada.
· Una democracia pierde su credibilidad cuando caen
los mecanismos para evitarla.
· Cuando la mentira y la demagogia forman parte del
relato de los políticos.
· Mentir de manera sistemática, desvergonzada, en
contra de toda lógica, afecta al núcleo del propio ethos de la democracia.
· La confianza también se pierde en el momento que
la impunidad afecta de manera especial a políticos y élites económicas.
· Impunidad y corrupción sólo es posible cuando el poder judicial
es un aliado más en la degradación democrática. Y finalmente,
· cuando la formación y selección de las élites
políticas es muy deficiente y las motivaciones ya no son morales. La inutilidad
y la estupidez de determinadas élites políticas es otra manera de corrupción.
¿Qué se puede hacer, entonces? Se pueden
plantear tres fórmulas: alentar reformas posibles para una mayor independencia,
equilibrio y vigilancia entre los tres poderes; favorecer una regeneración
democrática asentada en una cultura política de diálogo, cooperación y de
gestión de los recursos escasos de nuestra sociedad, y entender la acción
política como algo más que la lucha por el poder, ya que en primer lugar, es un
servicio para la comunidad.
Josep Maria Carbonell, decano de la Facultad de Comunicación Blanquerna
– URL
Joan
A. Forès
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