diumenge, 20 d’octubre del 2013

131017. ¡Viva España!, La maldad del diputado chillón del PP no ha sido sentirse español, sino necesitar reivindicarlo delante de un mártir catalán. Lo cual no ensucia a los catalanes, ensucia a la España que precisamente quiere venerar.

Benvolguts,

Ja varem comentar aquest incident, però la Rahola també. Avui us passo l’article de La Vanguardia

¡Viva España!

Pilar Rahola en La Vanguardia

el 17 octubre, 2013

La respuesta que Alfred Bosch dio a los diputados que se reían y al que gritó “¡Viva España!” cuando pedía unos segundos de silencio por el asesinato de Lluís Companys fue magnífica. Dijo: “¡Y tanto que viva España, y Catalunya, y ‘vive la France’!”, y fue entonces cuando consiguió el silencio, no se sabe si por respeto, o porque se quedaron sin palabras. Aunque sólo es otra anécdota en el largo historial de menosprecios que los diputados catalanes de todos colores han sufrido a lo largo de los años en el Congreso, creo que el fondo de la cuestión convierte la anécdota en categoría. Tanto por el significado del grito, como por el significado de la respuesta.

Hablemos. De entrada, qué hace que un diputado del PP necesite afianzar su amor a España cuando alguien le pide respeto por una víctima entregada por Hitler a un dictador. Asesinado, además, porque era el presidente de los catalanes. Inevitablemente significa dos cosas: que el diputado considera razonable o bueno o aplaudible el asesinato de Companys; y que su sentimiento español se vincula, directamente, al legado del dictador. Es decir, que su concepción de España ni tiene raíces democráticas, ni se basa en el respeto a los otros pueblos. Eso, lógicamente, no invalida al resto de los ciudadanos que darían el mismo grito y nunca lo vincularían a este tipo de conceptos. Pero dice mucho de una parte de la ciudadanía que no sólo no ha roto con la memoria del franquismo, sino que se siente heredera, asesinatos y represión incluidas. De ahí se derivan incluso aplausos al fusilamiento de Companys, como el de un ínclito exjefe de Opinión de El País, transmutado en promiscuo tertuliano de los micrófonos más guerracivilistas. Hay evoluciones ideológicas que son toda una devolución de neuronas.

En cualquier caso, no deja de ser muy clarificador que aquellos que más gritan contra los derechos catalanes son los que más firmemente blanquean las maldades del franquismo. Vasos comunicantes. Ante este antiguo ADN intolerante, que desgraciadamente ha marcado la historia más oscura de España, creo que es de una gran inteligencia la respuesta de Bosch. Ciertamente, “¡Viva España!” y con ella, todos los vivas que el sentimiento de pertenencia de la gente quiera expresar. Porque la cuestión no es sentirse de un país, sino vincularlo a un pasado oscuro. Y de eso se trata, de dejar claro que defender la identidad milenaria de Catalunya no va contra nadie, sino a favor de preservar el legado de los pueblos, y que rendir homenaje a la memoria de una víctima tampoco va contra nadie, a excepción de los verdugos. La maldad del diputado chillón del PP no ha sido, pues, sentirse español, sentimiento noble como cualquier otro, sino necesitar reivindicarlo delante de un mártir catalán. Lo cual no ensucia a los catalanes, ensucia a la España que precisamente quiere venerar.

La maldad del diputado chillón del PP no ha sido sentirse español, sino necesitar reivindicarlo delante de un mártir catalán. Lo cual no ensucia a los catalanes, ensucia a la España que precisamente quiere venerar.
 

Joan A. Forès
Reflexions

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