Ja varem comentar aquest incident, però la
Rahola també. Avui us passo l’article de La Vanguardia
¡Viva
España!
Pilar Rahola en La
Vanguardia
el 17 octubre, 2013
La respuesta que Alfred
Bosch dio a los diputados que se reían y al que gritó “¡Viva España!” cuando pedía unos segundos de
silencio por el asesinato de Lluís Companys fue magnífica. Dijo: “¡Y tanto que viva
España, y Catalunya, y ‘vive la France’!”, y fue entonces cuando
consiguió el silencio, no se sabe si por respeto, o porque se quedaron sin
palabras. Aunque sólo es otra anécdota en el largo historial de menosprecios
que los diputados catalanes de todos colores han sufrido a lo largo de los años
en el Congreso, creo que el fondo de la cuestión convierte la anécdota en
categoría. Tanto por el significado del grito, como por el significado de la
respuesta.
Hablemos. De entrada, qué
hace que un diputado del PP necesite afianzar su amor a España cuando alguien
le pide respeto por una víctima entregada por Hitler a un dictador. Asesinado,
además, porque era el presidente de los catalanes. Inevitablemente significa dos cosas: que el
diputado considera razonable o bueno o aplaudible el asesinato de Companys; y que
su sentimiento español se vincula, directamente, al legado del dictador.
Es decir, que su concepción de España ni tiene raíces democráticas, ni se basa
en el respeto a los otros pueblos. Eso, lógicamente, no invalida al resto de
los ciudadanos que darían el mismo grito y nunca lo vincularían a este tipo de
conceptos. Pero
dice mucho de una parte de la ciudadanía que no sólo no ha roto con la memoria
del franquismo, sino que se siente heredera, asesinatos y represión incluidas.
De ahí se derivan incluso aplausos al fusilamiento de Companys, como el de un
ínclito exjefe de Opinión de El País, transmutado en promiscuo tertuliano de
los micrófonos más guerracivilistas. Hay evoluciones ideológicas que
son toda una devolución de neuronas.
En cualquier caso, no deja
de ser muy clarificador que aquellos que más gritan contra los derechos catalanes son los
que más firmemente blanquean las maldades del franquismo. Vasos comunicantes.
Ante este antiguo ADN intolerante, que desgraciadamente ha marcado la historia
más oscura de España, creo que es de una gran inteligencia la respuesta de
Bosch. Ciertamente, “¡Viva España!” y con ella, todos los vivas que el
sentimiento de pertenencia de la gente quiera expresar. Porque la cuestión no
es sentirse de un país, sino vincularlo a un pasado oscuro. Y de eso se trata,
de dejar claro que defender la identidad milenaria de Catalunya no va contra
nadie, sino a favor de preservar el legado de los pueblos, y que rendir
homenaje a la memoria de una víctima tampoco va contra nadie, a excepción de
los verdugos. La maldad del diputado chillón del PP no ha sido,
pues, sentirse español, sentimiento noble como cualquier otro, sino necesitar
reivindicarlo delante de un mártir catalán. Lo cual no ensucia a los catalanes,
ensucia a la España que precisamente quiere venerar.
La maldad del diputado
chillón del PP no ha sido sentirse español, sino necesitar reivindicarlo
delante de un mártir catalán. Lo cual no ensucia a los catalanes, ensucia a la España que
precisamente quiere venerar.
Joan
A. Forès
Reflexions
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