Benvolguts,
La Vanguardia (que segons dades oficials és el
diari que va vendre més DVDs de la Via Catalana, continua aliada amb la
confusió i la tercera via.
Aquest diumenge ha fet un editorial de nom ¿Quién teme a los moderados?, que ha
provocat més de mitja dotzena de respostes, directe.cat, Rahola, Sanchis,
Partal i Agustí Colomines, Mònica Terribas, de moment…
He inclòs tots els articles que m’han arribat
que toquen el tema dels moderats.
1. ¿Quién teme a los moderados?
Editorial |
27/10/2013 La Vanguardia
Cuando la tensión parece
imponerse como método y estado de ánimo, ha llegado la hora de reivindicar la moderación.
Hacen falta moderados en este momento político, algunos de cuyos perfiles nos
retrotraen al periodo 1976-80, cuando en España –y en especial en Catalunya–
triunfó la alianza entre audacia y prudencia. O sea, el sentido de la realidad.
Moderación
significa voluntad de pacto; no debilidad, ni indeterminación.
La moderación es más
necesaria que nunca cuando las posturas son antagónicas. Ser beligerantes en favor de la moderación
constituye, pues, un ejercicio de responsabilidad. Estamos
dispuestos a defender la moderación incluso con vehemencia para que emerja en
medio del diálogo de sordos al que, con preocupación, estamos asistiendo.
Se aproximan tiempos de ajuste y de cambios en el marco político-institucional como consecuencia del paso del tiempo en un modelo de convivencia que ha aguantado más de tres décadas sin modificaciones sustantivas. El desgaste por el paso de los años, con los consiguientes relevos generacionales, se ha visto acelerado por el impacto de una crisis económica que la mayoría de la sociedad está encajando con ejemplar estoicismo, pero no de manera pasiva. Vienen tiempos de reajuste y probablemente Catalunya, como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia española, esté actuando como avanzada de los cambios necesarios. Se aproxima un ciclo electoral muy azaroso y no todos los relojes marcan el mismo tiempo histórico. Unos van más adelantados que otros y hay momentos en los que su sincronización parece muy difícil.
Por primera vez en su historia contemporánea, España es hoy un país en el que parece erradicada la violencia política. España está en paz y a la vez está en tensión como consecuencia de la incertidumbre económica. Formamos parte de Europa y vivimos en libertad. En consecuencia, toda deliberación pública discurre con muy pocas inhibiciones. El ruido es hoy gratuito. Por ello, hacen falta los moderados. Los partidarios del pacto y de los puentes. Y los moderados deberán alzar la voz, puesto que la moderación es una actitud positiva. La moderación debe afirmarse en Catalunya.
El momento es interesante porque se plantean verdaderos asuntos de fondo. No es verdad que estemos ante un simple estallido emocional, aunque los sentimientos siempre han influido mucho -a veces, demasiado- en la política catalana. Se está discutiendo sobre asuntos de fondo y, a pesar del ruido ambiental, es alentador ver como crecen, en toda España, las opiniones y pronunciamientos favorables a la revisión y reforma del modelo de 1976-80, forjado con gran consenso y también bajo una fuerte presión fáctica que hoy ha dejado de existir. La fuerza de propulsión de aquel momento histórico se está extinguiendo. Hoy en día, más del 70% de los ciudadanos españoles no votaron la Constitución de 1978. Las constituciones no suelen tener cláusulas de revisión generacional, pero en las democracias avanzadas el debate al respecto no resulta tabú. La corriente de opinión favorable a las reformas va creciendo, aunque no todos sus actores digan lo mismo, ni abriguen los mismos objetivos. Y no hay duda de que Catalunya es el desencadenante de esta corriente.
Defendemos el diálogo, pero no somos ilusos. Las posibilidades de entendimiento hoy parecen bloqueadas. Mientras la corriente favorable a las reformas se va ampliando -desde un Partido Popular de Catalunya que aboga por una revisión a fondo del sistema de financiación hasta los sectores socialistas que apuestan, ahora sí, por la superación del desdichado café para todos-, la gama de propuestas es cada vez más amplia. Mecanismos de control objetivo de la solidaridad, federalismo asimétrico, reconocimiento de la singularidad de Catalunya, consulta catalana en el marco de la Constitución, revisión de la Constitución... Estas ideas hoy comienzan a aparecer en los medios de comunicación españoles. Hace cinco años, parecía imposible. ¿Quién ha dicho que nada se mueve? ¿Quién sostiene que el diálogo es imposible?
Paradójicamente, mientras crecen las ideas reformistas, el Gobierno español parece estar hoy más interesado en el choque que en el diálogo; parece preferir el hermetismo a la apertura. Parece que teme a la consolidación de una tercera vía catalana, dispuesta a una negociación real y efectiva. ¿Tiene miedo el Gobierno de España de los moderados catalanes? Esta es hoy la pregunta pertinente. Y no es de recibo el intento de desviar a terceros la solución de un grave problema político. La sociedad civil catalana es plural, también su empresariado, y se ha comportado siempre con sensatez. El Gobierno que reclama la unidad de España como bien primordial no puede apelar a terceros para afrontar una cuestión sustantivamente política que se ha agravado como consecuencia de erróneas decisiones políticas y emocionales sobre las que en su día ya advertimos. El pacto hallará siempre fuertes apoyos en la sociedad civil catalana. Pero la política de ninguna manera puede inhibirse de sus responsabilidades.
Conviene repetir la pregunta. ¿Tiene miedo el Gobierno de España del pluralismo interno de las sociedades catalana y española? ¿Tiene miedo de los moderados catalanes? ¿Tiene miedo del éxito de una tercera vía? La misma pregunta es aplicable al Gobierno de Catalunya y a los partidos que lo apoyan en el Parlament. ¿Tiene miedo el Govern de la Generalitat de los moderados catalanes? Si la respuesta fuese positiva, estaríamos ante un hecho muy preocupante. Nos hallamos inmersos en un proceso político muy complejo, afortunadamente delimitado por nuestra irrenunciable pertenencia a la Unión Europea, cuyos centros de decisión comienzan a estar atentos a lo que ocurre en Catalunya y al debate interno español. Si se confirmase un clima de renovada y sistemática hostilidad del centro político español hacia las posiciones moderadas, la deliberación del asunto catalán adquiriría la máxima urgencia en las instancias europeas. Entretanto, son muchos los catalanes, muchos más de los que pueda parecer, que insistirán y perseverarán en la vía de diálogo que en este momento parece levantar tantas reticencias. Señal inequívoca de que es la buena vía.
Se aproximan tiempos de ajuste y de cambios en el marco político-institucional como consecuencia del paso del tiempo en un modelo de convivencia que ha aguantado más de tres décadas sin modificaciones sustantivas. El desgaste por el paso de los años, con los consiguientes relevos generacionales, se ha visto acelerado por el impacto de una crisis económica que la mayoría de la sociedad está encajando con ejemplar estoicismo, pero no de manera pasiva. Vienen tiempos de reajuste y probablemente Catalunya, como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia española, esté actuando como avanzada de los cambios necesarios. Se aproxima un ciclo electoral muy azaroso y no todos los relojes marcan el mismo tiempo histórico. Unos van más adelantados que otros y hay momentos en los que su sincronización parece muy difícil.
Por primera vez en su historia contemporánea, España es hoy un país en el que parece erradicada la violencia política. España está en paz y a la vez está en tensión como consecuencia de la incertidumbre económica. Formamos parte de Europa y vivimos en libertad. En consecuencia, toda deliberación pública discurre con muy pocas inhibiciones. El ruido es hoy gratuito. Por ello, hacen falta los moderados. Los partidarios del pacto y de los puentes. Y los moderados deberán alzar la voz, puesto que la moderación es una actitud positiva. La moderación debe afirmarse en Catalunya.
El momento es interesante porque se plantean verdaderos asuntos de fondo. No es verdad que estemos ante un simple estallido emocional, aunque los sentimientos siempre han influido mucho -a veces, demasiado- en la política catalana. Se está discutiendo sobre asuntos de fondo y, a pesar del ruido ambiental, es alentador ver como crecen, en toda España, las opiniones y pronunciamientos favorables a la revisión y reforma del modelo de 1976-80, forjado con gran consenso y también bajo una fuerte presión fáctica que hoy ha dejado de existir. La fuerza de propulsión de aquel momento histórico se está extinguiendo. Hoy en día, más del 70% de los ciudadanos españoles no votaron la Constitución de 1978. Las constituciones no suelen tener cláusulas de revisión generacional, pero en las democracias avanzadas el debate al respecto no resulta tabú. La corriente de opinión favorable a las reformas va creciendo, aunque no todos sus actores digan lo mismo, ni abriguen los mismos objetivos. Y no hay duda de que Catalunya es el desencadenante de esta corriente.
Defendemos el diálogo, pero no somos ilusos. Las posibilidades de entendimiento hoy parecen bloqueadas. Mientras la corriente favorable a las reformas se va ampliando -desde un Partido Popular de Catalunya que aboga por una revisión a fondo del sistema de financiación hasta los sectores socialistas que apuestan, ahora sí, por la superación del desdichado café para todos-, la gama de propuestas es cada vez más amplia. Mecanismos de control objetivo de la solidaridad, federalismo asimétrico, reconocimiento de la singularidad de Catalunya, consulta catalana en el marco de la Constitución, revisión de la Constitución... Estas ideas hoy comienzan a aparecer en los medios de comunicación españoles. Hace cinco años, parecía imposible. ¿Quién ha dicho que nada se mueve? ¿Quién sostiene que el diálogo es imposible?
Paradójicamente, mientras crecen las ideas reformistas, el Gobierno español parece estar hoy más interesado en el choque que en el diálogo; parece preferir el hermetismo a la apertura. Parece que teme a la consolidación de una tercera vía catalana, dispuesta a una negociación real y efectiva. ¿Tiene miedo el Gobierno de España de los moderados catalanes? Esta es hoy la pregunta pertinente. Y no es de recibo el intento de desviar a terceros la solución de un grave problema político. La sociedad civil catalana es plural, también su empresariado, y se ha comportado siempre con sensatez. El Gobierno que reclama la unidad de España como bien primordial no puede apelar a terceros para afrontar una cuestión sustantivamente política que se ha agravado como consecuencia de erróneas decisiones políticas y emocionales sobre las que en su día ya advertimos. El pacto hallará siempre fuertes apoyos en la sociedad civil catalana. Pero la política de ninguna manera puede inhibirse de sus responsabilidades.
Conviene repetir la pregunta. ¿Tiene miedo el Gobierno de España del pluralismo interno de las sociedades catalana y española? ¿Tiene miedo de los moderados catalanes? ¿Tiene miedo del éxito de una tercera vía? La misma pregunta es aplicable al Gobierno de Catalunya y a los partidos que lo apoyan en el Parlament. ¿Tiene miedo el Govern de la Generalitat de los moderados catalanes? Si la respuesta fuese positiva, estaríamos ante un hecho muy preocupante. Nos hallamos inmersos en un proceso político muy complejo, afortunadamente delimitado por nuestra irrenunciable pertenencia a la Unión Europea, cuyos centros de decisión comienzan a estar atentos a lo que ocurre en Catalunya y al debate interno español. Si se confirmase un clima de renovada y sistemática hostilidad del centro político español hacia las posiciones moderadas, la deliberación del asunto catalán adquiriría la máxima urgencia en las instancias europeas. Entretanto, son muchos los catalanes, muchos más de los que pueda parecer, que insistirán y perseverarán en la vía de diálogo que en este momento parece levantar tantas reticencias. Señal inequívoca de que es la buena vía.
Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/editorial/20131027/54392454250/quien-teme-a-los-moderados.html#ixzz2j1wb1nTs
Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia
27 d'octubre de 2013
2. La
Vanguardia tem els moderats!
La capçalera del Grup Godó en
una editorial a portada fa avui una crida desesperada
per evitar la consulta, i poder forçar el diàleg de la rendició de Catalunya
http://www.directe.cat/noticia/322651/la-vanguardia-tem-els-moderats
“Qui tem els moderats” amb
aquesta editorial el diari crida a un nou intent de forçar una negociació amb
Espanya i li fa un darrer servei a Duran i Lleida per posar en valor una tercera via que tant sols busquen els polítics
catalans que veuen com les seves estratègies estan condemnades al fracàs.
Davant la negativa del PP i del PSOE a moure alguna cosa en favor de Catalunya
el Grup Godó vol guanyar temps i farà el possible per
posar bastons a les rodes per evitar la celebració de la consulta i encara
menys amb una pregunta clara i concreta com demanen milions de catalans
- el CEO va certificar, #7de10 volen votar sí o
no a la independència-, cosa que no vol de cap de les
maneres ni el Grup Godó ni el lobby Puente Aereo i els polítics que els donen
cobertura.
Els moderats avui són els més
de 2.000.000 de persones que van anar a la via
catalana i els #7de10 que volen votar sí o no a
la independència
I és precisament d’aquests moderats de qui té por La Vanguardia, el Grup Godó i els lobbys de poder com el “Puente Aereo”. Per això l’editorial en portada del diari amb una crida al diàleg impossible del partidaris de la tercera via i l’Espanya que al llarg de la seva història ha demostrat que mai negocia i que en tot cas només imposa. L’epístola del diari intenta salvar un Duran derrotat com va reconèixer en l’entrevista al programa de Josep Cuní, és un intent de fer fracassar i per tant impedir la consulta.
Un cop vist que Espanya no vol negociar, ara cal guanyar temps i fer descarrilar la consulta, amb el primer objectiu aconseguir que ICV-EUiA no accepti la pregunta que volen #7de10 catalans
Ho va dir Duran i Lleida a 8al dia, ICV-EUiA ha d’esser entre els partidaris de la consulta i per tant si cal una pregunta amb més d’una opció cal fer-la, en un darrer intent desesperat d’aliar-se fins i tot amb l’extrem ideològic. Si ICV-EUiA accepta la pregunta de la majoria, la que volen #7de10 fins i tot Duran l’acceptaria.
L’editorial de La Vanguardia és una defensa a ultrança de la minoria poderosa que vol evitar que el poble practiqui la democràcia.
L’editorial li pregunta al Govern de la Generalitat i a ERC si tenen por als moderats? La pregunta en si mateixa és un insult a la mateixa intel·ligència, el Grup Godo sap que el que vol de veritat és que seguim a Espanya, és la defensa de l’actual status per tal de seguir fent negoci de la permanència a Espanya, l’editorial en si mateixa és pura hipocresia ja que el que defensen no és la millora dels catalans, sinó el manteniment dels seus privilegis i els privilegis del “Lobby Puente Aereo” i de tant desesperats que estan ho posen a portada.
28 d'octubre de 2013 12:45 h
3. Mònica Terribas, per treure’s el barret
I és precisament d’aquests moderats de qui té por La Vanguardia, el Grup Godó i els lobbys de poder com el “Puente Aereo”. Per això l’editorial en portada del diari amb una crida al diàleg impossible del partidaris de la tercera via i l’Espanya que al llarg de la seva història ha demostrat que mai negocia i que en tot cas només imposa. L’epístola del diari intenta salvar un Duran derrotat com va reconèixer en l’entrevista al programa de Josep Cuní, és un intent de fer fracassar i per tant impedir la consulta.
Un cop vist que Espanya no vol negociar, ara cal guanyar temps i fer descarrilar la consulta, amb el primer objectiu aconseguir que ICV-EUiA no accepti la pregunta que volen #7de10 catalans
Ho va dir Duran i Lleida a 8al dia, ICV-EUiA ha d’esser entre els partidaris de la consulta i per tant si cal una pregunta amb més d’una opció cal fer-la, en un darrer intent desesperat d’aliar-se fins i tot amb l’extrem ideològic. Si ICV-EUiA accepta la pregunta de la majoria, la que volen #7de10 fins i tot Duran l’acceptaria.
L’editorial de La Vanguardia és una defensa a ultrança de la minoria poderosa que vol evitar que el poble practiqui la democràcia.
L’editorial li pregunta al Govern de la Generalitat i a ERC si tenen por als moderats? La pregunta en si mateixa és un insult a la mateixa intel·ligència, el Grup Godo sap que el que vol de veritat és que seguim a Espanya, és la defensa de l’actual status per tal de seguir fent negoci de la permanència a Espanya, l’editorial en si mateixa és pura hipocresia ja que el que defensen no és la millora dels catalans, sinó el manteniment dels seus privilegis i els privilegis del “Lobby Puente Aereo” i de tant desesperats que estan ho posen a portada.
28 d'octubre de 2013 12:45 h
3. Mònica Terribas, per treure’s el barret
Dóna una lliçó de democràcia als que es passen les urnes pel forro, pregonen des dels mitjans que una tercera via seria majoritària i que la consulta no es farà: A qui fa por la consulta?, demana.
La directora d'"El matí de
Catalunya Ràdio", Mónica Terribas, en
la portada d’aquest dilluns ha rebatut amb arguments impecables el rum-rum de fons que a través de la opinió pública assegura
que la tercera via seria majoritària i que la consulta no es farà.
Terribas ha volgut recordar als que “s’entesten a donar carta de legitimitat al que no ha sortit de els urnes, però
que es dissenya als despatxos i s’escriu en articles i editorials”, que
hi ha una majoria “aclaparadora” que vol la consulta, que aquest no és el projecte d’Artur Mas sinó que ho reclama
la societat catalana al Parlament i al carrer, i que “l’únic cert és que aquest
país vol ser radicalment democràtic en el procés i no moderadament
democràtic”. També recorda que és “un plantejament radicalment
democràtic no convertir el procés en un frau als
ciutadans que vana anar a les urnes el 25N”, i que també ho és
saber que pensa la societat sobre el futur polític que desitja
Per què fa por preguntar a la
societat catalana si vol o no continuar formant part del projecte espanyol?
Terribas ha defensat que el país és radicalment democràtic, com ho són les seves institucions, i per això es voten resolucions al Parlament d’acord amb els programes electorals que diuen que s’aconseguirà fer la consulta. En aquest sentit, Terribas ha reclamat una consulta de sí o no i ha deixat clar que un cop consultat el poble, si la resposta és que la societat catalana diu que vol continuar formant part del projecte espanyol cal que s’esgotin totes les vies per cercar l’encaix, però que si la resposta és que no vol seguir formant part del projecte espanyol, llavors cal trobar en democràcia els mecanismes que permetin dur a terme el que la societat catalana reclama.
Terribas ha defensat que el país és radicalment democràtic, com ho són les seves institucions, i per això es voten resolucions al Parlament d’acord amb els programes electorals que diuen que s’aconseguirà fer la consulta. En aquest sentit, Terribas ha reclamat una consulta de sí o no i ha deixat clar que un cop consultat el poble, si la resposta és que la societat catalana diu que vol continuar formant part del projecte espanyol cal que s’esgotin totes les vies per cercar l’encaix, però que si la resposta és que no vol seguir formant part del projecte espanyol, llavors cal trobar en democràcia els mecanismes que permetin dur a terme el que la societat catalana reclama.
28 d'octubre de 2013 09:30 h
4. Rahola
fa una defensa aferrissada de l’editorial “de la tercera via” de La Vanguardia
Segons la periodista l’editorial
de diumenge del diari de Godó és impecable i important. “Quin boig estaria en
contra d’un plantejament com aquest?” ha demanat Rahola
L’editorial d’aquest diumenge “Qui té por dels moderats?", que defensava la
“tercera via” i la moderació davant el conflicte entre Catalunya i Espanya ha
estat tema de debat a la tertúlia de Rac1 d’aquest dilluns. Pilar
Rahola, ha fet una defensa aferrissada de l’editorial assegurant que no és
immobilista i que és de compromís amb el país, i que el text aposta per posar
fre al xoc de trens a que ens aboca Espanya. Rahola ha insistit en que ella se
sent inclosa en el que planteja l’editorial i que s’hi hauria de sentir tothom
inclòs, fins i tot la CUP. Qui pot estar enfadat? Qui tem l’editorial?, ha demanat Rahola. L’editorial que tenia un lloc a
la portada del diari d’aquest diumenge va ser motiu de moltes crítiques a
alguns mitjans i a la xarxa social.
Opinió. Vicent Sanchis
27/10/2013
"Obliden, de manera sistemàtica, que a
un costat només hi ha la reivindicació i la pressió cívica, i a l’altre hi ha
el poder. Tots els poders"
Una part important dels poders econòmics i
financers catalans –entre els quals hi ha els responsables de les dues grans
entitats de crèdit i els principals empresaris de premsa– es miren amb inquietud el procés sobiranista
que viu el país, sobretot des de l’11 de Setembre del 2012. Aquell
any la manifestació va aplegar centenars de milers de persones sota un lema
inapel·lable: independència.
I aquella exhibició de força cívica va moure Artur Mas a avançar les eleccions,
després de
constatar l’enèsim fracàs amb l’intent d’acordar un nou pacte fiscal.
Alguns representants d’aquests poders –com ara
José Manuel de Lara– constaten amb agror el seu rebuig a qualsevol “aventura”
que separi Catalunya d’Espanya. La majoria són més prudents i es limiten a
constatar, una vegada i una altra, que no són gens partidaris de la
“inestabilitat i que, per contra, el sentit comú recomana “el diàleg i
l’acostament de posicions”. Les propostes de Pere Navarro o de Josep Antoni Duran i
Lleida donen marge a aquests recels i aquestes prudències. Quan el president
del comitè de govern d’Unió Democràtica va proposar i reclamar una “tercera
via” molts d’ells s’hi van sentit ben identificats.
Ara es proclamen “moderats” i demanen tant al govern
d’Espanya com al de Catalunya si tenen “por” del “pluralisme intern” de les
dues societats. Tant com els és possible intenten pressionar Mariano Rajoy i
Artur Mas perquè abandonin “posicions intransigents” i reprenguin un diàleg
necessari per evitar les crisis que s’insinuen amb força. Ahir l’editorial de 'La Vanguardia', obert en
portada, es presentava com un manifest representatiu d’aquestes opcions. “Mentrestant,
són molts els catalans, molts més dels que pugui semblar, que insistiran i
perseveraran en la via del diàleg, que en aquest moment sembla aixecar tantes
reticències. Senyal inequívoc que és una bona via”, concloïa.
Tot plegat fa la bona fila de les opcions moderades
–així se’n proclamen–, responsables i conciliatòries. El gran problema –potser la gran trampa– és que
apel·len a les dues parts –l’espanyola i la catalana– com si fossin iguals, com
si tinguessin els mateixos recursos i la mateixa capacitat d’incidir l’una en
l’altra. Fins i tot com si tinguessin la mateixa responsabilitat. I
obliden, de manera sistemàtica, que a un costat només hi ha la reivindicació i
la pressió cívica, i a l’altre hi ha el poder. Tots els poders.
L’Estat espanyol se sent poderós i per això perpetra la intransigència més
feroç. Els
“moderats”, que s’esclafen una vegada i una altra contra el mur d’incomprensions
que hi ha Madrid, acaben girant la vista a Catalunya i corren el perill
d’enfadar-se amb la part més dèbil, d’atribuir-li’n tota la responsabilitat.
Quan ho facin deixaran de ser moderats i es transformaran en còmplices.
6.
La Vanguardia fa tard perquè els moderats ja fa molts mesos que
són independentistes
Vicent Partal
28.10.2013
La Vanguardia es va despenjar ahir amb un
editorial en portada en favor de la moderació --un fet excepcional--. Dels moderats,
deia. Era un editorial poc clar, adesiara difícil d'interpretar, perquè no volia
parlar amb claredat, o no podia. Però venia a dir, sense dir-ho, que el debat sobre
la independència havia avançat molt. Que la perspectiva de la
independència, des del seu punt de vista el perill, ja no era absurda. I
sobretot explicava que la tossuderia del govern espanyol feia les coses cada
volta més difícils als qui pretenien una solució altra que la proclamació de la
república. Diguem que a La Vanguardia. Concretament es demanava dues
vegades si el govern espanyol tenia por dels moderats catalans, podem
imaginar-nos que referint-se a Duran i Lleida o a segons quins empresaris.
Fa onze mesos --només onze mesos!-- que Enric
Juliana escrivia l'article que editorialitzava la posició del diari sobre la
nit electoral. Vaig
haver d'alçar-me i rentar-me la cara després de llegir-lo. Es titulava,
increïblement, 'Ganó España', frase que, per si no l'havíem entesa, es repetia
vuit vegades. En aquell text La Vanguardia arribava a escriure: 'Res inquietant
per a l'ordre vigent no passarà a Catalunya els mesos vinents.'
Només onze mesos després, la capacitat d'anàlisi
del diari dels Godó s'ha trobat despullada i compromesa per ells mateixos amb
l'editorial desesperat d'ahir. Entenguem-lo, amb tot, com un senyal positiu. En
tres dies el PSOE i La Vanguardia, poca broma, han dit que la constitució espanyola és inservible i que
cal canviar-la per aturar el procés català. El PSOE i La Vanguardia.
Per als qui tenen dubtes sobre si anem bé o no, amb aquest senyal n'hi hauria
d'haver ben bé prou. Fa onze mesos que es pensaven que la realitat es podia
canviar a cop de titular. Fa onze mesos que situaven el problema a Catalunya i avui ja
diuen clarament on és, a Espanya. Fa onze mesos que es pensaven que
ens podrien espantar, que podrien fer trontollar el president Mas, o CiU, qui
sap si ERC i tot, i avui ja veuen que no se'n surten ni se'n sortiran.
El canvi de tàctica dels qui es proclamen 'moderats' és un senyal notable i en absolut
negligible.
La Vanguardia, siga com siga, fa tard reivindicant els
moderats, perquè els moderats ja fa temps que són independentistes. L'obsessió ideològica no els deixa veure que si l'independentisme triomfa és sobretot perquè
la independència és percebuda simplement com la solució més sensata per a
Catalunya. No pas com un projecte nacionalista, sinó com un projecte
col·lectiu. I això, a cals Godó, no ho volen veure, malgrat totes
les evidències. La darrera, per exemple, el nombre de DVD de la Via Catalana que van arribar a vendre
i que superava de llarg la xifra dels venuts per cap altre diari. La
Vanguardia té por dels seus propis lectors?
Vicent Partal. director@vilaweb.cat
7.
Moderats
i independentistes
Agustí Colomines
“No
tots els moderats som partidaris de la tercera via, perquè, d’entrada, som
independentistes. I som moderats perquè creiem en la democràcia i en el pacte
per exercir el dret de decidir.”
La Vanguardia va publicar ahir un editorial, “¿Quién teme a los moderados?”, que és d’aquells que pretenen marcar l’agenda
política. És ben legítim. Tots els diaris del món ho intenten, per
bé que no sempre ho aconsegueixin. El diari barceloní darrerament ha errat en
les seves apostes polítiques. Deu ser perquè no hi ha cregut de veritat o bé
perquè les ziga-zagues en política no tenen el mateix efecte que el sistema
tiki-taka té en el futbol. En política es perd el control del temps i de
l’espai quan l’actitud és erràtica.
La història de 'La Vanguardia' és la història de les classes
dirigents catalanes, les quals, per cert, no sempre han estat ni prudents ni
moderades. Al contrari, han atiat el foc de la
violència i la rebel·lió amb el mateix empeny que ho feien les organitzacions
anarcosindicalistes o extremistes. La valuosa hemeroteca del diari —ara
accessible per a tothom— conté tota mena de proves del que dic. Només cal posar
al cercador uns quants noms, més enllà del sempre recurrent i amable Gaziel.
També s’hi poden trobar articles de personatges, diguem-ne, més inquietants,
com Fernando Valls Taberner, pare dels Valls-Taberner Arnó que després de la
Guerra van acabar controlant, juntament amb les famílies catalanes Millet,
Carceller i Biosca, el Banco Popular Español. D’aquest eminent medievalista és
un article del 15 de febrer de 1939, d’abans per tant que acabés oficialment la
Guerra Civil, força conegut però només citat en aquella part que dóna sentit al
títol, “La falsa ruta”: “Cataluña
ha seguido una falsa ruta y ha llegado en gran parte a ser víctima de su propio
extravío. Esta falsa ruta ha sido el nacionalismo catalanista”.
No és un article, és un ditirambe per exaltar
la Catalunya espanyola sota el règim de Franco i culpar el catalanisme —aquell
mateix catalanisme que ara tothom posa d’exemple del seny i la moderació
catalanes— de tots els mals de la Catalunya i l’Espanya en guerra: “El
catalanismo no logró casi nunca dejar de presentar una significación
partidista; ni alcanzó a abandonar a tiempo unos derroteros que a la postre han
conducido al país a la ruina. Nadie puede hoy honradamente dejar de confesar
que, en fin de cuentas, el catalanismo, al término de su trayectoria, se ha
vuelto contra Cataluña; y que incluso lo que un tiempo pudo tener de generosa
aspiración renovadora, en medio de la general decadencia, lo que tuvo también
de idealidad, desviada sin duda, pero llena, de ingenuas ilusiones, lo que haya
representado en cuanto a anhelos de reforma y de perfección, bien que exaltados
y turbulentos, todo ello ha sido ignominiosamente prostituido y sacrificado en
estos últimos años. Lo que, en medio de la equivocación general, hubiera en él
de nobles ansias renovadoras y de esencias tradicionales, ha sido muerto
últimamente por los corifeos separatistas, y a consecuencia de ello el
catalanismo es hoy un cadáver. Para el bien de Cataluña y de España entera no
lo podemos de ningún modo dejar insepulto”.
Amb un diagnòstic tan sever, l’antic diputat
de la Lliga Catalana arribava a un conclusió que sí que era històricament
injusta i del tot falsa, atès que el cop d’Estat fou responsabilitat exclusiva
dels militars i no pas de les autoritats civils catalanes o espanyoles, una
tesi, per cert, que només sostenen els historiadors i publicistes franquistes.
El remei que proposava Valls Taberner era tan simple com irreal: “Hay que
liquidar, pues, un pasado equivocado, y en sus resultados desastroso; hay que
reemprender el camino, volviendo al buen sendero. Cataluña es una realidad viva
y no un prejuicio tendencioso; y para restaurar su vida y redimirla y
dignificarla de verdad sólo hay un camino: despojarla de sectarismos, de
mezquindades y de encogimientos, devolverle el buen sentido, librarla de
megalomanías y de emperezamientos, de disipaciones y de frivolidades, de
chavacanerías [sic] y de ridiculeces, y hacerla andar con fe, con amor y con el
mejor espíritu por la ancha vía triunfal de la Nueva España, hacia un destino común lleno de promesas y de
esplendores, de gloria auténtica y de progreso positivo”.
O Valls Taberner era un modern a l’ample o bé
els raonaments que s’esgrimeixen avui dia contra el catalanisme sobiranista són
tan antics, arnats i rebregats com ho eren els d’un intel·lectual tenallat per
la por, les sagnants lluites ideològiques i la profunda decepció política que
li havia provocat la República. Valls Taberner va voler trobar la palla en
l’ull del catalanisme sense reconèixer que la biga de la dictadura que ell
defensava impactava contra el règim constitucional republicà per destruir la democràcia.
Diguem les coses pel seu nom, oi? I és que falsa ruta del catalanisme
nacionalista havia sigut, segons Valls Taberner, la seva deriva separatista.
Així doncs, la guerra ja no era la conseqüència directa del cop d’Estat sinó
que havia estat covada en els ambients que havien volgut anar massa enllà.
Culpabilitzar el catalanisme era més fàcil que culpabilitzar els immobilistes i
els extremistes de veritat, de dreta o d’esquerra. Era l’explicació adequada
per explicar el fracàs d’un moviment polític que, per damunt de tot, havia
estat un dels grans factors de modernització del país i fins i tot de l’Estat.
No ho dic jo. M’ho va explicar meravellosament bé l’historiador madrileny
Vicente Cacho Viu, que va ser professor meu d’Història de Catalunya quan ell
era catedràtic a la Universitat de Barcelona.
El
catalanisme ha estat modernitzador i, també, almenys en el seu tronc central,
el principal impulsor del moderantisme. I en aquest sentit és com cal
reivindicar-lo, perquè sinó ningú no podrà entendre per què som on som i per
què ha tingut el suport de tanta gent durant tants anys i, a més, per què ha
impregnat ideologies tan diverses, que van del comunisme a la democràcia
cristiana. Al marge d’aquest catalanisme transversal només n’han quedat
aquells que han negat la nació catalana i n’han volgut fer desaparèixer els
trets identitaris, el que inclou els lerrouxistes,
els faistes i els franquistes. Però que el catalanisme hagi estat moderat,
dialogant i pactista durant anys no ha comportat que fos ben rebut a Espanya.
Hi ha molta i bona literatura històrica sobre els intents d’establir alguna
mena d’aliança entre l’Espanya intel·ligent i il·lustrada i el catalanisme. Aquesta mateixa literatura demostra que
tots els intents han acabat en fracassos sonats o bé, com va passar durant la
darrera transició, en una claudicació catalanista que va haver d’acceptar tant
si com no bou per bèstia grossa. Als moderats d’aleshores els va semblar
que recuperar una autonomia limitada era el preu calia pagar per consolidar la
democràcia. Quan s’ha volgut fer un salt endavant, el 2006, la reacció
espanyola va ser furibunda. I aquí va
començar la transformació del catalanistes moderats en moderats sobiranistes.
El desconcert de 'La Vanguardia' és
genealògic. Arrenca de la naturalesa mateixa del que ha estat aquest diari en
la història de Catalunya. Van errar en el passat i poden tornar a errar en el
present perquè potser no entenen que la moderació no és a les seves mans ni vol
dir, necessàriament, claudicació. Que el
catalanisme s’hagi desplaçat cap a l’independentisme, o almenys cap a la
solució sobiranista per damunt de l’autonomista, no el fa més radical;
simplement el transforma. Arribar a la conclusió que l’autonomisme ja no és
cap solució i que l’única via possible és dotar Catalunya d’estructures d’Estat
pròpies i no pas prestades (que van i vénen segons l’humor i les majories
parlamentàries espanyoles), no és cap mostra de radicalisme. Al contrari, és la visualització del seny català per
continuar defensant una Catalunya moderna, econòmicament pròspera i
nacionalment competitiva en el món de la globalització. El president Artur
Mas no s’ha begut l’enteniment, ni és un buròcrata moderat que de sobte ha
esdevingut el cap dels irredempts per les males influències d’ERC. Això és un
d’aquells gags de Polònia que només fa riure els babaus.
L’1 de desembre de 2012 —després de les
eleccions, per tant—, vaig publicar un editorial en el web de la Fundació
CatDem titulat “Els moderats i la independència”, que no va agradar a ningú
perquè hi deia coses com aquesta: “La majoria política que demanava el MHP
Artur Mas no s’ha assolit perquè els moderats s'han refugiat en altres opcions
i una altra franja, menor de la que es diu, s'ha sentit còmode amb ERC. Que els moderats hagin decidit no refiar-se
del procés sobiranista encapçalat per Mas és un símptoma que el control de la
velocitat és vital. Les presses debiliten el sobiranisme. Ara cal fer una
parada per refer l'aliança amb els moderats que tenen clara la catalanitat per
bé que no siguin independentistes. S'equivoquen els que expliquen la davallada
de CiU pel refús dels electors a les polítiques de contenció econòmica o bé a
les declaracions d’algun dirigent de la federació. Són molts menys dels que ERC
voldria. El problema són els moderats
que han dubtat. Cal convèncer-los com sigui perquè llavors la independència sí que serà imparable.” La qüestió avui és
la mateixa: obtenir el control del temps.
Després de la Via Catalana i de la perllongada mobilització sobiranista davant l’immobilisme espanyol, l’únic retret que ens podem fer és que de vegades els de la pressa persisteixen a voler debilitar el líder dels moderats, que no pot ser ningú més que el president Mas, amb actituds i reivindicacions impossibles. Quina importància té fixar una data si l’has de pactar, si es vol fer bé, amb l’Estat? Per què la governabilitat de Catalunya depèn d’una data i una pregunta quan, de moment, el govern espanyol té enrocat al català? És el suport a Mas el que debilitarà la intransigència espanyola i farà inútil les terceres vies que tampoc no atenen a Madrid.
Després de la Via Catalana i de la perllongada mobilització sobiranista davant l’immobilisme espanyol, l’únic retret que ens podem fer és que de vegades els de la pressa persisteixen a voler debilitar el líder dels moderats, que no pot ser ningú més que el president Mas, amb actituds i reivindicacions impossibles. Quina importància té fixar una data si l’has de pactar, si es vol fer bé, amb l’Estat? Per què la governabilitat de Catalunya depèn d’una data i una pregunta quan, de moment, el govern espanyol té enrocat al català? És el suport a Mas el que debilitarà la intransigència espanyola i farà inútil les terceres vies que tampoc no atenen a Madrid.
Per dir-ho ras i curt. No tots els moderats
som partidaris de la tercera via, perquè, d’entrada, som independentistes. I som moderats perquè creiem en la
democràcia i en el pacte per exercir
la democràcia que s’ha de traduir en el permís governamental per exercir el
dret a decidir, que és sinònim d’autodeterminació. I som moderats, també,
perquè ens reivindiquem del catalanisme popular que ha sostingut tot el que una
vegada i una altra, sigui després d’una guerra, sigui amb motiu d’una crisi
econòmica, es vol fer passar com una falsa ruta que només ens genera
desgràcies. El catalanisme va ser víctima, certament, dels extrems en una època
que l’historiador Eric Hobsbawm va anomenar així: dels extrems. Ara també podria ser-ne víctima, però
l’extrem aquest cop no és l’extremisme ideològic, sinó l’immobilisme,
incloent-hi l’unionisme vitaminat que cada dia s’aparta més del dret de
decidir. En quin període de la història de Catalunya s’ha intentant
resoldre democràticament el plet català sense condicionants de cap mena?
Aquesta és la pregunta que s’haurien de fer els partidaris de la tercera via. La incorporació dels moderats al
sobiranisme ha convertit en majoritari un independentisme que en altres temps
era minoritari. Hi ha moderats que encara dubten, d’acord. Però el preu per
esperar-los no pot ser mai reprendre la cantarella de la falsa ruta. Fóra un
error i situaria Catalunya al caire de l’abisme i de la marginalitat. Cal
controlar el temps, és clar que sí, i els arguments i també la governabilitat.
I aquí és on convindria que aprenguessin la lliçó de la història ERC i CiU. Si
el procés sobiranista aixeca reticències és perquè de vegades es tenyeix de
partidisme. Però això ja són figues d’un altre paner. Potser si ERC hagués
entrat al Govern des del primer dia i CiU hagués fet de partit moderat i
independentista sense fer seguidisme dels republicans, ara probablement
estaríem en una altra conjuntura, més robusta interiorment, encara que la
relació amb el govern central fos igual de dolenta.
La
tercera via no és de cap manera l’única opció que demana diàleg i pacte, que és
la tesi de l’editorial de La Vanguardia. El president
Artur Mas ha reclamat aquest diàleg per canviar la relació amb Espanya des del
2010. Ho va fer amb la proposta de pacte fiscal quan la majoria
d’empresaris que ara es posen a recer de la tercera via li van girar l’esquena.
I ho fa en aquests moments quan reclama negociació i diàleg per poder consultar
el poble català —majoritàriament sobiranista si mirem la correlació de forces
al Parlament— sobre el seu futur. Es pot
ser moderat i independentista, doncs. És el govern espanyol qui tem els
moderats, perquè per primera vegada en la història contemporània de Catalunya
es podria produir un canvi “radical” sense cap mena de violència, si descomptem
els insults de la caverna mediàtica espanyola i catalana. Per acabar l’article amb la mateixa figura
retòrica que empra l’editorialista de La Vanguardia: si els moderats
independentistes som tan combatuts és perquè és un senyal inequívoc que anem
pel bon camí.
Agustí Colomines
Comentari
d’en Sergi dels GOAL:
Avui, entre tot el que
hem rebut, tenim un interessantíssim article d'en Vicent Partal al
digital Vilaweb. Els GOAL tenim una presentació en els nostres "Racons del
Xerraire", que és diu "La Via Morta", i parla al
voltant del que cita en Vicent.
En Vicent ens enumera
el que seria per ell uns mínims si hi hagués voluntat de pacte real, ell sap, perfectament, que la voluntat és del
tot irreal per història, idiosincràsia, experiència i des de qualsevol punt de
vista. En tot cas fa un exercici de síntesi com va fer a La Vanguardia en
Duran fa unes setmanes en un article seu (Dèu me'n guardi de comparar en
Partal amb en Duran...), on desgranava una altra proposta de mínims molt
semblant. Al mateix temps en Pere Navarro i la propia Sànchez Camacho han
fet també "gala" d'alguna "mena" de 3a via, que tornem
a insistir que és uns Via Morta.
I perque és una Via
Morta?, doncs pèr moltes raons, però simplificant, algú s'imagina el que
propossa Partal propossant-ho l'Estat?, oi que no?, a més, les propostes
haurien de sortir d'Inciativa de l'Estat! I l'unic que surt és més
opressió i recentralització dia a dia!, hem d'entendre que el
problema és de base, és a dir, el No Reconeixement, per part
d'Espanya, de la Nació, Poble, Ens propi (digueu-li com vulgueu) , que és
Catalunya , que te consciència de ser! Per tant no som Part de
(objecte) sinó Som i Serem per nosaltres mateixos! (subjecte), i ho hem
demostrat amb les Manifestacions més grans d'Europa, Vies Catalanes, Jocs
Olímpics etc, etc.. (per dir els més recents en la Història).
Aquest és el
problema de base que MAI acceptaran, és a dir, com sempre repeteixo:
"Catalunya
serà Independent perque Espanya Mai ha volgut ser PluriNacional"
Pels dubtosos/es: Més
clar aigua!
Sergi,
dels GOAL
Joan
A. Forès
Reflexions
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada