Benvolguts,
En Ramón Cotarelo analitza avui els darrers esdeveniments, cada cop més accelerats, de la política catalana i amb
forma d’estímul planteja el psicodrama català tot demanant que es faci una anàlisi no solo de los partidos, sino de las personas, porque tiene
un elemento psicológico muy fuerte.
Dado el complejo psicodrama
que está dándose en Cataluña, es preciso analizar las posibilidades y
posiciones no solo de los partidos, sino de las personas, porque tiene un elemento
psicológico muy fuerte.
Resulta que nosaltres ahir en el comentari a l‘Editorial d’en
Vicent Partal Ens
tornarem a trobar al març (sense la CUP). vàrem explicar precisament
que:
No sé si ERC o CDC o JxS estan contents o
descontents del resultat. Voldria saber-ho i espero veure quines són les seves
opinions! Tanmateix,
crec que haurien de ser els primers que haurien d’autoanalitzar-se,
psicoanalitzar-se?, per esbrinar si ells ho
han fet tot perfecte i són tots els altres que ho han fet malament. I com pensen sortir-se’n!
Entrellaçat amb els psicodrames i les psicoanàlisis en
Cotarelo adverteix, avisa, que en aquest moment de la història, en aquesta
pantalla, el màxim perill pel Procés
és En Comú Podem, un factor que no augura nada bueno para el
independentismo.
Finalment, Cotarelo creu que “les jeux sont faits” i augura que Mas será muy difícil que resista la presión para retirarse.
I acaba traspassant-nos un toc d’alegria
estimulant en dir-nos que cal
Intentar un acuerdo a toda costa, no rendirse por nada y, si hay que ir a nuevas elecciones, váyase, pero porque no haya materialmente otro remedio.
Intentar un acuerdo a toda costa, no rendirse por nada y, si hay que ir a nuevas elecciones, váyase, pero porque no haya materialmente otro remedio.
05/01/2016.
Psicodrama catalán
Al lado de Cataluña la
política del Estado español es un muermo, una rutina.
La misma media docena de personajes diciendo siempre lo mismo, repitiéndose sin
parar, colocando las mismas mentiras y tratando de engañarse unos a otros y
todos al amable y sufrido pueblo siempre con las mismas marrullerías y las
mismas patrañas. Ya quisieran estos tener peripecias como las de Cataluña, tierra tan extraña y exótica que,
cuando un político fracasa, dimite ipso facto. Ya quisieran vivir en ese frenesí permanente de asambleas, votaciones, comparecencias, vigilias,
ayunos, declaraciones e intercambios prácticos y teóricos sin parar en un
hervidero de partidos, asociaciones de la sociedad civil, movimientos,
coaliciones, etc.
"Nunca digais de alguien que fue feliz hasta
que haya muerto", decían los griegos. Habiéndose producido la votación de la
CUP contraria a Mas y teniendo todo
el mundo claro que eso significa nuevas elecciones en marzo, Mas hizo unas
declaraciones diciendo que está ansioso por seguir con la batalla
independentista. Cuando las redes echaban humo con conjuros, cálculos, insultos y
quejas por los insultos, a última hora apareció Junqueras a pedir que nadie se
levante de la mesa y sigan las negociaciones hasta el final, hasta el sábado,
antes de tirar la toalla e ir a unas elecciones nuevas que no le gustan nada.
Claro que no. Habría que volver a definir todas las estrategias,
saber si se reedita el JxS y otros
asuntos. Pero, sobre todo, habría que enfrentarse con
En Comú Podem, un factor que no augura
nada bueno para el independentismo.
Porque C's,
con sus 25
diputados en el Parlamento catalán, en el fondo, no pinta nada pues sus votos son básicamente del PP. El
problema es Colau/Podem, con la idea del referéndum, que puede arrastrar muchos
electores independentistas
Junqueras pide
a CDC y la CUP que traten de encontrar un acuerdo a toda costa antes de repetir
las elecciones. Casi parecería que ERC no forma parte de la plataforma de Junts pel Sí y que no fuera esta
la que ha negociado hasta ahora. En
su momento se aclarará, pero ya es evidente que si, por fin, se llega a un acuerdo
-el que sea- y se evitan las elecciones, Baños se habrá precipitado al renunciar a su acta de
diputado. [¿??]
Pero ¿es posible un acuerdo? Dado el complejo psicodrama
que está dándose en Cataluña, es preciso analizar las posibilidades y
posiciones no solo de los partidos, sino de las personas, porque tiene un elemento
psicológico muy fuerte.
La primera figura es Mas,
en torno a quien se ha librado esta agitada batalla. Tiene anunciada para hoy
una rueda de prensa que habrá que escuchar. De momento, sabemos que no cede. Su cálculo es sencillo: si cede lo pierde todo ya que se ha
quedado sin partido prácticamente para postularse como un político nacional, por encima de partidos y
banderías. Está en su derecho, todo
el mundo le reconoce el mérito de haber llegado hasta aquí, pero la
intransigencia de la CUP lo ha convertido en un obstáculo que, como se apreció
ayer en la comparecencia de Junqueras, incomoda
a sus socios, atados a él por algún tipo de compromiso más o menos secreto.
Salvo que Mas, en estas condiciones límites, haga alguna maniobra espectacular
que lo salve, será
muy difícil que resista la presión para retirarse. No es justo, ni
siquiera elegante, pues tenía acordado un mandato de solo 18 meses,
pero quizá no haya otra salida si se quieren evitar
elecciones nuevas.
Será un ejemplo más del viejo adagio de que la revolución
empieza por devorar a sus protagonistas.
La segunda es la de
Junqueras, hasta ahora en la semipenumbra. Hace días
abandonó la alcaldía de Sant Vicenç dels
Horts y desató algunas conjeturas y ahora se manifiesta en público como lo
hace. La
pregunta es obvia: ¿por qué lo hace?
·
En
primer lugar, sin duda, por ver si, a pesar de todo, en los
cuatro días que restan puede componerse algún acuerdo de gobierno.
·
En
segundo lugar porque quiere desmarcarse -y con él a
ERC- de un fracaso negociador si se produce y por eso señala -y, por cierto, la
experiencia lo avala- que ERC y él están dispuestos a hacer lo que sea para
garantizar que haya gobierno. Lo que sea, evidentemente, incluye aceptar la
presidencia si se tercia con la promesa de la CUP de darle sus diez votos en la
investidura. Un sacrificio grande, desde luego, pero el propio Junqueras
debería explicar qué alcance exacto tienen los acuerdos con CDC.
·
En
tercer lugar, desmarcarse asimismo por si hay elecciones en
marzo en donde es muy posible que cada cual vaya con sus siglas.
Muchos son aquí presas de sus palabras:
Mas está prisionero de su afirmación de que nunca sería
un obstáculo a la independencia; unas declaraciones que sus
adversarios le pasan por las narices con frecuencia para señalar que es un
obstáculo y falta a su palabra.
A su vez, la CUP, con su compromiso de negociar el cómo y el qué y no tanto el
quién, al final ha dado la impresión (el sector del "no") de que todo
fue una ficción y
que lo importante sí era el quién y Mas no pasaría en ningún caso.
Y, si esto era así, ¿cuál era el sentido de negociar durante tres meses? ¿Por qué no
decir desde el principio que lo importante era el quién y condicionar todo lo
demás a resolver este punto, en lugar de llenar papeles y papeles de planes de
choque que no iban a servir para nada?
Tanto si Junqueras -a quien tengo por una
persona sincera y leal, aunque con un punto de retorcimiento eclesiástico-
habla con alguna base como si lo hace a humo de pajas, lo que dice es muy
sensato:
Intentar un acuerdo a
toda costa, no rendirse por nada y, si hay que ir a nuevas elecciones, váyase,
pero porque no haya materialmente otro remedio.
Ramón Cotarelo
Joan A. Forès
Reflexions
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