Benvolguts,
El 24 de juliol de l’any passat vàrem comentar i publicar
aquest apunt del Bloc Palinuro del Ramón Cotarelo: Carta abierta a Felipe VI.
En el Bloc hi havia una foto del Felipe6, usurpador de la dignitat de Cap de l’Estat espanyol, amb el president Mas i membres del
Gobierno espanyol. A la foto hi havia una icona com si clicant-hi poguessis sentir
la veu en off del Cotarelo però no enllaçava amb res.
El dia 29 del mateix juliol en un apunt que no vaig
comentar i que ara sí que comento i copio, hi havia el següent apunt:
Carta abierta a Felipe VI de viva voz
El post que subí el otro día sobre la Carta abierta a Felipe VI, tenía a día de hoy más de 59.000 visitas únicas en Palinuro, sin contar las que haya
recibido a través de otros medios digitales, como Vilaweb o
el Eco Republicano. Por ello, me he animado a convertirlo en
vídeo y subirlo a You Tube, para tentar la suerte. Me parece que no
me ha quedado mal pero el lector, en este caso espectador, juzgará.
Vídeo: https://youtu.be/h5e3wrUyLi0
Por cierto, quien quiera documentarse algo más sobre los puntos de vista de
Palinuro acerca de la cuestión catalana que, en realidad, es la cuestión
española porque constituye el elemento esencial del ser de España, puede consultar mi
reciente libro sobre La desnacionalización de España. De la
nación posible al Estado fallido. Valencia: Tirant Lo Blanch, 20015.
Publicado por Ramón Cotarelo en 12:02 a. m.
Si ho compareu
veureu que un fragment del vídeo no està reflectit en el text. És aquell que
diu que:
Como quiera que por su contenido es irreproducible en
cualquier medio de difusión español sea de izquierdas, de derechas o ni de
izquierdas ni de derechas, he decidido reproducirlo en vídeo para solaz generalizado…
També podem notar
que quan parla de legalidad (franquista o borbónica)
la contrasta amb la realidad española que tant omple
la boca als feixistes:
Primero vino una guerra civil y cuarenta años de dictadura que forjaron una realidad española en la que se mezclaban los sueños de fanfarrias imperiales con los harapos
de un país tercermundista, gobernado por los militares y
los curas, como siempre. Fascismo, nacionalcatolicismo, centralismo, ignorancia, represión y robo
sistemático.
Castilla miserable/ayer dominadora/ envuelta en sus
harapos/desprecia cuanto ignora…
Un cop hem pogut sentir la veu del Cotarelo
llegint la seva propia carta, ens plau enormement tornar-la a publicar:
Carta abierta a Felipe
VI.
Ramón Cotarelo
Estimado señor: en 1716, un antepasado suyo, Felipe V, abolió de un plumazo los derechos y
libertades catalanas tras someter Barcelona mediante conquista militar. Trescientos años
después quiere el destino que venga usted a impedir que los recuperen.
Acaba usted de
espetar un discurso a un gobernante democrático, elegido por las urnas, como
usted no lo ha sido, cuyo contenido esencial reside en recordar la necesidad
de respeto al principio de supremacía de la ley, sin el cual, no es posible la
sociedad civilizada.
¿Con qué autoridad dice usted eso a un presidente
que, como él mismo señaló en una entrevista posterior, nunca se ha saltado la
ley? Contestemos a esta fastidiosa pregunta.
Su autoridad
personal en la materia que, a fuer de republicano, este blog no reconoce, es inexistente.
Su poder viene directamente de la designación de un
militar golpista, un delincuente perjuro que se alzó contra su gobierno y usted
no ha tenido el coraje ni la gallardía de refrendarlo mediante una consulta a
la ciudadanía, un referéndum en el que esta decida si quiere seguir con la
monarquía o prefiere la República, el último régimen legítimo que hubo en
España, pues el suyo no lo es.
Usted carece de autoridad pero se hace eco de la
del gobierno español, ese sí, elegido por sufragio universal. Es este quien ha
enviado a usted a Cataluña a recitar el catón elemental del Estado de derecho:
el respeto a la ley, que a todos nos obliga, incluidos los gobernantes.
En términos abstractos esto es cierto. En términos
concretos, aquí y ahora, en España, no solo no lo es, sino que es una burla. El gobierno que
exige a Mas el cumplimiento de la ley, la cambia a su antojo, unilateralmente,
sin consenso alguno, valiéndose de su rodillo parlamentario cuando le conviene,
de forma que esa
ley ya no es una norma de razón universal, general y abstracta que atienda al
bien común, sino un dictado de los caprichos del gobierno del PP que, como sabe
usted perfectamente, es el más corrupto, arbitrario e incompetente de la
segunda restauración. Un solo ejemplo
lo aclara: el mismo día que el presidente de ese gobierno, un hombre sin
crédito ni autoridad algunos, sospechoso de haber estado cobrando sobresueldos
de procedencia dudosa durante años, denuncia que los soberanistas catalanes
intentan "cambiar
las reglas del juego" al
desobedecer la ley, sus acólitos presentaban un proyecto de ley de reforma del sistema
electoral español para cambiar las reglas de juego a tres meses de unas
elecciones. Y nadie en España, ni un
medio de comunicación, ni un publicista ha denunciado esta arbitrariedad, esta
ley del embudo.
Ciertamente, los gobernantes dicen que, si a los
catalanistas no les gusta la ley, pueden cambiarla, pero legalmente, como han hecho ellos. No
tengo a usted por una lumbrera, pero imagino que no se le escapará la impúdica
hipocresía de este razonamiento pues los catalanes jamás serán mayoría en
cuanto catalanes en España y, por tanto, no pueden materialmente
cambiar la ley y están condenados a vivir bajo la que la mayoría les impone.
Siempre. Por si no lo sabe usted, eso se llama "tiranía de la mayoría" y es tan odiosa como la de la minoría.
No, señor, el
asunto ya no es de respeto a la ley.
El asunto es de legitimidad, o sea mucho más profundo y
antiguo.
Pero, por no abusar de su paciencia, se lo
expondré a usted en tres sencillos pasos a imitación de la triada dialéctica
hegeliana que sirve para explicar la evolución de la realidad, pero también su
involución.
Primero vino una guerra civil y cuarenta años de dictadura que forjaron una realidad española en la que se mezclaban los
sueños de fanfarrias imperiales con los harapos de un país tercermundista, gobernado por los militares y
los curas, como siempre. Fascismo, nacionalcatolicismo, centralismo, ignorancia,
represión y robo sistemático. Fue la tesis.
Luego llegó la transición, la negación de la tesis,
la antítesis. España se convertía en una democracia homologable con el resto de las europeas. Se negaba la
dictadura. El Estado se descentralizaba y devolvía libertades a los
territorios, se promulgaba una Constitución que consagraba la separación de la
Iglesia y el Estado y propugnaba un Estado social y democrático de derecho. Y se acariciaba la ilusión de
que era posible una continuidad normal del Estado, por encima de los avatares
históricos.
Por último
llegó la negación de la antítesis, la negación de la negación, la síntesis. Con el triunfo aplastante
del PP en 2011, volvió el espíritu de la dictadura, el gobierno de los curas (o de
sus sectarios del Opus Dei), el nacionalcatolicismo. Se conservó la cáscara de la
Constitución, pero se la vació de contenido con la ayuda del principal partido
de la oposición, cómplice en esta involución y se procedió a recentralizar el
país, atacando el régimen autonómico y burlando las expectativas catalanas, de
forma que su estatuto carece de contenido. De nuevo con la ayuda del PSOE y la diligente
colaboración de todas las instituciones del Estado. La que más se ha usado ha
sido un Tribunal Constitucional carente de todo prestigio y autoridad moral por estar
plagado de magistrados al servicio del gobierno o sectarios del Opus Dei, con su presidente a la
cabeza, militante y cotizante del PP.
Así están hoy las cosas en España, señor mío. Un gobierno de
neofranquistas y nacionalcatólicos, empeñados en imponer sus
convicciones como ley de la colectividad, impregnado de corrupción, basado en un partido al que algún
juez considera una asociación de delincuentes. Un gobierno que ha
provocado una involución
sin precedentes, una quiebra social profunda (lea usted las
estadísticas de pobreza, las de paro, las de productividad, las verdaderas, no
las que fabrica esta manga de embusteros) y una quiebra territorial mucho más
profunda, que él mismo reconoce de una gravedad extrema y de la que es el único
responsable por su incompetencia, autoritarismo y corrupción.
¿Cree usted que ese gobierno tiene autoridad para hablar
de la ley? ¿La tiene usted?
No le extrañe
que los catalanes quieran liberarse de esta tiranía personificada en estúpidos provocadores como ese que
quiere "españolizar a los niños catalanes". Muchos otros, si pudiéramos,
haríamos lo mismo. No quieren, no queremos, vivir otra vez el franquismo.
Y usted, le guste o no, lo representa.
Publicado por Ramón
Cotarelo en 12:11 a. m.
Joan A. Forès
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