Benvolguts,
Per una vegada estic gairebé d’acord amb una de les
propostes d’un individu indesitjable, poca-solta i botifler, de nom Arcadi Espada. Hi estic gairebé d’acord quan diu:
Solo
pido que el dinero lo lleven hasta Cataluña, de un modo visible y
celebrado, casi en volandas, un grupo escogido de hombres de negro.
Amb una condició: Que els hombres de negro siguin experts de la Unió Europea i comprovin prèviament els dèficits fiscals que Catalunya pot exhibir des de sempre, perquè
els economistes de la nostra confiança Xavier
Sala i Martín, Modest Guinjoan, Carles Bosch, Alfons Duran-Pich, Elisenda
Palouzie, Jordi Galí, Andreu Mas-Colell, els economistes de la sectorial d’Economia
de l’ANC, etc, han demostrat per activa i per passiva que el dèficit fiscal
català és del 8%
o del 10%
del PIB que significa haver enviat a
Madrid 300.000M€ en els darrers 25 anys que no han retornat.
D’acord amb aquestes xifres cal comprovar si és l’Estat que
finança Catalunya, com tots els polítics dels Gobiernos PPSOE, no paren de dir o si és Catalunya que ha estat finançant
Espanya des de sempre.
I no estaria de més veure els saldos...
Tal com l’Espada diu, cal el control y la transparencia.
I tal com jo dic, Cal
que hi hagi llum i taquígrafs d’una vegada per totes...
Vull que d’una vegada per totes algú imparcial, com els homes (economistes) de negre de
Brussel·les dictaminin sobre balances fiscals, transparència, qui subvenciona,
qui és subvencionat...
I aquí em ve al cap una pregunta:
Per
què els polítics catalans no parlen mai del sentit del finançament, Catalunya à Espanya o Espanya à Catalunya...
Pot algú del govern català, respondre’m? Que hi ha ningúuuu?
Vegem les parides de l’Espada:
¡QUIA!
Intervenida
Arcadi Espada
10/03/2016 03:01
¿EL 155? ¡Quia! Cataluña lleva años dulcemente
intervenida y el único mérito del poder político catalán es haber convencido a
la opinión pública de que eso no ha sucedido. La Cataluña política es la
historia de un gran fracaso moral, político y económico. De un fracaso tan
abrasador que incluso ha provocado que los ciudadanos se hayan mostrado remisos
a la hora de pedir cuentas. Ni siquiera por el corrupto Pujol las han
pedido. Cuando Pujol y sus sucesores han dicho que ellos eran Cataluña
no exageraban. Para que Cataluña se pida cuentas a sí misma habrá de pasar
algún tiempo y alguna generación.
En esta operación de camuflaje de la realidad
intervenida el Gobierno catalán ha contado con el Gobierno central como
gran aliado. Por razones difíciles de resumir, pero que se vinculan a una
oscura e impostada mala conciencia, el Gobierno central no ha querido explicar
que lleva tiempo soportando una gran parte de la carga económica de la
autonomía y ha sido de una timidez inconcebible a la hora de difundir la
evidencia de que el conjunto de la economía española marcha mejor que el de su
parte catalana. La última expresión de esa política apaciguada es la escala del
ministro Guindos en el aeropuerto de Barcelona para reunirse con el consejero
Junqueras y ver qué ha de hacer el Estado para evitar la quiebra de Cataluña.
La hipotética quiebra de una región que supone el
19 por ciento del Pib sería una pésima noticia española y comprendo que el
Gobierno Rajoy haga lo imposible por evitarla. Ahora bien, la ayuda del Estado
debe tener contrapartidas y las principales son el control y la transparencia,
factores de dudosa aplicación en encuentros histéricos y semiclandestinos en
los aeropuertos. No hace falta decir, además, hasta qué punto esta necesidad se
agudiza cuando se piensa que el Estado está ayudando a un Gobierno cuyo
objetivo político más nítido, por no decir el único, es la destrucción de ese
Estado. La relación entre dinero y secesión puede explicarla bien Artur
Mas, no en vano la más peligrosa acusación judicial que afronta es la
malversación de fondos públicos para la organización de la consulta del 9-N.
Estoy de acuerdo con que el Estado aporte a
Cataluña el dinero que necesite. Solo pido que el dinero lo lleven
hasta Cataluña, de un modo visible y celebrado, casi en volandas, un grupo
escogido de hombres de negro. Es la mínima lección que merecen los
irresponsables que gobiernan Cataluña y los irresponsables que les han votado,
y la garantía que deben exigir los españoles acerca del uso que se da al dinero
público. Cataluña es hoy tan sistémica como sistemáticamente caótica y desleal.
Arcadi Espada
Joan A. Forès
Reflexions
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