Benvolguts,
Un altre lliurament del periodista ínvestigació Carlos Enrique Bayo, sobre les relacions tempestuoses entre els comandaments i els polítics responsables de la policia espanyola (grisos i Guàrdia Civil) i els Mossos d'esquadra, reflex de l'odi que els Gobiernos espanyols ens tenen, que han estat capaços de vetar la informació confidencial i l'accés a les xarxes de les policies europees i americanes i segons aquí s'explica i nosaltres ja ho havíem suggerit fa dos o tres dies i pot ser una molt que possible causa de la tragèdia d'aquests dies passats!
Vegem informació sobre el periodista i sobre l'afer:
Más
ideología que inteligencia en la estrategia antiterrorista del PP
BIOGRAFÍA
Periodista de investigación
en Público, del que fue director de junio de 2012 a agosto de 2016.
@tableroglobal fue redactor-jefe de Internacional en la edición papel de este
diario. Ha sido corresponsal en Moscú (1987-1992) y en Washington (1992-1996),
así como máximo responsable de Internacional en cinco periódicos distintos, y
fue enviado especial en los conflictos de Afganistán, Camboya, Oriente Próximo
y Armenia-Azerbaiyán. También ha cubierto eventos históricos como la catástrofe
de la Union Carbide en Bhopal, la caída del Muro de Berlín y la matanza de
Tiananmen, entre muchos otros acontecimientos mundiales, como media docena de
cumbres entre los líderes de las superpotencias. Además, fue subdirector de La
Voz de Asturias, director de publicaciones del Grupo Joly, subdirector y
creador de Diario de Sevilla, redactor-jefe en Diario16 y El Periódico de
Catalunya, y director adjunto de ADN, entre bastantes otras cosas.
MÁS DE CARLOS ENRIQUE
BAYO
OPINIÓN
AHORA EN PORTADA
22 AGOSTO 2017
Ya nos lo habían demostrado tras la matanza del
11-M, pero no
parecen haber escarmentado. Los estrategas del
PP han vuelto a exhibir sus prejuicios y su soberbia, anteponiendo sus
objetivos políticos a la seguridad de los ciudadanos. Al tiempo que se llenaban
la boca con peroratas grandilocuentes que no correspondían en absoluto a la
verdad. Y es que la validez de la gestión política y ejecutiva sólo se legitima
a través de sus resultados. Veámoslo.
En dos ocasiones ha salido ya el ministro
del Interior, Juan Ignacio Zoido, a lanzar brindis al sol de la “unidad” y la
“absoluta cooperación” en la lucha antiterrorista, sólo días después de que sus
propios actos lo desmintiesen: nada más confirmarse que la masacre de las
Ramblas se debía a un atentado terrorista, la cúpula del Ejecutivo –con Mariano
Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría a la cabeza– se trasladó a Barcelona… pero no para
integrarse en el gabinete de emergencia creado allí por la Generalitat, sino
para formar su propio gabinete de crisis y atribuirse así el mando político de
las operaciones policiales contra el comando asesino. Tan clara era esa
intención, que ni esa noche ni a la mañana siguiente
se invitó a esas reuniones a representante ninguno de la Generalitat, ni
siquiera de los Mossos d’Esquadra que estaban persiguiendo
sobre el terreno a los yihadistas. Como se puede apreciar en esta
imagen de la segunda reunión:
Pero esa actuación ejecutiva de ninguneo de las autoridades de Catalunya
y de boicot a los Mossos no era en absoluto nueva, sino que se había instaurado
durante el mandato del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz (2011-2016) como política gubernamental de clara represalia
contra la Generalitat por su orientación soberanista. Actitud
que continuó con la llegada de Zoido a Interior y que era más que patente en
las semanas anteriores al atentado, cuando el ministro se negó a permitir que los Mossos
incorporasen a 500 agentes más, pese a que sus mandos estaban denunciando no eran capaces de “garantizar la
seguridad” porque la falta de efectivos hacía que no pudieran cumplir con
el número de horas de servicio que se requieren para la lucha antiterrorista. La
portavoz del sindicato mayoritario del cuerpo (SAP-Fepol), Imma Viudes, declaró
a Público que se les estaba “usando como arma política”… y
tenía razón.
Así que, tres días
después del sangriento atentado de las Ramblas, Zoido compareció por fin ante
la prensa para negar toda esa realidad –obviando, por supuesto, que él
mismo había aducido en el Congreso “la tasa de reposición fijada” para dejar en sólo 50 el
número de nuevos mossos a incorporar– y clamar que la coordinación y
colaboración del Ejecutivo con la Generalitat en la lucha antiterrorista era
“total y absoluta”. En realidad, el
ministro hizo un discurso, tras la reunión del Pacto Antiterrorista, con el que
pretendía desmentir esas anteriores informaciones de Público, sin aportar argumento ni
prueba ninguna para sostener su arenga. Más bien al contrario: fue precisamente en esa sesión del Pacto Antiyihadista, a la
que por primera vez asistieron como oyentes los partidos nacionalistas, donde
Zoido por fin prometió que los Mossos tendrían acceso a toda la información de
Europol… a partir de septiembre.
Es decir, que en las
investigaciones aún en curso sobre el comando que pretendía perpetrar varias
matanzas masivas con furgonetas bomba –planes que se frustraron y reemplazaron
por otros más modestos tras la explosión fortuita de su arsenal en Alcanar
(Tarragona)– los Mossos seguirán sin tener acceso directo en este mes
al sistema de alerta temprana y de información policial europea de Europol
(SIENA y SIRENE). A pesar de que ellos lograron contener el atentado de Cambrils, impidiendo que se
transformara en otra masacre, y han dado muerte a seis de los terroristas,
incluido el conductor de la furgoneta que causó la carnicería en las Ramblas. Y pese a que diversas pistas a
seguir conducen directamente a Europa,
como que el imán de Ripoll y cerebro
de los atentados, Abdelbaki Es Satty, tratase de instalarse a principios de 2016 en la localidad más islamista de Bélgica, Vilvoorde junto a Bruselas, y viajase también a Francia y Marruecos.
Es más que probable
que el imán Es Satty contactase en esos viajes con grupúsculos yihadistas que
le aleccionaron sobre la fabricación de bombas –al parecer, él fue quien
cometió el error de manejo de sustancias explosivas que llevó a la detonación
del polvorín de Alcanar, puesto que su cuerpo fue el que quedó totalmente
destrozado. Pero durante todos esos años, en los que se
estaban fraguando el comando y los planes para sembrar el terror en Barcelona,
los Mossos carecían de acceso a la red de información policial de Interpol…
porque así lo decidió el Gobierno de Rajoy, que desoyó una y otra vez
las reiteradas peticiones de la Generalitat y del propio Parlament de Catalunya
para que el cuerpo policial catalán pudiera consultar las bases de datos
internacionales sobre los yihadistas.
Pero los Mossos no
sólo están desconectados de las redes internacionales de información
antiterrorista, sino que incluso se les ha negado acceso a la del propio Centro de Inteligencia
contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), creado por Fernández Díaz
en enero de 2015, mediante la fusión de los dos centros (CNCA y CICO) que
coordinaban las tareas policiales contra esas dos lacras. Más
aún, fuentes policiales subrayan Público que ha sido precisamente el director del CITCO,
José Luis Olivera Serrano, quien ha diseñado esa estrategia de negar
información clave a los Mossos,
incluidos los avisos de centros de inteligencia de otros países. Como la
advertencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU de que
Barcelona era un blanco de los yihadistas y, por supuesto, su punto más
vulnerable estaba en las Ramblas.
Se llegó a publicar
que la CIA alertó de ello
directamente a los Mossos, pero
tanto la Generalitat como el propio
president Carles Puigdemont lo han negado rotundamente. Está claro que “las policías
tienen relaciones con otras policías y las agencias de inteligencia tienen
relación con otras agencias de inteligencia”, como le explicó
Puigdemont a Ana Pastor en la entrevista en El Objetivo del pasado domingo. “A una policía como los Mossos d’Esquadra ya nos gustaría
tener relación directa con la CIA, pero evidentemente eso no ha ocurrido”,
agregó el president.
Fuentes cercanas al
Centro Nacional de Inteligencia (CNI)
han admitido a Público que
de vez en cuando han comunicado a los Mossos datos de inteligencia que les
llegaban de otros servicios secretos, precisamente por saber que la policía
catalana estaba aislada de las redes internacionales, igual que tendrá que hacer
el CNI ahora que está llegando mucha
información de otros países sobre las relaciones que pudiera tener el comando,
a traves de foros de Internet, con
los grupos que han cometido atentados en el norte de Europa.
Pero cuando Ana Pastor le preguntó directamente
a Olivera si se había transmitido alguna alerta de atentado, procedente de
servicios secretos extranjeros, a los Mossos sobre una amenaza yihadista contra
Barcelona, el director del CITCO se enredó en naderías para no responder:
“Mire… Tanto el CITCO
y los distintos servicios de información de Guardia Civil, Policía, y el CNI,
mantienen múltiples contactos con centros homólogos, con agencias de
inteligencia y de información, y hay un feedback continuo tanto de información como de
inteligencia. Entre estas diversas agencias se comunican distintos sucesos o
distintos comunicados que pueden ser interesantes para todos los servicios. Y…
estas informaciones, como usted puede comprender yo no las puedo revelar en
este momento y usted me debe permitir que mantenga esta discreción”.
Aunque lo peor fue el
tono y la forma en la que lo hizo, con una falta de capacidad dialéctica, de
agilidad intelectual y de soltura que hacen dudar a cualquier espectador (pueden verlo con sus propios ojos a partir del minuto 1:04:00
en este enlace) de su capacidad al frente del mando único de inteligencia antiterrorista al
que confiamos nuestra seguridad. Nada
sorprendente para los conocedores de la carrera de Olivera, que accedió a tan alto puesto gracias a sus maniobras
en la brigada política de Interior cuando dirigía la Unidad de
Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF),
y sin que en su trayectoria se hubiera especializado en lucha
antiterrorista y mucho menos en yihadismo.
Quizá lo más sangrante
de todo esto es que desde Interior se alentaran polémicas como la que se
desencadenó contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sobre la no colocación
de bolardos en las Ramblas tras una recomendación de Interior, en diciembre de 2016 y con motivo del atentado contra
un mercadillo navideño en Berlín, cuando la realidad es que eso se debatió entre los servicios
de seguridad del Ayuntamiento y de la Generalitat, y así lo explicó Puigdemont:
“Se analizaron diversas opciones y se vio que era ineficaz porque pueden entrar
por unos metros más adentro. Y cerrar por completo Las
Ramblas es impracticable porque además es una zona en la que deben poder entrar
los vehículos de emergencias para atender a un accidente o un incendio
o cualquier otra emergencia. Por tanto, debe ser una zona a la que debe ser
relativamente fácil acceder a causa de la gran cantidad de gente y de servicios
que operan allí. Eso se valoró y se consideró que lo mejor deberían ser los
refuerzos policiales en algunas zonas que ya existen desde hace tiempo en
varios puntos de Barcelona, y no hubo ningún tipo de discrepancia”.
Se sigue hablando una
y otra vez de los bolardos, cuando en Madrid a nadie se le ocurre pedir que se
bloqueen con ellos, por ejemplo, los accesos peatonales a Montera y Fuencarral
desde Gran Vía. Igual que se baraja una y otra vez en las tertulias que los
Mossos fallaron en Alcanar, al no ver en un primer momento que era un polvorín
terrorista, cuando la realidad es que el chalet quedó reducido a escombros y al
principio no se veían ni las más de cien bombonas de butano ni que había más
restos humanos entre las ruinas. Y, ¿si lo hubieran supuesto de inmediato,
habrían podido deducir que se iba a atentar en el centro de Barcelona a 200 kilómetros de distancia? En
cambio, poco se debate sobre la
clara posibilidad de que los Mossos hubieran podido desarticular antes el
comando si hubieran contado con las informaciones de Europol y del CITCO.
Eso sí, Zoido trató de
arrogarse méritos al anunciar antes de tiempo que “el comando ha sido desarticulado”, cuando ni siquiera había sido
aún localizado el conductor de la furgoneta mortífera ni identificado el cadáver
del imán. Tuvo que ser corregido de inmediato por los Mossos, pero eso no le cortó para posar con la foto
del asesino como si la operación de los Mossos que acabó con ese terrorista
fuera mérito suyo:
Ni
él ni Olivera –quienes aseveraron hace poco que el atentado de las Ramblas era
imposible– han demostrado mucha inteligencia en su gestión como máximos
responsables de la lucha antiterrorista en toda España. En cambio, cada día
está más claro que la ideología está cegando al
PP en su obligación de garantizar la seguridad de toda la ciudadanía frente a
la amenaza yihadista. Y todavía hay
dirigentes de ese partido, como el alcalde de Alcorcón, que acusan a Colau de “allanar el
recorrido de los asesinos”.
No se puede ser más miserable.
Joan A. Forès
Reflexions
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