Benvolguts,
M’ha arribat a les mans el següent pamflet genocida:
Una de les frases
de l’article és: Una lengua común, una koiné propia, por así decirlo, opera
con eficacia en todo el territorio...
Com l’articulista
sap molt bé, la koiné “propia” espanyola no és propia sinó que és el resultat que
haurien volgut obtenir els genocides espanyols de l’aplicació pràctica del “justo derecho de
conquista”! I no se’n varen sortir. Ni el Conde Duque de Olivares,
ni el dictador Primo de Rivera, ni el Franco ni el Wert. I ara ja és massa
tard!
Per cert que l’articulista
s’ha deixat una tercera opció després de les dues primeres que proposa:
·
Una,
como un mero enjuage tercerista
·
La
segunda manera es tomársela en serio
I hi ha una
tercera manera que és cercar un militar sanguinari com el seu director
espiritual Francisco Franco i organitzar un altre Alzamiento…
·
La tercera
manera es buscar un militar sanguinario como su director espiritual Francisco Franco
i organizar otro Alzamiento…
Fan la competència a l’ABC
amb el tema de les eñes.
Ja sabem que l’eñe és una de les poques coses que els
castellans ensenyen amb orgull. Els acadèmics deuen exclamar: Semos diferentes!
Spain is diferent. Spain is pain! És una de les moltes coses que els fa diferents. És el que més els
allunya d’Europa (hi havia un altre signe gràfic d’allunyament, que
és la ch, que en els diccionaris de
fa 30 anys anava situada en els diccionaris després de la c com a lletra separada, amb tots els embolics que aquesta
arbitrarietat comportava).
I a El Mundo tenen uns articulistes de difícil qualificació.
El tal Arcadi Espada és un fatxa aixecat a
la enèsima potència. És un genocida en estat pur. És, per cert, el pare
espiritual d’Albert Ribera i de Ciudadanos.
I diu la Viqui que és professor de la UPF. És veritat?
I sembla que a Madrid pertany
al cercle dels Alberts Boadelles...
A aquesta estranya criatura anomenada Arcadi Espada no caldria
que li féssim propaganda. Vegeu al retall de la Viqui quina mena de bèstia és...
Però comentar el seu article genocida ens ajuda a comprendre més
encara la filosofia (Sap què és la
filosofia Sr. Ribera? Sap qui és el Sr. Kant Sr. Albert Ribera?) de Ciudadanos. Abans d’ahir vàrem
publicar un apunt on apareix ben viva la croada contra les llengües diferents del castellà
que s’usen a Espanya i que el partit Ciudadanos i el Sr. Espada es voldria carregar:
Com es pot veure els Ciudadanos
segueixen fidelment les directrius genocides del
seu guru!
Per cert, voldria endevinar quant temps més sortirà el Sr.
Ribera i la senyora Arrimadas parlant en català, llengua maleïda, llengua a
extingir, per les televisions. D’acord amb les directrius del tal Espada, ja fa
temps que haurien d’haver-ne renegat! Quant duraran?
Genocides de tot el mon,
uniu-vos!
Adeu i merda!
EL CORREO CATALÁN
Raúl
Arias
Arcadi Espada
01/05/2015 20:55 horas
De la Viquipèdia:
Quant a la seva faceta
política, és un dels promotors més coneguts de la plataforma cívica Ciutadans de Catalunya, que va promoure
la creació d'un partit polític, Ciutadans - Partit de la Ciutadania, en el qual no es va integrar. En aquest sentit,
es va mostrar crític amb l'Estatut d'Autonomia de Catalunya de 2006,
que va plasmar en el seu Informe sobre la decadència de Catalunya reflectida en
el seu estatut, elaborat a partir dels textos previs que, entre l'1 d'octubre i
el 10 de novembre de 2005, el periodista va publicar en el seu bloc sota el
títol genèric de Esfuerzo y melancolía. En temps recents, Espada ha donat
suport activament a la creació i vigència del partit Unió, Progrés i Democràcia (UPyD), a l'acte de presentació del qual va assistir, el
29 de setembre de 2007, a Madrid.
És un dels primers
firmants del Manifest
per la llengua comuna de juny de 2008 i
de la plataforma Reconversion.es (2012). En
la mateixa línia, el juliol de 2014 va ser un dels membres fundadors de la
plataforma Libres
e iguales que és contrària a la
realització del Referèndum
d'autodeterminació de Catalunya previst per al 9
de novembre de 2014. Espada, en unes
declaracions al El matí de Catalunya
Ràdio va manifestar "creure que hi haurà consulta és com creure que la
camorra s'instal·larà a Catalunya", comentant que totes dues
situacions són igual d'il·legals.[13]
I ara el text de l’article:
Querido J:
Unas preguntas para arrancar. ¿Cuál es la lengua
suiza? ¿Y la italiana? ¿Cuál es la lengua canadiense? ¿Y la alemana? ¿Y la
belga? ¿Cuál es la lengua española? Desde hace meses un grupo de personas
opuestas al secesionismo catalán, pero no necesariamente opuestas al
nacionalismo, que forman parte en su mayoría del colectivo Sociedad Civil Catalana, tratan de que la respuesta a la pregunta
de cuál es la lengua española sea tan problemática como la respuesta a cuál es
la lengua suiza. El grupo, en el que destaca la filóloga Mercè
Vilarrubias, pretende que una ley de lenguas sitúe
en el mismo rango de oficialidad el castellano, el catalán, el gallego y el
vasco.
En el mapa de los nacionalismos el caso español es
relativamente particular. A diferencia de lo que sucede en Bélgica, en Canadá, en Suiza, de lo que sucedía en la antigua Yugoslavia y de
lo que por desgracia no sucede en Europa, una lengua común, una koiné propia, por así decirlo, opera
con eficacia en todo el territorio. Tanto por sus tensiones
nacionalistas como por la existencia de la koiné inglesa, solo el caso británico es
comparable. Trasladada a Gran Bretaña (donde, por cierto, no existe el concepto
de lengua oficial), la propuesta de Vilarrubias,
explicitada por última vez en el artículo del diario El País del 24 de
abril, supondría que en el parlamento del Reino Unido se hablara galés
o que en la
rotulación de los edificios oficiales, en la radiotelevisión pública y en las
ceremonias estatales se introdujera esa lengua. Y así pretende hacer la filóloga con las cuatro lenguas
cuatro que se hablan en España.
«Esa ley
permitiría que un hablante del vasco no tuviera que renunciar a su idioma en
ningún trato con la España oficial»
Hay dos maneras de tomarse
la propuesta lingüística que, según Vilarrubias, impulsan «sectores reformistas» de Cataluña.
Una, como un mero enjuage tercerista que
añada más bullshit al
aciago discurso público español sobre la cuestión. Es sospechoso comprobar, en
este sentido, que ni nuestra filóloga ni sus acompañantes hayan hablado aún del lugar en
que quedaría la inmersión lingüística catalana después de promulgada la ley de
lenguas. España es el único lugar del planeta donde algunos
padres no pueden educar a sus hijos en la lengua oficial del Estado.
¿No te parece, querido amigo, que sería de gran interés saber en qué medida el
paso de una a cuatro lenguas modificaría esa cuestión trascendental? ¿Y por qué
me recordará la filóloga and friends a
esos acérrimos federalistas que jamás responden a la pregunta inicial y
obligatoria de qué haría su federalismo con los privilegios vasco-navarros?
La segunda manera es tomársela en serio. Dar
por hecho que la propuesta no responde a la palabrería general y que la nueva
ley supondría una reforma en profundidad del sistema lingüístico del Estado. Para
resumírtelo: esa ley permitiría que un hablante del vasco no tuviera que
renunciar a su idioma en ningún trato con la España oficial. Desde la Guardia
Civil hasta la megafonía de Renfe (¡santo cielo!), pasando por juzgados,
televisiones, Congreso y oficinas de Hacienda o cuarteles. De las escuelas ya he hablado unas líneas más
arriba. Todo lo que no sea eso, insisto, es charanga y pandereta, completamente
impropia de personas respetables.
La reforma implicaría una murga inenarrable y
fatídica. Pero yendo a lo contable, implicaría una inversión espectacular. No
me pregunto de dónde van a sacar el dinero: ya se entiende que de mi bolsillo.
Lo que me pregunto, sobre todo, es cómo justificarían una inversión de esa
naturaleza en la España del déficit, la desigualdad y la deuda. No dudo que la
ley supondría un plan E específico para traductores, pedagogos, cartelistas y
carteristas; pero me temo que no se trata del tipo de plan de empleo que los
millones de parados españoles necesitan.
Sin embargo,
más que inmoralidad detecto ahí falta de aritmética. La inmoralidad está en otro punto. Los
promotores de la ley se muestran en apariencia contrarios al nacionalismo. A
algunos de ellos los conozco y aseguraría que su actitud ante el nacionalismo
es sincera. El principal de sus reproches es que el nacionalismo ha
monopolizado el espacio público. Eso es lo que quieren decir, cuando dicen y
decimos, que el nacionalismo es algo más que una ideología. El espacio
lingüístico español es una metáfora perfecta de la característica principal del
espacio público: no es que al espacio púbico deba acudir cada cual con su
ética, sino que cada uno acude allí con la ética común.
«Una lengua
suele ser un desgraciado factor de diversidad»
Alguien podrá lamentarse de que esa ética no sea
catalana, vasca o gallega. Y será un lamento tan legítimo como imposible de
satisfacer. Pero
la alternativa a la koiné castellana
no es la koiné vasca,
gallega o catalana: es la desaparición de la koiné. Una lengua
suele ser un desgraciado factor de diversidad. Nada que celebrar. Es sorprendente
que presuntos antinacionalistas atenten contra
el raro ejemplo de unidad que ofrece la
lengua española, que es la única lengua española, por cierto. En su
propuesta hay una radical incomprensión de lo público, por otra razón. Lo
público es neutral y ejemplar. Un modelo a seguir. Así pues, lo que en el fondo pretenden los
promotores de la propuesta, hayan pensado en ello o no, es que se reproduzca
esa cooficialidad en el conjunto social. La cooficialidad de fronteras. Lo que
tan bien retrata aquella patética imagen de un dirigente nacionalista vasco y
otro catalán (¡cuyos nombres no consigo recordar!) hablando durante la
república con la asistencia de un intérprete.
Last but. La concesión
profunda al nacionalismo que
supone la propuesta. Su adhesión. Varios de sus promotores reconocen y ensalzan
su valor simbólico y eso implica compartir con el nacionalismo que una lengua
es algo más que un instrumento de comunicación. La letal plusvalía. Frente al
mito, la radical y serena indiferencia de Albert Boadella en Gente que vive fuera: «Algo hay
que hablar.» En
efecto, algo hay que hablar. Y da
lo mismo lo que concretamente se hable. De ahí que la proliferación de lenguas atente contra la
función del lenguaje, que es posibilitar la comunicación humana.
Y de ahí que sea obligación moral de los hombres trabajar
para que el número de lenguas disminuya y abstenerse de someter ninguna de
ellas a carísimos tratamientos en la sala de reanimación artificial.
Sigue con salud
A.
Arcadi Espada
Joan A.Forès
Reflexions
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