Benvolguts,
La periodista Elisa Beni, ex muller del jutge Gómez Bermúdez, dóna més dades de més casos de corrupció de jutges, relacionat tot amb la Comunidad de Madrid i de l'antic president, ara engarjolat, Ignacio González. En aquests moments s'està destapant l'entorn de la tal Aguirre, del López Madrid (iongui tongui) , hereu d'OHL de l'ex ministre franquista Villar Mir i del propi Villar Mir.
La periodista conclou que molta part del tot està podrit, judicatura, fiscalia, empreses de l'IBEX o del BOE o del Puente Aéreo, exèrcit (?), etc.
La periodista explica o es queixa de que molts dels implicats actuaven amb total menyspreu del que pogués ser ben fet o mal fet, mostra que era un merder conegut de tots els que pertanyien al sindicat del crim. I no se n'amagaven, al contrari es passaven les informacions tranquil·lament que vol dir que tots estaven en "el ajo".
Vegem l'article:
Ilustrísima Señora
X
Elisa Beni en Zona
Crítica de eldiario.es
el 23 Abril,
2017
OPINIÓN
Los indicios apuntan a que la Ilustrísima Señora X ha
revelado secretos y además ha entorpecido la acción de la Justicia. Hace muchos
años que conozco a Manuel Moix, y su sintonía con Esperanza Aguirre y con el
resto del partido ha empujado su carrera profesional
La situación es insostenible. Esta semana hemos asistido a la
visualización pública y general de lo que muchos llevamos años denunciando. La
promiscuidad pornográfica de la oligarquía con otros poderes del Estado,
incluido el llamado a controlarlos, que sitúa a nuestra democracia a un paso
del precipicio.
De todo lo que
podríamos reseñar me quedo con la necesidad imperiosa de hacer frente al hecho
de que existen
indicios serios de que una magistrada de la Audiencia Nacional haya delinquido.
Y no sólo ella sino también quien le hizo partícipe del secreto que ella
posteriormente habría revelado a terceros. No se trata de un delito menor, sino
de una
revelación de secretos cualificada y por tanto penada en su tramo máximo con
entre dos y medio y cuatro años de prisión. La responsable no podría
siquiera obviar su ingreso en prisión. Esa es la gravedad del panorama. Los
indicios apuntan a que la Ilustrísima Señora X ha revelado secretos y además ha
entorpecido la acción de la Justicia, así que habría que sumarle otros delitos
contra la Administración de Justicia.
Hay pues una persona en la Audiencia Nacional, o más de una,
que deberían pasar una temporada en prisión y son personas que administran
Justicia.
Digo más de una porque
si en efecto una de las nueve magistradas del tribunal -verán que tampoco el
campo de investigación es tan amplio- alertó de que había escuchas activas
ordenadas por el juez Eloy Velasco, alguien tuvo que decírselo a ella. Y o fue
el propio Velasco o fueron los fiscales o los investigadores de la Guardia Civil. Todos los que lo
hicieran delinquieron.
Ahora no le queda más
remedio al magistrado Velasco que poner su conocimiento de la posible comisión
de un delito en manos de la Fiscalía
y que esta lo lleve ante un juzgado de
Instrucción de Plaza de Castilla que será el competente para instruir este
caso. La Audiencia Nacional no tiene
competencias para investigar revelaciones de secretos aunque sean de sus
propios miembros. ¡Habrá que ver a un juez de Plaza de Castilla tomando
declaración a los magistrados de la Audiencia Nacional! ¿O no lo veremos? Porque dicen las malas lenguas que si el propio Eloy
Velasco le contó la existencia de las escuchas a uno de sus compañeros o a otra
persona, él mismo estaría implicado y por tanto le convendría más dejar morir
el asunto. Sería un escándalo pero …¡cuántos escándalos mayores estamos viendo
pasar!
Existe otra opción y
es que una
acusación popular presente querella
en Plaza de Castilla por la comisión de
delitos de revelación de secretos y otros contra la Administración de Justicia.
Sí, esa acusación popular que el PP y el
PSOE se quieren encargar de laminar.
Además de esta vía
penal, insoslayable, es responsabilidad del presidente de la Sala de lo Penal, Fernando
Grande-Marlaska, y del presidente de la
Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, realizar una investigación administrativa
interna para conocer qué ha sucedido dentro de su propio tribunal. Ellos saben, mejor que yo, qué posibilidades reales
hay y a quién beneficiaba mostrarse próximo y obsequioso con el Partido Popular.
Desgraciadamente,
existen magistrados y magistradas que creen que vendiéndose moral y en este
caso hasta legalmente pueden conseguir los puestos y la promoción que ansían.
No deberían dejar de
lado el hecho de que la presidencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia
Nacional va a quedar vacante en breve cuando Grande-Marlaska pase a formar
parte del núcleo duro del CGPJ -la
Comisión Permanente- puesto que es incompatible con su actual cargo. El
todopoderoso sillón de la presidencia de la Sala de lo Penal, el bombón, el caramelo, está a la puerta del
colegio esperando a ver quién puede cogerlo. Todos los rumores apuntan a que
esta vez será elegida una mujer, puesto que ese puesto siempre lo han ocupado
varones y además existe ya una norma de discriminación positiva. Las
entrevistas de los candidatos -una apariencia de imparcialidad y de
transparencia que es sólo un trámite- tendrán lugar los primeros días de mayo.
El pasilleo ha tenido que comenzar mucho antes. A este puesto aspiran tres
magistradas de la Audiencia Nacional junto con varios compañeros varones. Se
trata de Manuela Fernández-Prado (de Jueces para la Democracia); de Concepción
Espejel (Querida Concha) y de Teresa Palacios (APM).
Esta y otras cuestiones relativas a puestos
apetecibles son bien conocidas en la Casa. Incluidos aquellos a los que ha optado
el propio Eloy Velasco. Ellos saben mejor que nadie quién está próximo a quién y a
quién puede beneficiarle hacer favores. Ahora
no les queda más remedio que pasar de saber a buscar. La sociedad no puede
exigir otra cosa.
La sombra de la duda amenaza a todo el tribunal. Si la
Audiencia Nacional no es capaz de averiguar quién de entre los suyos está
jugando en el bando equivocado, sin importarle siquiera delinquir, entonces no
hará falta argumentar nada respecto a su propia existencia.
No voy a dejar de lado
tampoco el inasumible caso del Fiscal
Anticorrupción, Manuel Moix. Hace muchos años que le conozco y su sintonía con
Esperanza Aguirre, primero, y con el resto de partido, después, ha empujado con
viento de popa su carrera profesional. Dado
que el intento del fiscal jefe
Anticorrupción de impedir medidas de investigación acabó en una Junta de Fiscales, todo se achacará a
una discrepancia técnico-jurídica sin relevancia penal.
No obstante, es evidente que el fiscal jefe estaba intentando
que la investigación penal no llegara a algunas conclusiones o a algunas
personas.
Eso, en este caso, y
tras su polémico
nombramiento que responde al agrado con el que le contemplaban los propios
investigados -las grabaciones cantan- hacen que sea imposible su
continuación al frente de la Fiscalía
Anticorrupción. La posición de su jefe Maza no es mucho más firme.
Tengo que confesar que
me alegro de que este episodio se haya producido.
Las grabaciones de las conversaciones de los imputados dejan a
la vista de la sociedad algo que unos pocos ya sabíamos y que llevamos
denunciando hace mucho tiempo.
Esta trama no visible
es algo más compleja de lo que hace ver la campaña de Podemos que no visibiliza sino a las cabezas visibles sin reparar en que estas nada podrían hacer sin este segundo
escalón. El escalón de la banalidad del mal.
Los que haciendo en su propio beneficio o callando lo que otros
hacen están permitiendo el desmoronamiento de nuestro Estado de Derecho [Mandeee?].
Joan A. Forès
Reflexions
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