Benvolguts,
A partir d’un article de Javier Cercas amb un
article de títol Democracia y derecho a
decidir publicat precisament el 13 de setembre d’enguany, han plogut
articles d’altres escriptors, periodistes i polítics oposant-se a les tesis de
Cercas.
Varem fer un primer recull el 22/10/13 amb l’article
de Javier Cercas i amb respostes i col·laboracions de Vargas Llosa, de Joan B.
Culla i de Vicenç Navarro:
Avui en Vicenç Navarro torna a insistir i fa
un magnífic i clarificador article sobre el nacionalisme espanyol i els perquès
de l’independetisme
català. Filosofa sobre l’etern tema de llei i democràcia, explica el
naixement de la Consti amb soroll de sabres, aclareix que l’independentisme a
Catalunya és transversal i que els partits polítics fan el que poden (o no?)
per seguir el moviment popular. Explica que en la guerra del 36-39 hi havia 3
tendències: el feixisme, el comunisme i la necessitat d’alliberament dels
pobles permanentment oprimits pel nacionalisme espanyol.
Llegiu-lo
que us agradarà!
Vicenç Navarro
05 nov 2013. Pensamiento crítico
Antes de responder a
Javier Cercas, tengo que admitir un hecho. Cuando leí su libro más conocido Soldados
de Salamina, no me gustó, pues, entre otras cosas, tenía una actitud hacia
los que perdieron lo que se llama en España la Guerra Civil que, sin ser
consciente de ello, era condescendiente hacia los que habían perdido aquella
guerra. Javier
Cercas, hijo de los vencedores de aquel conflicto, indicaba que cuando el héroe
de su novela, un miliciano republicano, tenía delante del punto de mira de su
fusil a un fascista (que resultó ser Sánchez Mazas, el dirigente de la Falange)
decidió no apretar el gatillo y dejarlo vivo. De esta imaginaria
situación el autor quería concluir que la reconciliación entre lo que se llama
los dos bandos de aquella guerra se había iniciado. Me alegró leer más tarde
que el hijo real del soldado republicano le escribió a Cercas indicando que su
padre nunca habría actuado de esta manera, resultado de su coherencia en la
lucha republicana contra el fascismo. (Ver mi artículo “El olvido histórico:
causas y consecuencias”, Público. 21.06.13): http://www.vnavarro.org/?p=9133.
Pero Cercas continúa sin
entender a las izquierdas republicanas. En su reciente artículo en El País,
“Democracia y derecho a decidir”, 13.09.13, en el que muestra su rechazo al
“derecho a decidir” por considerarlo antidemocrático, Cercas escribe que “la izquierda en
Catalunya (es de suponer que Cercas quiere decir las izquierdas) está atrapada
en la telaraña ideológica que le ha tejido CiU –de ahí que acepte el derecho a
decidir-, cavando su propia tumba y minando la democracia”. En esta
frase, Cercas resume lo que es la sabiduría convencional en los fórums
mediáticos y políticos del pensamiento dominante reproducido predominantemente
por los medios centrados en Madrid. Según este pensamiento dominante, el movimiento a favor del
derecho a decidir ha sido generado y está instrumentalizado por CiU. Y ha
adquirido tal fuerza que ha arrastrado a las izquierdas catalanas, que han
tenido que sumarse (puede que a regañadientes) a este movimiento, responsable
de lo que Cercas llama “unanimismo” (término prestado de Pierre Vilar), es
decir, un clima intelectual y mediático que excluye al que piense lo contrario.
También, y reproduciendo
otro elemento de dicha sabiduría convencional, Cercas subraya que no existe el
derecho a decidir sobre lo que uno quiere. Uno no tiene, por ejemplo, el
derecho a decidir si paga o no impuestos. Tiene que pagarlos. Así lo manda la
ley. Y la ley
–señala Cercas- es la Constitución, que no permite a Catalunya el derecho a
decidir. Este argumento es el que constantemente se utiliza para
indicar que la expresión de este derecho no es democrático, pues no es
constitucional.
Cercas -como también lo
hace la sabiduría convencional- confunde varios hechos. Una cosa es la ley y
otra es la democracia. Una persona tiene el derecho a no pagar
impuestos si así lo quiere. Lo que ocurre es que pagará un coste –una sanción-
por haber violado la ley. La desobediencia civil puede ser un acto democrático como lo
demuestra la historia. Sin desobediencia civil, los negros en EEUU estarían todavía
sentados en la parte trasera de los autobuses. Fue precisamente el
movimiento pro derechos civiles en EEUU liderado por Martin Luther King el que
causó un enorme mejoramiento de la democracia estadounidense a base de
desobedecer las leyes antidemocráticas. Hoy existe un día nacional en EEUU
honrando a Martin Luther King. Y el Presidente de aquel país es un negro.
Otra confusión de la
sabiduría convencional, reproducida por Javier Cercas, es resultado de
ignorar el contexto político que determinó la Constitución. Esta es la
herramienta utilizada constantemente por los nacionalistas españolistas para
monopolizar el significado, tanto de lo que es democracia como de lo que
entienden por España. La Constitución se hizo en un contexto escasamente
democrático, con un enorme desequilibrio de fuerzas entre los
herederos del régimen dictatorial anterior, que controlaban los aparatos del
Estado y la mayoría de medios de información, y las izquierdas, que lideraron
las fuerzas democráticas y que acababan de salir de la clandestinidad. No era un pacto
entre iguales. Era un proceso vigilado y supervisado por el Ejército (heredero
del Ejército golpista) y por la Monarquía (nombrada por al Dictador).
Y las cláusulas de la Constitución sobre la indivisibilidad de la nación
(negando que hubieran varias naciones y además que pudieran estar juntas
voluntariamente), así como asignando la responsabilidad del Ejército en
garantizar dicha indivisibilidad, fue impuesta por tales fuerzas profundamente
antidemocráticas. Es obvio que la visión que traduce la Constitución es la
visión del nacionalismo españolista (ver mi artículo “El nacionalismo
españolista”, Sistema. 07.10.12): http://www.vnavarro.org/?p=7914&lang=CA,
que niega que el Estado español sea un Estado plurinacional, negando la
existencia de otras naciones y, en consecuencia, forzándolas a todas ellas en
un mismo molde, sin poder expresar su voluntad de pertenecer o no a ese Estado.
El resultado de aquel
dominio de las fuerzas conservadoras en el proceso de Transición de la
dictadura a la democracia fue una democracia enormemente limitada en la que el
Estado del Bienestar es de los más retrasados de la Unión Europea de los Quince
(ver mi libro Bienestar Insuficiente. Democracia incompleta: sobre lo que no
se habla en nuestro país) y en la que nunca se reconoció la plurinacionalidad del
Estado español, cosa reconocida (en la intimidad y nunca en público)
por algunos protagonistas de aquel proceso. Y hoy estamos viendo las consecuencias
de aquel dominio conservador. España continúa estando a la cola de la Europa Social (UE-15)
en gasto público social, el Estado español continúa sin reconocer la
plurinacionalidad de España, y el nacionalismo españolista está siendo
cuestionado en las distintas naciones que constituyen España, con especial
contundencia en Catalunya.
La negación de otra
España
Pero Cercas también ignora que hay otra
visión de España que históricamente las izquierdas republicanas hicieron suya
(incluyendo las izquierdas españolas, tanto la socialista como la comunista), y
que era la España constituida por las distintas naciones y pueblos de España
que pudieran convivir en un mismo Estado. Esta visión de España no fue permitida por el Ejército y de ahí la
Constitución, que continúa siendo la herramienta de veto a tal posibilidad y
que constantemente es utilizada por los nacionalistas españolistas (incluyendo
los de izquierdas), monopolizando la definición de España, considerando anti
España a aquellos que tienen una visión distinta. El PSOE renunció a aquella otra visión en el
momento de la Transición, resultado de las presiones militares, hecho también
reconocido en la intimidad por algunos de sus protagonistas.
En Catalunya, todas las izquierdas,
tanto históricamente como ahora, demandaron otra visión de España que aceptara
la especificidad de Catalunya como nación con su propia capacidad de decisión. Fue precisamente el PSUC el que lideró la lucha
por la autodeterminación de Catalunya. Y fue Pasqual Maragall, como Presidente
de Catalunya, el que inició el proceso de redefinir la relación de Catalunya
con el Estado español, proceso que fue interrumpido por el Tribunal Constitucional
al señalar que la Constitución no lo permitía.
No es, pues, de extrañar que aquellos
que tenían otra visión de España y no se les deja desarrollar su España,
terminen deseando salirse de ella. Pero para salirse de ella, es necesario comprobar qué es lo que la
población en Catalunya desea. Y de ahí la necesidad del referéndum, como máxima expresión
democrática. Cercas dice que debería hacerse primero en la vía
representativa, a través de los representantes. El problema con esta vía, que
no se ha descartado, es que la gente vota a un partido por muchas razones,
mientras que en un referéndum se vota por la pregunta o preguntas directamente
relacionadas con el tema. El problema no es referéndum o no, sino la pregunta que, en
el caso de que sea la vía legal, tendrá que pactarse con el gobierno central,
que es la expresión máxima de aquel nacionalismo españolista, el único
nacionalismo en España que no se define como nacionalismo.
El gobierno catalán de
CiU no dirige la movilización popular, movilización causada precisamente por la
resistencia a haber permitido una redefinición de España, expresada en el
Estatuto iniciado por Maragall y, tras ser cepillado por las Cortes, refrendado
por el pueblo de Catalunya. Hoy la alternativa al independentismo en Catalunya sería el
desarrollo de una Segunda Transición en España hacia una democracia más justa,
más social y plurinacional. Pero el drama para aquellos que en
Catalunya desean una alternativa al independentismo es que no hay voces en los
dos partidos mayoritarios (ni en el PP, máximo exponente de la visión
españolista, ni en el PSOE, donde las sensibilidades españolistas, que se
adaptaron oportunísticamente a las estructuras de aquel Estado,
abandonaron cualquier intento de establecer otra España que no sea una
ligera moderación de la actual). Solo Izquierda Unida ha tenido la coherencia y
valentía de abrir la puerta a esta posibilidad. Las movilizaciones populares a lo largo del
territorio español mostrando un hartazgo hacia este Estado español injusto,
corrupto, heredero del Estado anterior, son, en realidad, unos grandes aliadas
de esta redefinición de España, exigiendo un cambio profundo de España, en que
el poder de decidir a través de referéndums permita la expansión del
significado de democracia a todos los niveles del Estado. Oponerse a
ello continuará radicalizando unas generaciones jóvenes que ni votaron la
Constitución ni tampoco se encuentran cómodas en ella. En este punto, hay
amplio acuerdo a los dos lados del Ebro.
Vicenç Navarro
Joan
A. Forès
Reflexions
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