Benvolguts,
Suposo que heu vist i revist dues pelis de fa
dos anys, Inside Job i Margin Call en que exemplifica el que l’articulista
explica.
En l’apunt del Bloc Reflexions hi ha una bona part de la història.
L’argument d’Inside Job:
Inside job explica entrevistes reals als assessors financers de la Casa Blanca,
als gurus d’economia financera
universitaria i als alts dirigents
de les banques d’inversions, i
aquests darrers expliquen la seva vida dissipada i com fan ensorrar a voluntat
els seus clients col·locant-los hipoteques sub-prime, bons escombraria, etc,
precisament per treure’n alts rendiments i com més ensorren els clients més rics
es fan ells. La part sinistra de les entrevistes és que al final t’expliquen
que aquestes
tres menes de personatges són intercanviables o sigui que avui formen part dels
gurus, al cap d’un temps formen part dels assessors financers de la Casa Blanca,
més endavant de les banques d’inversió i després continua la roda...
L’argument de Margin Call:
Margin Call explica un dia sencer en l’estratègia i la
tàctica financera d’un banc d’inversions
que a la nit d’un determinat dia els seus serveis informàtics detecten que
estan a punt de fer la fallida més gran de la història ja que tenen els actius
invertits en bons escombraria i l’endemà els serveis financers d’altres bancs
se n’adonaran i saben que la seva única solució és dedicar tot el personal
comercial que tenen a col·locar aquests bons escombraria als seus clients des
de les 8 del matí de l’endemà. Tot això dirigit pel president i els alts
càrrecs del banc que ens expliquen que cobren sous de milions de dòlars cada
any. I sabent que els seus clients creuen en ells els ensarronen de mala manera
amb el ben entès que molts hauran de fer fallida quan es descobreixi tot el
pastís.
I aconsegueixen
col·locar tots els bons escombraria en unes hores...
Ética y sistema financiero, incompatibles
Juan Laborda en vozpopuli.com
el 28 noviembre, 2013 en Derechos, Economía, Internacional, Libertades, Política, Sociedad
OPINIÓN
La revista The Economist acaba de publicar
los resultados de una investigación o estudio propio, “A crisis of
culture: valuing ethics and knowledge in financial services”. En él se
examina el papel de la integridad y el conocimiento en la industria de los
servicios financieros. Los resultados no pueden ser más demoledores y
desalentadores. Según los mismos, la integridad y el comportamiento
ético parecen incompatibles
en una gran mayoría de aquellos que trabajan en el sistema financiero. Ello
invalida, tal como hemos defendido desde estas líneas, la pretendida cultura de
la autorregulación, vendida como un mantra por la industria financiera.
Existe, de partida, una
tremenda contradicción. Por un lado los ejecutivos de la industria
financiera defienden la importancia de un comportamiento ético, incluso afirman
que luchan por que los beneficios obtenidos se consigan mediante estándares
éticos. Aunque una gran mayoría están de acuerdo en que la conducta ética es tan
importante como el éxito financiero en su empresa, el 53%, según el estudio, afirma que
el estricto cumplimiento de dichos códigos haría muy difícil su carrera o
progresión dentro de la empresa o sector.
Surge además un
problema de riesgo moral. Los servicios financieros tienen que abordar las
profundas lagunas de conocimiento. Tres quintas partes de los encuestados en el
estudio de The Economist creen que las lagunas en el conocimiento de
los empleados, y sobre todo de los responsables de equipo o de la gerencia
misma, representan un riesgo importante para su empresa. ¿Quién no se acuerda
de la película Margin Call?
En realidad reflejaba un absoluto desconocimiento por parte de la gerencia y
algunos responsables de equipo del método de control de riesgos VaR o
“Value at Risk” utilizado por el banco.
La avaricia, el engaño y la asunción de
responsabilidades
Cuando los mercados
financieros crecieron, impulsados por una cultura sin control en la toma de
riesgos, los bancos y el resto de partícipes se volvieron más “audaces” y la corrupción se
hizo cada vez más difusa a través del sistema. Los escándalos y los engaños se
convirtieron en una práctica estándar de negocios. Los financieros
hicieron aquello para lo que habían sido entrenados, romper las reglas, hacer
todo lo posible para batir a los competidores, aunque fuera mediante el engaño.
En nuestro país el
episodio reciente más lamentable fue el de aquellos responsables de cajas de ahorro insolventes y el
tema de las preferentes. Cuando en su momento quisieron colocar
acciones preferentes entre los inversores profesionales, la mayoría de ellos se
negaron a comprar. ¿Recuerdan lo que hicieron entonces? Las élites decidieron que si el mercado
profesional no las compraba, no quedaba más remedio que venderlas a los ahorradores
patrios a través de los bancos locales, ofreciéndose bajo el calificativo de
productos de bajo riesgo. Y ya saben ustedes las consecuencias.
¿Dónde está la verdadera
responsabilidad? No vale con decir que otros lo estaban haciendo. Los bancos deberían
ser multados. Sin embargo, las personas que realmente son responsables de los
desaguisados ni han asumido, ni asumen, ni asumirán nada. Se trata
de los jefes, los gerentes y directores generales de las instituciones
financieras. Son quienes marcan la pauta, aquellos que dieron forma a una
cultura. Seguimos sin aprender nada. Un recordatorio de que las reglas están
ahí para cumplirse. Y la excusa aceptada por la mayoría de estos jefecillos, la
ignorancia, es el peor de los pecados.
La mentira de la eficiencia de los mercados
financieros
En realidad la actual
crisis económica ha puesto de manifiesto la enorme debilidad de los presupuestos esenciales de la
teoría neoclásica o neoliberal dominante. La fe ciega en la
eficiencia de los mercados de capitales y en la perfecta racionalidad de los
inversores espoleó toda una corriente económica, política y académica a favor
de la desregulación y la cultura de la autorregulación. Además se
establecieron unos modelos de remuneración salarial de los ejecutivos absolutamente
ineficientes, injustos, y que favorecieron un masivo fraude contable.
La desregulación del sistema financiero
global, unida a las
externalidades negativas de la globalización y a los errores de política
monetaria, acabó produciendo las bases de la actual crisis sistémica. Sin
embargo, aún no se ha hecho nada para cambiar la situación, al revés.
La realidad es que
los bancos sistémicos, auténticos monstruos enormes, dominan por
completo nuestra economía, y cuando meten la pata, de manera que perjudican a
los demás, incluso cuando se viola flagrantemente la ley, el hecho de que nunca se vean seriamente
castigados significa que no tienen incentivos para refrenarse. Hasta
que los gobiernos no corrijan este problema, el resto de la economía va a
seguir sufriendo, y el riesgo de futuras crisis financieras seguirá creciendo.
Franklin Delano Roosevelt,
un político excepcional, en su momento tomó la elección acertada, a través de
una avalancha de decisiones ejecutivas. Pero lo más importante que hizo no fue lanzar el New
Deal, sino cortar las alas a la industria financiera a través de la ley
Glass Steagall. ¿Aprenderemos algún día?
Juan Laborda. Professor d'IESE
Cansados de
tanta fatiga, de Fernando Vallespín en El País 29 noviembre, 2013
Alguien
vuela sobre las pensiones públicas, de José Luis Monereo y Santos M. Ruesga en
El País 29 noviembre, 2013
‘Bye
bye Monroe, hello Troilo’, de Juan Gabriel Tokatlian en El País 29
noviembre, 2013
Entre el
pacto y el desastre, de Rafael Nadal en La Vanguardia 29 noviembre, 2013
A
París o a Castelldefels, de Francesc-Marc Álvaro en La Vanguardia 29
noviembre, 2013
La fatiga, de Antoni
Puigverd en La Vanguardia 29 noviembre, 2013
Los
responsables de las crisis europeas están en el norte, no en el sur, de Vicenç
Navarro en Enfoques de la Fundación Sistema 29 noviembre, 2013
Muchas
barreras para la gente y ninguna para el dinero, de Carlos Berzosa
Alonso-Martínez en Economía de la Fundación Sistema 29 noviembre, 2013
Políticas
alternativas para el retorno del pleno empleo en España, de David Rosnick y
Mark Weisbrot en Público 29 noviembre, 2013
Candidata a la
López Ibor, de Sandra Bulos en Público 29 noviembre, 2013
La
furia de los reyes destronados, de Concha Caballero en Agenda Pública de
eldiario.es 29 noviembre, 2013
Compraventa
de almas, de Isaac Rosa en Zona Crítica de eldiario.es 29 noviembre, 2013
Goirigolzarri,
un señor que se explica, de Fernando González Urbaneja en República de las
ideas 29 noviembre, 2013
Cándido
Méndez, un cadáver sindical, de Marcello en República de las ideas 29
noviembre, 2013
Mérito
y esfuerzo: otra broma pesada, de Javier Benegas en vozpopuli.com 26
noviembre, 2013
Méndez
puede destruir la UGT, de Marcello en República de las ideas 27 noviembre,
2013
Inmoralidad,
síntoma de lo que nos pasa, de Fernando González Urbaneja en República de las
ideas 27 noviembre, 2013
Túneles
con luz y casas a oscuras, de Olga Rodríguez en Zona Crítica de eldiario.es
27 noviembre, 2013
Violencia
contra las mujeres, cuestión de igualdad, de Arantxa Elizondo en Agenda Pública
de eldiario.es 27 noviembre, 2013
Rajoy
le para los pies a Arenas, de Federico Quevedo en El Confidencial 27
noviembre, 2013
Patada
en la boca a la derecha española, de José Antonio Zarzalejos en El Confidencial
27 noviembre, 2013
La banca contra
España, de Juan Torres López en Público 27 noviembre, 2013
¿Dónde
está Bernard-Henri Lévy, de Vicenç Navarro en Público 27 noviembre, 2013
El argumento
del miedo, de Màrius Carol en La Vanguardia 27 noviembre, 2013
En
público, o privadamente, de Salvador Cardús i Ros en La Vanguardia 27
noviembre, 2013
Ensayos
históricos sobre España, de Francesc de Carreras en La Vanguardia 27
noviembre, 2013
Cambios
geopolíticos en Oriente Próximo, de Mariano Aguirre en El País 27
noviembre, 2013
Un
Berlín europeo que lidere Europa, de Manuel Sanchis i Marco en El País 27
noviembre, 2013
Joan
A. Forès
Reflexions
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