Benvolguts,
Ja coneixem els criteris lingüístics del professor Cabrera.
En aquest article descobrim que també sap euskera (normal si és lingüista) i hi
trobem també conceptes molt encertats com colonialismo mental i que una comunidad lingüística es objeto de derechos y un
territorio no…
Uns tasts:
·
Una de las características del colonialismo lingüístico es el colonialismo
mental. Mediante
los medios de comunicación y otros mecanismos convence a la gente de que su
lengua propia es mucho menos útil que la lengua que se impone…
·
-Una lengua sólo se puede desarrollar en una comunidad
lingüística, e igualmente la cultura y las tradiciones de esa comunidad. Y es clarísimo
que una comunidad lingüística es objeto de derechos. Puede ser que
en una comunidad humana algunos individuos se desinteresen de todo ello. Cada
individuo puede hacer lo que le venga en gana. Pero los derechos son de la persona y la
comunidad, y no de los territorios, porque los territorios no hablan.
·
-El Estado Español ha proporcionado durante muchos años a sus ciudadanos
una educación monolingüe, cerrada totalmente al plurilingüismo y al
reconocimiento de las otras lenguas del estado. Este es un
problema. Porque cuando la generación
de los mayores aprendimos sólo español, esa era la única lengua obligatoria en
toda nuestra geografía. Pero la situación ha cambiado. Ahora resulta que hay
otras lenguas que nos son reclamadas cuando vamos a determinados territorios. Y resulta que,
en vez de quejarnos de la educación monolingüe recibida durante el franquismo,
nos quejamos de la disposiciones de la nueva realidad. Pero es que en la Radio y Televisión Españolas, corporación
publica, sólo se puede escuchar las lenguas autóctonas dentro de algunos
territorios. No es posible escuchar en todo el Estado ni catalán, ni euskera,
ni gallego.
Vegem la sucosa entrevista:
Conversaciones en el FORO GOGOA Juan Carlos Moreno Cabrera
Catedrático de Lingüística general en la Universidad autónoma de Madrid
“El discurso académico del
nacionalismo lingüístico español es antidemocrático”
El madrileño Moreno Cabrera es vascoparlante y
logró el Premi Ramón Llull por sus contribuciones académicas en la “defensa de
la igualdad y dignidad de todas las lenguas”
Una entrevista de Javier Pagola
Fotografía Mikel
Saiz –
Domingo, 9 de Noviembre de 2014 -
Moreno
Cabrera habló sobre ‘El españolismo lingüístico y el euskara en Navarra’.
Pamplona –
¿Por qué empezó usted a
investigar y escribir sobre nacionalismo lingüístico?
-Mi investigación en este ámbito no es mi
especialidad, porque yo soy profesor de lingüística general, me dedico a la
lingüística teórica, y ni siquiera soy sociolingüista. Pero acepté un encargo
del profesor Carlos Taibo que en el año 2006 estaba compilando un libro sobre
el nacionalismo español, tema sobre el que había muy escasos estudios. Escribí
un capítulo de 20 páginas sobre los aspectos lingüísticos. En cuanto me puse a
la tarea vi que el asunto era más fácil de lo que esperaba. En cualquier libro
que abría las ideas sobre el nacionalismo lingüístico español salían por todas
partes. Me di cuenta de que, en los medios académicos, el tema es
extremadamente visible, pero lo que sucede es que, a la vez, es invisible.
Reuní mucho material y, por encargo de otra editorial, escribí el libro “El
nacionalismo lingüístico. Una ideología destructiva” Mi idea es que en el
Estado español existe un solo nacionalismo, que es el español, aunque haya
otros que dicen que ese nacionalismo no existe. Este año 2014 acabo de publicar,
en edición digital, Los dominios del
Español. Guía del imperialismo lingüístico panhispánico y tengo inédito
otro libro Cinco vocales para
conquistar el mundo. Errores y horrores del españolismo lingüístico.
¿Qué método sigue usted?
-Digamos que levanto actas notariales. Escribo yo,
pero, por ejemplo El nacionalismo
lingüístico contiene unas 300 citas de lingüistas, filólogos y
pensadores del ámbito académico. Dicen que ese libro es muy duro, pero lo duro
no lo he escrito yo. Son párrafos tenebrosos, un museo de los horrores. Por
poner esas citas una detrás de otra me achacan que las he sacado de contexto,
pero yo no puedo hacer una enciclopedia, quien lo desee puede ir a leer cada
una de las publicaciones de las que extraigo las citas. Tomo nota pues de que
existe esta ideología del nacionalismo lingüístico, desarrollada a lo largo de
siglos, y que no se asocia precisamente a grupos de extrema derecha ni
fascistas.
¿Qué plantea esa ideología?
-El punto esencial es que el castellano se ha
acabado imponiendo porque es una lengua superior a otras por diversas razones:
lingüísticas, sociales, comunicacionales, y otras. El aspecto que considero más
preocupante es que los materiales que yo analizo son discursos académicos, de
personas que tienen mucha autoridad intelectual y, sobre todo los que son
lingüistas, se dedican a poner la ciencia al servicio de las ideas del
nacionalismo lingüístico español. Pretenden justificar que el predominio
lingüístico del castellano, no sólo en el Estado Español sino en muchos países
de América, no se ha debido tanto a la imposición de esta lengua, sino a
características propias de la misma que han hecho que sea mejor que otras
lenguas. Como decía Menéndez Pidal, “es mejor, más eufónico y se adelantó en su
evolución a otras lenguas romances”. Ese discurso se debe criticar desde la
lingüística, y eso es lo que yo hago.
¿Cómo considera usted al
españolismo lingüístico?
-Opino que el españolismo lingüístico, como toda
ideología radical y esencialista, es antidemocrático por naturaleza. La
realidad es cambiante y la situación de las lenguas minorizadas no debe darse
por consolidada y justa. Referirse a ella como un valioso patrimonio, pero no
impulsar su desarrollo, es avocarlas a su desaparición.
¿En el caso de Navarra, qué
análisis se hace?
-Es el mismo que el que se hace para el Estado,
aplicado a esta comunidad. Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y
Política en la UPV, manifiesta detalladamente esta ideología dentro del Libro Libertad o Coacción. Políticas Lingüísticas
y Nacionalismos en España editado por FAES, en un capítulo titulado Navarra, un ejemplo… a medias, donde
se considera positiva, con matices la política lingüística seguida con el
euskera. No deseo entrar en polémica con él, me interesan sólo las ideas, pero
agradezco que haya hecho un análisis tan detallado.
¿Cuáles son sus (d'Arteta) ideas
fundamentales?
-La primera, que el euskera es una lengua inferior
al español tanto comunicativa, cultural, política, como económicamente.
Segunda, el vascuence tiene predominantemente valor sentimental, simbólico y
político. En tercer lugar, la minorización del euskera en Navarra es el
resultado de un proceso natural y nada o poco tiene que ver con la imposición
del castellano; los que acogieron el castellano lo hicieron porque consideraron
que era una lengua mejor. Cuarta, el castellano se expandió en Navarra por
adopción espontánea y el euskera se intenta extender mediante la imposición.
Quinta, la enseñanza generalizada en euskera en Navarra es un disparate dado
que sólo la enseñanza en español garantiza el pleno desarrollo psicológico y
cultural de las personas. Sexta, los aspectos positivos de la enseñanza en
euskera en Navarra se basan en un fraude y en la mala conciencia. Séptima, que
la demanda de esa enseñanza se basa en modas pasajeras y superficiales y no
tiene ninguna justificación racional. Y la octava, que la legislación a favor
del euskera es impositiva, absurda y malintencionada.
¿Alguna cosa llama más su
atención?
-Voy a destacar cinco citas textuales del profesor
Arteta. (Quines animalades!) Primera que “el euskera no es una lengua de todos
los navarros, ni de la misma manera para todos. Lógico y democrático es que el
Gobierno de Navarra, por tratar de lo público o lo que es de todos, ponga el
euskera, a cada uno, en su sitio”. Otra dice que “aquí rige un principio de
adecuación a la realidad sociolingüística. A tal punto es así que, incluso si la
situación lingüística existente proviniera, sin lugar a dudas, de abusos
anteriores, y a menos que la opresión o el expolio fueran tan recientes que
permanecieran en la memoria colectiva como una herida abierta, esta situación
deberá respetarse como legítima por ya consolidada (doctrina FAES!). La tercera es
que “el criterio de zonificación, precisamente por realista, resulta del todo
adecuado y justo. Si hay zonas de Navarra donde el euskera es lengua viva y
zonas donde ya no lo es, o nunca lo ha sido, no cabe someterlas a la misma
regulación y hacer tabla rasa de semejante diferencia”. Otra cita: “La
educación en euskera no es un derecho universal. Es una tesis sin fundamento
sostener que en la zona no vascófona sea un derecho, además de aprender el
euskera, estudiar en euskera… carecería de más propósito razonable que el de
llegar a vivir en esta lengua, cuando ni el entorno cotidiano, ni la historia, ni
la cultura propia de la zona no vascófona en general lo justifican”. Y, por
fin: “La demanda social tan jubilosamente constatada y pregonada no acaba de
ser demasiado creíble, tal vez porque es en una medida nada más que superficial
e inducida, o tal vez, porque las encuestas y estadísticas que la miden
resultan técnicamente deficientes”.
Algunos políticos se oponen
al euskera batua y defienden sus formas dialectales. ¿Qué piensa usted sobre
eso?
-El nacionalismo lingüístico defiende que el
español es una lengua homogénea y que nunca se va a fragmentar, y asegura que
otras lenguas no han progresado tanto porque son heterogéneas. Hay un lingüista que
asegura que el euskera no es una única lengua, sino que sus variedades
dialectales son siete lenguas diferentes. Pero la diversidad dialectal del
español es mucho más grande que la del euskera. En la sociedad occidental en la que vivimos
una lengua que quiera ser útil y respetada tiene que tener un estándar,
necesita la normalización que para el euskera significa el batua unificado. Pero
todas las lenguas estándar son artificiales; el español, que se hizo estándar
hace siglos, también es artificial. Nadie, en ninguna parte, habla una lengua
estándar. Y el español que se habla en Andalucía es tan correcto y estable como
el que se habla en Castilla. El latín clásico es una lengua literaria. Cicerón
en su casa no hablaba como aparece en sus escritos, sino un latín vulgar del
que derivaron las lenguas romance.
¿Son superiores o mejores
unas lenguas que otras?
-Hay un lingüista, López García, que mantiene que
el español lo inventaron los euskaldunes, creando una lengua simplificada, para
entenderse con los hablantes de lenguas romance vecinas. El español, según eso,
es anterior que el castellano, pero los castellanos fueron muy listos y se
apropiaron del español que les permitía entenderse con todos. Por eso el
español es superior, una lengua significada, más fácil de aprender. Este
catedrático de lingüística, a quien yo aprecio mucho, asegura: “El español nació
como lengua de los otros, de los desheredados, que no conocían otra nación que
la de ellos mismos… tal vez la única lengua natural de extensión mundial ajena
a planteamientos de dominancia entre los hombres, y llamada, por tanto, a
encarnar las ideas emancipadoras e igualitarias que caracterizan a la nueva
sociedad”.
Otro argumento es el de las
cinco vocales, título de uno de sus libros.
-Menéndez
Pidal, Gregorio Salvador y otros académicos aseguran que el español, al tener
sólo cinco vocales, se ha expandido porque es mucho más fácil de aprender que
otros idiomas (una altra animalada). No
mencionan otro hecho, y es que, según la Gramática de la Real Academia, el
español consta de 1.800 verbos
irregulares. Por cierto, el euskera o el georgiano también tienen cinco
vocales.
Muchos vascoparlantes han
interiorizado el desprecio ajeno a su propia lengua o ideas que han escuchado,
tales como “si tenemos una lengua en que nos entendemos todos, ¿para qué gastar
tiempo en hablar otra”?
-Esos son los
pasos iniciales para la desaparición de una lengua.
El euskera no es una lengua comunicativamente menos útil que el castellano. Se
trata de que más gente la use, y eso se logra mediante la inmersión lingüística. Una de las
características del colonialismo lingüístico es el colonialismo mental. Mediante los medios
de comunicación y otros mecanismos convence a la gente de que su lengua propia
es mucho menos útil que la lengua que se impone. Eso nos lo están
diciendo ahora con el inglés. Nos hacen creer que una persona puede saber
mucho, haber leído mucho, hablar francés, alemán o italiano, pero… si no sabe
inglés, es una especie de analfabeto. No podemos negar que el inglés es una
lengua útil, pero en España no se usa. ¿Todo el mundo va a ser ejecutivo de una
multinacional? El inglés ni es la lengua que habla todo el mundo en todas
partes, ni es seguro que vayamos a encontrar trabajo con ella. Lo que sí es
seguro es que se hacen muchos negocios con esa idea estúpida que nos han metido
en la cabeza.
¿Qué piensa usted del PAI,
programa de aprendizaje en inglés de Navarra?
Porque se ha desatado una doble polémica, centrada en la escasa cualificación
del profesorado y la intencionalidad de restar matriculación a la enseñanza en
euskera.
-La objeción que yo realizo al PAI es muy
sencilla. Cuando se habla de trilingüismo, se entiende el que forman castellano-euskera-inglés. Ese es un
gravísimo error. Debería tratarse de castellano-euskara por un lado y, luego,
lengua extranjera. El inglés es una lengua extranjera que hay que estudiar
quieras o no ¿por qué?, ¿por qué no francés o alemán, u otro idioma extranjero
dependiendo del perfil y expectativas del alumnado? Además, hay que aplicar una metodología
propia de aprendizaje, y el inglés es una legua que aquí no se usa. El euskera,
sí. Si se reducen las horas para el idioma propio, se deberían reducir las de
español y no las de euskera, porque el español es una lengua dominante que no
se va a dejar de hablar y el euskera no es lengua universal en Navarra y, por
tanto, es la que hay que promover.
Se dice que las lenguas no
tienen derechos, que son sólo de los hablantes. Pero en Navarra esos derechos
están vinculados a las zonas lingüísticas donde el hablante reside. Es el único
caso del Estado.
-Una lengua sólo se puede desarrollar en una comunidad
lingüística, e igualmente la cultura y las tradiciones de esa comunidad. Y es clarísimo
que una comunidad lingüística es objeto de derechos. Puede ser que
en una comunidad humana algunos individuos se desinteresen de todo ello. Cada
individuo puede hacer lo que le venga en gana. Pero los derechos son de la persona y la
comunidad, y no de los territorios, porque los territorios no hablan.
También es verdad que la comunidades tienen su territorios tradicionales, pero
igualmente es verdad que hoy la gente se mueve mucho. Por eso es interesante
que el euskera se entienda en toda Navarra, por lo menos se entienda, y haya un
cierto bilingüismo. Hay que huir del gueto.
Usted defiende la riqueza
verdadera de un país plurilingüe. ¿Pero qué interés tenemos, qué hacemos, por
conocer y utilizar esas lenguas propias?
-El Estado Español
ha proporcionado durante muchos años a sus ciudadanos una educación monolingüe,
cerrada totalmente al plurilingüismo y al reconocimiento de las otras lenguas
del estado. Este es un problema. Porque cuando la generación
de los mayores aprendimos sólo español, esa era la única lengua obligatoria en
toda nuestra geografía. Pero la situación ha cambiado. Ahora resulta que hay
otras lenguas que nos son reclamadas cuando vamos a determinados territorios. Y resulta que,
en vez de quejarnos de la educación monolingüe recibida durante el franquismo,
nos quejamos de la disposiciones de la nueva realidad. Pero es que en la Radio y Televisión Españolas, corporación
publica, sólo se puede escuchar las lenguas autóctonas dentro de algunos
territorios. No es posible escuchar en todo el Estado ni catalán, ni euskera,
ni gallego.
las claves
“El inglés es
una lengua que no se usa en Navarra. El PAI debería considerarlo como lengua
extranjera”
“El
colonialismo lingüístico convence a la gente de que su lengua propia es menos
útil de la que se impone”
“Una comunidad
lingüística es objeto de derechos. Los derechos son de las personas y la
comunidad, no de territorios”
Joan A. Forès
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