Benvolguts,
Article 9 dels 8 articles del 06/02/2016
El próximo Gobierno hará más recortes que nunca
Daniel Lacalle en El Confidencial
el 5 febrero, 2016 en Comunicación, Derechos, Economía, Igualdad, Justicia, Libertades, Política, Sociedad,Sociología, Valores
OPINIÓN
“Consistency is the
last refuge of the unimaginative” Oscar Wilde
El titular tiene un condicional: “Si no crecemos
como hasta ahora”. Es el grave error de las propuestas económicas delineadas
por Podemos el pasado fin de semana (aumentar el déficit, subir gasto corriente
y subir impuestos) y las líneas económicas presentadas por el PSOE (cinco de
las cuales implican más déficit, más impuestos y menor crecimiento, como
explicaba Juan Manuel López-Zafra). Que atacan directamente a la línea de
flotación del crecimiento potencial de la economía española. El propio FMI y
otros organismos ya hablan de un impacto de hasta el 0,7% del PIB y al menos
127.000 empleos por la incertidumbre. Imagínense ante la certidumbre de repetir
los mismos errores de 2008 punto por punto.
¿Y qué va a ocurrir? Lo bueno de vivir en España
es que hemos visto el impacto de las políticas de demanda hasta la saciedad.
Cualquier ciudadano sufre, en su ciudad o pueblo, la visión diaria del
despilfarro ‘para crecer’ que se llevó 200.000 millones de euros en elefantes
blancos “porque hay margen”.
España puede crecer más y evitar un ajuste como el
que ha pedido Bruselas, de unos 10.000 millones de euros. Pero es que el
recorte será muy superior; de hecho, yo estimo el doble, si no crecemos como
estaba previsto.
Decir que España necesita expansión fiscal y
aumentar el déficit cuando llevamos un estímulo fiscal anual de más de 60.000
millones desde hace ocho años es una broma. Pensar que ese aumento de déficit
se va a compensar con impuestos es simplemente falso. Como hemos explicado en
muchas ocasiones, está demostrado que los errores a la hora de estimar
multiplicadores de gasto público y recaudación esperada de impuestos superan
-en media, y ya antes de la crisis- un 1% del PIB.
La media de error en estimaciones de ingresos por
nuevos impuestos de los últimos 10 años ha sido del 50%. Un estudio excelente
de los profesores Carvalho y Alfonso de la Universidad de Lisboa muestra que
gran parte de las subidas de impuestos de la Unión Europea viene por
estimaciones de ingresos optimistas y exageradas (‘Revenue Forecast Errors in
the European Union’, 2014).
La media de error (desviación estándar) en las
estimaciones de ingresos en España ha sido de un 1% del PIB en el primer año y,
atención, del 1,6% el segundo y del 1,8% el tercero. Un país donde en todos los
años observados se ha producido una desviación real entre ingresos estimados y
reales. El propio Banco Central Europeo lo alerta en su informe ‘Lecciones de
las estimaciones fiscales’.
Sobre la ‘novedad’ de “estimular la demanda
interna desde más gasto público”, existen muchos análisis sobre el efecto
embudo de estos planes. El impacto positivo a corto disfraza los problemas
estructurales y se convierte en mucho peor a medio plazo. Por supuesto que
aumenta el PIB a corto plazo (el PIB, no lo olvidemos, también se aumenta
gastando y endeudándose, aunque sea tirando el dinero por la ventana), pero el
coste y deuda que deja detrás acaban paralizando la economía, porque con ellos
vienen las subidas de impuestos para cubrir los agujeros.
España, durante el mandato en el que sirvió
Sevilla, gastó 90.000 millones en cinco años en proyectos de infraestructuras y
obra civil sin efecto multiplicador sobre el PIB ni creación de empleo, además
de disparar la deuda. La Unión Europea se lanzó a gastar 200.000 millones y en
el camino destruyó 4,5 millones de puestos de trabajo, disparando el déficit al
4,1% del PIB. La media, según el Tribunal de Cuentas, de desviación en el gasto
previsto fue del 20%.
La irresponsabilidad en los planes económicos no
nos debe sorprender. No solo no se ha admitido un solo error en la política
desastrosa implementada en 2008, sino que se propone repetir, y dos tazas más.
La realidad es que en estos años se debería haber
sido más agresivo con la reducción del déficit y no subir impuestos, pero es
cierto que más de un tercio del endeudamiento de los últimos cuatro años vino
de rescatar comunidades autónomas, cajas públicas y pagar facturas impagadas.
Pero es hilarante que el posible pacto de
perdedores critique la deuda y las subidas de impuestos, y proponga como
solución subirlos más y aumentar más la deuda. Es increíble que se llame
‘austericidio’ a haber mantenido el gasto social intacto y el gasto público por
encima de los niveles de 2007.
Es por eso que la estimación de Bruselas de
ajustes necesarios puede ser muy optimista y llevar a mayores recortes y
subidas de impuestos que los 10.000 millones de euros mencionados. Porque el
efecto sobre el crecimiento potencial de estas políticas ha probado ser
devastador en países de nuestro entorno, incluida Francia. Llamar políticas
‘del cambio’ a gastar más y subir impuestos no tiene nada de cambio, es repetir
los errores de 2004-2010 pero a lo bestia. Y, gastando en elefantes blancos y
ministerios de Plurinacionalidad, supondrá mayores recortes, de verdad, en los
servicios esenciales del Estado de bienestar en pocos años.
Los que fingen defender el Estado de bienestar lo
van a dinamitar desde el despilfarro. Porque olvidan que no hay mayor política
social que crecer y dejar que los creadores de empleo desarrollen su actividad.
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