Benvolguts,
Article 2 del 8 articles del 6 febrer 2016
El CIS siempre cocina al punto
Juan
Carlos Escudier en Publico
el 6 febrero, 2016 en Comunicación, Derechos, Igualdad, Justicia, Libertades, Política, Sociedad, Sociología,Valores
OPINION
El barómetro de enero dado a conocer este
jueves por el CIS ha vuelto a mostrar que su cocina es de primera y resulta
inexplicable que aún se le resistan un par de estrellas Michelín como poco.
Puede que Subijana o Berasategui tengan mucha mano con el pescado pero en lo
relativo a las encuestas los fogones del centro son inigualables. A la mesa
nunca llegará un sondeo poco hecho o chamuscado, siempre al punto. Ahí radica
su éxito.
Lo que da grandeza a este local es el
servicio. El plato llega en el momento más oportuno y sólo cabe admirar esa
sutilidad que envuelve al paladar de sensaciones, sólo comparable si acaso a la
moluscada al albariño del Celler de Can Roca. Ayer, por ejemplo, el Centro
extendió el mantel sobre la primera reunión de Pedro Sánchez y Albert Rivera en
el Congreso para un eventual pacto de Gobierno. Tan bien estaba condimentado el
guiso y tantos aromas desprendía que fue a Pablo Iglesias a quien se le debió
hacer la boca agua.
Un gran bocado lo es más por lo que
sugiere. Y lo que sugería el barómetro de enero es que el principal
beneficiario de la repetición de las elecciones generales sería Podemos y sus
confluencias y el gran perjudicado el PSOE, que dejaría de ser aritméticamente
la principal fuerza de la izquierda. Ni el PP ni Ciudadanos experimentarían
variaciones apreciables respecto a sus resultados de diciembre.
¿Qué tendría que apreciar un buen comensal?
Pues que Sánchez está haciendo perder el tiempo a su partido y a los españoles
con ese intento suyo de sellar algún tipo de acuerdo con Podemos y que la única
posibilidad de los socialistas para evitar otro naufragio es avenirse a razones
y conformar una mayoría liderada por el PP y sazonada por ese perejil de
Rivera, que está en todas las salsas.
Ocurre, en ocasiones, que los mejores restaurantes
crían fama, se echan a dormir y descuidan la calidad de sus productos. No es
que el menú de ayer no estuviera bien elaborado o que errara en el maridaje de
los vinos, que los buenos chefs en eso de los casamientos ofician como
auténticos sacerdotes, pero a riesgo de empañar la fama del local urge decir
que, aunque muy bien ligado, el potaje estaba pasado de fecha: se hizo entre el
2 y el 11 de enero. En definitiva, estaba ultracongelado en el tiempo.
Un mes da para mucho. Sirve para constatar,
por ejemplo, que el PP ha sido en algunos territorios una vulgar asociación de
malhechores y que su líder es de los que no interrumpen una siesta, pese a que
las voces en su propio partido para que moviera ficha en lo que a la
gobernabilidad se refiere han sido casi de patio de vecinos. Sirve también para
apaciguar la sed de sangre en el PSOE o, al menos, para establecer una tregua
que permita a algunos afilar mejor los cuchillos. Y hasta para demostrar que en
la nueva política también se hacen grietas si la argamasa que une a los socios
aún está fresca. En definitiva, puede que a estas alturas la repetición de las
elecciones ya no tenga pretendientes o que, llegado al caso, quienes eran sus
partidarios se llevaran una sorpresa.
Con estos nuevos ingredientes, cabría pedir
al CIS cambios de sabor en próximos platos, contando de antemano con que el
frigorífico siempre hace de las suyas. Sin embargo, el rumor extendido desde
hace bastantes años es que su alta cocina es de bote y viene elaborada de
fábrica. Recuérdenlo cuando pidan liebre y echen de menos a su gato.
Juan Carlos Escudier
Joan A.
Forès
Reflexions
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada