Benvolguts,
Des que Súmate es va presentar en societat a Bellvige fa dos
anys, no paren de donar-nos alegries. Quina diferència entre els botiflers d’UDC i els patriotes de Súmate!
Fa quinze dies vaig assistir a una xerrada tipus Racó del Xerraire que varen fer a la Plaça de Virrei Amat. Una logística
perfecta, un tempo molt ben administrat, col·loqui al final. Va ser una
exhibició de coneixements del xerraire i una exhibició de com pots fer un discurs
de més d’una hora, sense papers, amb una línia argumental perfecta i amb
argumentacions de pes...
Fa un grapat d’anys jo gestionava una empresa tecnològica de
distribució de productes electrònics d’última generació, microprocessadors, convertidors
analògico-digitals, PCs “avant la lettre”, etc. El valor de l’empresa es basava
en la venda tècnica de productes d’alta tecnologia. Un dia em va arribar a l’orella
una frase demolidora d’uns clients. Varen dir: aquests senyors no saben vendre, però saben
el que venen! Vaig comprendre que una part de la frase era positiva
i l’altra era negativa. Que no és una frase agradable pronunciada per un client,
però té el seu cantó positiu ja que des d’aquell moment vàrem fer més pressió
en la part de màrqueting i vendes del que havíem fet fins aquell moment, i vàrem
millorar els ratis de vendes...
Aquesta anècdota no l’he explicada perquè sí! M’ha vingut a
la memòria perquè he recordat justament la perfecta xerrada del company de
Súmate. Aquest company sabia “vendre” i sabia el que “venia”...
En l’apunt que comentem,
Súmanse,
s’hi troben tots els arguments que el company Eduardo Reyes podía utilizar
i s’hi troba l’eficient manera de presentar-los. Chapeau!
Súmanse
En uno de mis últimos actos, antes de poder decir palabra, un grupo de personas me increpó con las siguientes expresiones:
“¿Qué más queremos en Catalunya? Hablas de un estado de sitio, asediado, recluido y amordazado por España. Aquí hay niños que solo saben hablar catalán por culpa de sus padres que les niegan el castellano. ¿Quién oprime a quién?”
En ese momento no tuve la oportunidad de dirigirme a ellos puesto que se fueron sin darme la ocasión de responder, es por esta razón que me gustaría hacerlo ahora en esta carta.
En uno de mis últimos actos, antes de poder decir palabra, un grupo de personas me increpó con las siguientes expresiones:
“¿Qué más queremos en Catalunya? Hablas de un estado de sitio, asediado, recluido y amordazado por España. Aquí hay niños que solo saben hablar catalán por culpa de sus padres que les niegan el castellano. ¿Quién oprime a quién?”
En ese momento no tuve la oportunidad de dirigirme a ellos puesto que se fueron sin darme la ocasión de responder, es por esta razón que me gustaría hacerlo ahora en esta carta.
Queridos señores,
No me quieran hacer creer ustedes que todo lo que dijeron fue con conocimiento de causa. Decían que hay niños en Catalunya que apenas balbucean una palabra en castellano. ¿En qué Catalunya viven ustedes? Paradójicamente a su afirmación les digo: No solo no hay niño en Catalunya que no hable perfectamente el castellano, sino que hay un 40% que no sabe escribir en catalán.
Dicen ustedes, ¿qué más queremos en Catalunya? Algo tan simple como querer saber a través de las urnas cuantas personas quieren, o no, decidir su futuro político, económico y social. ¿Conocen ustedes algún sistema más democrático? Podría decirle sencillamente que para vivir mejor, pero le daré unos cuantos argumentos.
Estamos hartos de pagar impuestos que se administran arbitrariamente desde Madrid siendo Catalunya claramente desfavorecida. Estamos hartos de que los impuestos se gasten en líneas de AVE sin pasajeros que cuestan millones mantenerlas para nada. Estamos hartos de que en los presupuestos para la enseñanza se inviertan 5 euros por niño en Catalunya mientras en Madrid son 45 euros. Estamos hartos de pagar peajes, habiendo construido en Madrid cerca de 900 kilómetros de autopistas gratis, mientras en Catalunya en el mismo periodo de 23 años solo se han construido 25. Estamos hartos de que se empeñen en que seamos españoles solo porque cada año ingresamos en las arcas españolas 16.000.000.000€ (dieciséis mil millones de euros). A cambio, los catalanes solo reciben insultos y menosprecio de ese gobierno que tanto nos quiere.
Estamos hartos de tanto TC puesto a dedo, tirando por tierra cualquier propuesta aprobada democráticamente por el Parlament de Catalunya. Estamos hartos de tanto gasto armamentístico y presupuesto de defensa, pero no invierten en materia de empleo y bienestar. Estamos hartos de desahucios. Estamos hartos de ver como la juventud preparada de todas partes de España tiene que emigrar en busca de un futuro mientras uno de nuestros ministros le llama a eso ley de movilidad. Estamos hartos de chorizos y tenemos la seguridad de que aquí, lo podemos combatir y controlar. Estamos hartos de personas como Andrea Fabra, diputada del PP que dijo a los parados "que se jodan”. Estamos hartos de que salven a bancos haciendo pública una deuda que no nos pertenece. Estamos hartos de una hipoteca de más de un billón de euros que sigue y seguirá creciendo por la mala gestión de los gobiernos conocidos y por conocer dentro de España.
En definitiva, estamos hartos de estar hartos y por eso nos queremos ir.
Nos iremos porque además creemos que haremos un bien a España y a los españoles. A partir de aquí tendréis que abrir los ojos y hacer un cambio de regeneración democrática total. No queremos dejar de sentirnos como nos dé la gana sentirnos a cada uno, faltaría más, yo me siento cordobés y catalán, pero hemos de poner fin a esta historia que solo lleva al desastre final para toda España. No hay terceras vías ni federalismo a no ser que Catalunya sea un estado libre e independiente y pueda hablar de tú a tú, de Estado a Estado.
Queridos señores, espero que esta carta responda a todas sus cuestiones. Soy una persona abierta y sin prejuicios, me encantaría poder beber una cerveza con ustedes y hablar sin tapujos del momento que vivimos. Tenemos la oportunidad de darles a nuestros hijos y nuestros nietos un futuro lleno de oportunidades. ¡Súmanse!
Nos iremos porque además creemos que haremos un bien a España y a los españoles. A partir de aquí tendréis que abrir los ojos y hacer un cambio de regeneración democrática total. No queremos dejar de sentirnos como nos dé la gana sentirnos a cada uno, faltaría más, yo me siento cordobés y catalán, pero hemos de poner fin a esta historia que solo lleva al desastre final para toda España. No hay terceras vías ni federalismo a no ser que Catalunya sea un estado libre e independiente y pueda hablar de tú a tú, de Estado a Estado.
Queridos señores, espero que esta carta responda a todas sus cuestiones. Soy una persona abierta y sin prejuicios, me encantaría poder beber una cerveza con ustedes y hablar sin tapujos del momento que vivimos. Tenemos la oportunidad de darles a nuestros hijos y nuestros nietos un futuro lleno de oportunidades. ¡Súmanse!
Joan A. Forès
Reflexions
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