Font: Expansion.com
País Vasco y Navarra tendrían que aportar 5.600 millones si pasaran al
régimen común
Bernat
García
Madrid
Actualizado: 15/10/201523:19 horas
País Vasco
tiene una financiación per cápita de 4.292 euros y Navarra de 3.677 euros; casi el doble que la
media nacional, 2.183 euros, y muy por encima de Madrid y Cataluña.
Las instituciones vascas, con el lehendakari, Íñigo Urkullu, al frente, han lanzado
una declaración esta semana defendiendo el concierto económico ante los avisos
de una posible revisión del sistema en el futuro modelo de financiación.
Además, han defendido que "el País Vasco es solidario ya que aporta por encima
de lo que le corresponde". Esta
afirmación, basada en que el cupo vasco se calcula según la renta y no la
población, no se sostiene, sin embargo, tras un análisis del Sistema de Cuentas Públicas
Territorializadas (SCPT) del Ministerio
de Hacienda, único cálculo público sobre la distribución fiscal en España.
Lejos de tratarse de un exceso de solidaridad, si estuvieran en el régimen
común los dos territorios forales (País Vasco y Navarra), deberían aportar en
conjunto 5.586 millones.
Si tomamos como referencia la financiación per
cápita a igual esfuerzo fiscal, País Vasco obtiene 4.292 euros
por habitante, mientras que Navarra consigue 3.677 euros. Cantidades que
prácticamente duplican la media española, que se sitúa en 2.183 euros. Incluso más por encima
que Madrid (2.058
euros), Cataluña (2.020 euros) o Baleares (2.076 euros), consideradas como las
autonomías más ricas aportadoras al modelo.
A las puertas
de revisar el nuevo modelo de financiación, los expertos reclaman que el
criterio sea una financiación per cápita lo más igualada entre autonomías. Bajo este parámetro, para que tanto País
Vasco como Navarra obtuvieran unos recursos por habitantes en la media,
deberían realizar una importante aportación. Tomando como ejemplo la población
media de cada territorio en 2012, último año estudiado en el SCPT, el País Vasco debería realizar
una aportación adicional de 4.623 millones,
mientras que en Navarra quedaría reducido a 963 millones.
De esta forma, ambos territorios tendrían una
financiación per cápita igual a la media, 2.183 euros. Seguiría
siendo superior a lo que reciben ahora regiones ricas como Cataluña, Madrid o
Baleares.
Este ejercicio es extrapolable al resto de
autonomías y permite dilucidar cómo deberían cambiar las aportaciones fiscales
en caso de que todos los ciudadanos en España recibieran la misma financiación.
Aragón,
Asturias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Galicia y La Rioja están
sobrefinanciadas en este sentido, y
deberían hacer una contribución mayor (ver gráfico superior).
Así, las denostadas balanzas fiscales cambiarían
si se ajustaran por financiación per cápita. País Vasco y Navarra tendrían un
déficit fiscal del 4,76% y del 3,9% de
su PIB, respectivamente, acordes con la segunda y tercera posición en renta per
cápita que ocupan en España. El déficit fiscal madrileño estaría en el 9,16%, y
el catalán en el 3,12%, ligeramente inferiores a la situación actual. En cambio,
se arreglarían algunos fallos del sistema: Comunidad Valenciana pasaría a tener
superávit fiscal.
El fallo del cupo
Urkullu ha sostenido en los últimos días que el
régimen foral es "la línea roja" que no debe traspasarse para
mantener las "costuras" del País Vasco con el resto de España, y ha
sostenido que se trata de un sistema solidario. Sin embargo, la falta de actualización
del cupo (que regula la aportación de la autonomía al resto de España) hace que
el País Vasco no solo no contribuya, sino que mantenga un saldo fiscal positivo
dentro del Estado, con un superávit de 1.567 millones de
euros, según los datos de 2012. Navarra también sale ganando, con otros 269
millones de euros.
El cupo vasco, fijado en los Presupuestos del
Estado para este año, asciende a 1.525 millones
anuales (en 2012
era de 525 millones). Las críticas que han realizado otras autonomías del régimen
común y barones socialistas no van en contra del formato foral (los territorios recaudan los impuestos y pactan
luego bilateralmente su aportación en España), sino en su mal cálculo. El mecanismo utilizado es extraño: en vez de
calcular directamente lo que cuestan las competencias que el País Vasco no ha
asumido y que, por lo tanto, presta el Gobierno central en su territorio, se
hace a la inversa. Se cifra primero el coste de las competencias transferidas,
se extrapola el dato a nivel nacional, y lo que queda por cubrir es lo que
ejecuta el Estado. De esta cantidad, el cupo se cifra en el 6,24% (proporcional a la renta). Muchos autores han
criticado esta formulación. Ignacio
Zubiri, de la Universidad del País Vasco, sostiene que influyen varios
factores. En primer lugar, lo que cuestan las prestaciones vascas no puede
extrapolarse al régimen común (precisamente por el modelo, son mucho más caras
que en el resto de España). En cifras: el cálculo del cupo cuantifica las
competencias adicionales vascas en 7.000 millones; en
realidad la cifra se acerca más a 2.000
millones (Papeles de Economía nº143, 2015).
Los ingresos del IVA están hinchados en favor del País Vasco. A la recaudación
directa en territorio foral, luego el Gobierno lo reajusta según sus
estadísticas de consumo (por recaudación en aduanas, entre otros elementos).
Zubiri considera que "el ajuste por IVA
está sobrestimado en favor del País Vasco". En tercer lugar, la aportación a la solidaridad
es nula, y el único instrumento utilizado es el Fondo de Compensación Interterritorial
(sin apenas contribución foral, y dotado en total con 432 millones en 2015).
Otro argumento utilizado por las instituciones
forales es que el
régimen foral implica mayor grado de responsabilidad autonómica frente a crisis
económicas. Sin embargo, Zubiri
sostiene que el sistema le ha beneficiado más que a las autonomías de régimen
común, y el cupo "ha caído en porcentaje del PIB, del 2,5% al 1,5% e
incluso menos".
Bernat García
Joan A. Forès
Reflexions
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