dimarts, 10 de març del 2015

08/03/15. Pilar Rahola. Defensor indefenso. Se puede ser presidente del Constitucional con el carnet del PP en la boca. Se pueden juzgar cuestiones catalanas después de haber dejado Catalunya a la altura del betún en algún libro...

Benvolguts,
Vegem com el Rajoy se’n fot dels catalans! És normal. Ens ho deixem fer...
Uns refranys s’escauen per acompanyar aquest article (un d’ells citat per l’autora):
·        De fora vingueren que de casa ens tragueren
·        De ponent ni vent ni gent

Defensor indefenso
Pilar Rahola en La Vanguardia

OPINIÓN
Catalunya tiene Síndic de Greuges desde 1409 y España tiene Defensor del Pueblo desde 1981
Deberían subir el sueldo a los miembros del Constitucional porque hacen tanto trabajo decapitando leyes catalanas que se están ganando la medalla de Isabel la Católica. No pasa semana que no tengamos noticias vinculadas a este persistente espíritu capador, lo cual nos recuerda que no estamos delante de los tuteladores de la Constitución, sino enfrente de un organismo político puesto por políticos y que tiene como objetivo el ideal político de cortar las alas a las naciones históricas.
Y a fe de Dios que, entre viajes al Caribe, cocidos madrileños y tardes de toros, alcanzan el objetivo con notable eficacia. Como que, además, se puede ser presidente del Constitucional con el carnet del PP en la boca y se pueden juzgar cuestiones catalanas después de haber dejado Catalunya a la altura del betún en algún libro, todo queda redondo: guardianes de la España una y unívoca ejerciendo el arte de la tijera con encomiable celo. Lo único vergonzoso es recordar los insignes nombres catalanes que forman parte del aquelarre.
La última bruja quemada es la Sindicatura de Greuges, que había tenido la pretensión, ley catalana en mano, de ser la Autoridad Catalana para la Prevención de la Tortura. El Constitucional ha considerado que eso invadía las competencias del Estado -debe ser por la histórica tradición contra la tortura del susodicho Estado…- y ha pasado el cuchillo. Dado que es una más de la cantidad ingente de competencias que nos han hurtado, la cosa no genera ni sorpresa. Sin embargo, no sobra recordar que la institución del Síndic de Greuges tiene raíces catalanas muy antiguas, tanto que desde 1027, bajo el impulso del abad Oliba, ya se había promulgado la llamada Constitució de Pau i Treva, previa a los greuges de Cort de Pere el Cerimoniós, que a su vez sería la antesala de la sindicatura que crearía Martí el Humà. No quisiera poner el dedo en la llaga, pero Catalunya tiene Síndic de Greuges desde 1409 y España tiene defensor del pueblo desde 1981. Es decir, la tradición catalana de luchar contra los agravios que los ciudadanos pueden sufrir por culpa de los abusos del poder se remonta a siglos de historia. Ni Castilla, en tanto que nación madre del concepto actual de España, ni la propia España han demostrado esta voluntad secular. Y, sin embargo, llegan con su tribunal, sacan las tijeras y nos arrancan aquello que siempre ha formado parte de nuestra vocación. No es nuevo, pero es muy cansino.
¿Es necesaria tal minuciosidad en recortar, prohibir, usar y abusar de la Carta Magna con el fin de inutilizar instrumentos catalanes que sólo tienen la pretensión de servir mejor a los ciudadanos? Es evidente que lo es, desde su perspectiva unificadora, pero no deja de ser muy antipático y fastidioso que no sólo nos copien nuestras instituciones, sino que encima nos capen las propias. ¿Cómo era aquello de de fuera vendrá quien…?

Joan A. Forès

Reflexions

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