dimecres, 25 de febrer del 2015

24/02/15. Germà Bel. Política castiza. És de jutjat de guàrdia com s’han fet sempre les infraestructures a Espanya! Haurem de canviar el mot i dir “il•licitacions” en comptes de “licitacions”!

Benvolguts,
Avui comentarem l’article del Germà Bel a La Vanguardia, sobre infraestructures (és una de les seves especialitats!). Tristament, la política d’infraestructures del Govern català està calcada de la que fa el Gobierno de Madrid! Per què? Chi lo sa? Hi té res a veure la casta? Hi té res a veure el 3%? Hi té res a veure el Sector Negocis d’UDC? Hi té res a veure la Llotja del Real Madrid? Hi té res a veure el Puente Aéreo?
Ja havíem parlat en altres ocasions del desenvolupament d’infraestructures usant mètodes esotèrics, en Germà Bel en diu castissos.  Peatge a l’ombra, mètode alemany i similars, per evitar manca de pressupost ordinari i sobretot perquè hi ha eleccions a la vista i cal ser més fatxenda que el teu adversari, i cal pagar futurs o passats favors.... A costa del contribuent, of course!
Varem recollir fa 4 anys com el ministre Pepiño Blanco havia entès, massa tard, què era això de la construcció d’infraestrutures,! És de jutjat de guàrdia com s’han fet sempre les infraestructures a Espanya!
Sembla que haurem de modificar el diccionari i canviar el mot i dir “il·licitacions” en comptes de “licitacions”!
I resulta que a Catalunya continuem fent el mateix que a Espanya! Quan siguem independents això no pot tornar a passar i qui hagi intervingut en aquests afers poc o molt o des de sempre haurà de ser enviat a l’infern amb bitllet només d’anada!

Vegem l’article castís del Germà Bel:
Política castiza
Germà Bel en La Vanguardia
La ansiedad por dar noticias y hacer cosas no combina bien con las restricciones actuales; hay que tener paciencia
el 24 febrero, 2015
Comunicación, Derechos, Economía, Ética, Libertades, Política, Sociedad, Sociología, Transportes, Valores

Vaya semanita, la última, en la que diversas noticias nos han ofrecido un abanico de ejemplos del método de la política castiza de infraestructuras, tan normal en España.  
·        C-17. Primero, está en curso el rescate de la C-17. Es una autopista autonómica adjudicada a Cedinsa en el 2006, con presupuesto de 220,5 millones para desdoblar Manlleu-Ripoll, e importe máximo de 290,7 millones, incluyendo la gestión del eje Vic-Ripoll. Se concesionó con peaje en la sombra (pago periódico del presupuesto según el tráfico). La inversión final fue de 306 millones y entró en servicio entre el 2010 y el 2011. El aumento de costes, la refinanciación a corto plazo y una demanda inferior a la prevista han llevado a que la concesionaria no pueda responder de sus obligaciones financieras y la Generalitat tiene que rescatar la concesión. El coste puede ser de 275 millones: 220 millones que la concesionaria no puede financiar y 55 millones para compensarla por las inversiones realizadas. Es lo que tiene usar la cooperación público-privada por motivos financieros (huir de restricciones presupuestarias), y la ya legendaria responsabilidad patrimonial de la Administración, que protege al inversor privado contra pérdidas. Como en las radiales de Madrid, el Castor…

·        Línea 9 del metro. Visto lo visto, que no es responsabilidad del actual Govern, sorprende que éste haya considerado usar un mecanismo similar para finalizar el tramo central de la línea 9 del metro. Para empezar, porque no consta evaluación de la rentabilidad social de la inversión necesaria, mucho mayor que la ya efectuada, según se informaba aquí el sábado. Recuerden: acabar una obra no siempre tiene sentido. Segundo, porque recurrir a financiación privada para sortear las restricciones presupuestarias resulta en mayores costes públicos futuros. Tenemos todo un historial, del que la propia L-9 es un poema. Por suerte, la rotunda reacción contraria del alcalde Trias ha aparcado la idea. Por cierto, ¿a quién se le ocurrió complicarle la vida al alcalde ante unas elecciones tan complejas?

·        Estación para alta velocidad (AV) al lado del aeropuerto de Girona, ¿Y qué decir de la construcción de una estación para alta velocidad (AV) al lado del aeropuerto de Girona, pagada por el Govern? ¿Se ha caído en que el tiempo total de viaje entre la puerta del aeropuerto y Barcelona (bus lanzadera a la AV incluido) sería casi siempre mayor en AV que en autobús? ¡Porque no habrá un tren esperando al viajero potencial! También sería mayor el precio del viaje en AV. Si se realiza el proyecto, serán unos 10 millones derrochados, que generarían mucho más provecho social de aplicarse, por ejemplo, a la ley de barrios. Y lo peor: revela una forma tradicional, muy antigua, de entender la política de infraestructuras -tan cautiva del “hagamos algo, que alguien lo usará”- y de la búsqueda de apoyos políticos mediante actuaciones innecesarias y socialmente dañinas.

Lo dicho: política castiza. La ansiedad por dar noticias y por hacer cosas no combina bien con estos tiempos de restricciones. Ni es buen método de política pública. Es mucho mejor tener paciencia y hacer las cosas bien. Porque ya hemos acumulado muchos errores y deberíamos equivocarnos menos.
Y porque la exigencia es más consistente cuando comienza por uno mismo.
Germà Bel

Joan A. Forès

Reflexions

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