divendres, 25 de gener del 2019

24/01/2019. Alfons Duran-Pich. Contigo empezó todo... porque fue un partido extraparlamentario llamado Vox el que puso la primera denuncia ante el juzgado por unas declaraciones del entonces juez en ejercicio Santiago Vidal (declaraciones sin mayor trascendencia), denuncia que el juez del juzgado de instrucción número 13 (señor Ramírez Sunyer) aceptó y con ello abrió una senda que nos ha llevado al rocambolesco escenario actual. ¿Cómo puede ser que un juez, al que se le suponía un mínimo sentido del equilibrio y la mesura, aceptara una denuncia procedente de una fuente filofranquista? ¿O es que ese juzgado fue elegido previamente por la “autoridad competente” por compartir el espíritu del extraparlamentario denunciante? ¿Es cierto, como señalan algunos abogados, que la designación de ese juzgado no se ajustó a las normas habituales? ¿Es suficiente con que ante esa importante duda procedimental se responda desde la propia judicatura que todo fue correcto? Luego vino la cascada de acontecimientos, que no es necesario recordar, y ahora muchos de los representantes de la sociedad civil, del Govern y del Parlament legítimos de Catalunya están en la cárcel o exilados.



Benvolguts,

L’Alfons Duran-Pich lliga molt bé les diverses accions que Vox va iniciar i seguir amb el suport del jutjat 13 de Barcelona.

Vegem l’article:

Contigo empezó todo
Alfons Duran-Pich

Podría ser el arranque de uno de esos boleros casposos que Julio Iglesias recuperó del baúl de la España profunda y tramposa, una España en la que el mensaje amoroso superficial pretendía ocultar la violencia, el machismo y la intolerancia, rasgos definitorios de la personalidad dominante en el territorio.

“Contigo empezó todo”...  porque fue un partido extraparlamentario llamado Vox el que puso la primera denuncia ante el juzgado por unas declaraciones del entonces juez en ejercicio Santiago Vidal (declaraciones sin mayor trascendencia), denuncia que el juez del juzgado de instrucción número 13 (señor Ramírez Sunyer) aceptó y con ello abrió una senda que nos ha llevado al rocambolesco escenario actual.

¿Cómo puede ser que un juez, al que se le suponía un mínimo sentido del equilibrio y la mesura, aceptara una denuncia procedente de una fuente filofranquista? ¿O es que ese juzgado fue elegido previamente por la “autoridad competente” por compartir el espíritu del extraparlamentario denunciante?

¿Es cierto, como señalan algunos abogados, que la designación de ese juzgado no se ajustó a las normas habituales? ¿Es suficiente con que ante esa importante duda procedimental se responda desde la propia judicatura que todo fue correcto?

¿Cómo ese juez pasó de una denuncia por unas declaraciones de un ciudadano, hechas a título personal, a un proceso de busca y captura de un conjunto de personas que formaban parte del Govern de la Generalitat, con los consiguientes rastreos, detenciones, abusos y todo tipo de provocaciones, con una clara voluntad intimidatoria?
¿Por qué, en un salto cualitativo fuera de lugar, se llevó a cabo una maniobra de ocupación de la Conselleria de Economia (sin ningún objetivo concreto que la justificase), maniobra que llevó a la respuesta espontánea y no violenta de la ciudadanía, cuyos líderes sociales (que no actuaron como convocantes), asumieron con responsabilidad un rol cívico y supieron manejar de forma democrática la situación, sin que se produjera ningún daño colateral apreciable?

En las últimas semanas aquel grupo extraparlamentario que no conocía nadie ha alcanzado cierto protagonismo en España, y algunos se sorprenden de su éxito. No hay porqué sorprenderse; es la lógica más elemental. Los han alimentado, los han favorecido y ahora se sienten más fuertes. Por eso reclaman su cuota de poder, que acabarán teniendo en la práctica.

No nos engañemos. En España hasta ahora la extrema derecha no tenía una etiqueta porque no la necesitaba. Se sentía bien bajo el paraguas del PP y de buena parte de los históricos del PSOE. La nueva falange de Ciudadanos también les daba cobijo. Sólo hay que repasar las medidas adoptadas en los últimos diez años (por no ir más lejos) por los partidos del gobierno, con el apoyo directo del Estado Profundo (altos funcionarios, jueces, militares, presidentes de empresas privatizadas, etc.) y de unos parlamentos teledirigidos.

En una “democracia autoritaria” como la española, la extrema derecha está en su salsa.

Las coincidencias programáticas y personales entre Rivera, Abascal y Casado no ofrecen ninguna duda. Sólo hace falta recordar, por ejemplo, cuando Rivera y Abascal se fotografiaban juntos entre banderas españolas en la manifestación celebrada en Barcelona en octubre del 2012 con motivo del día de la Hispanidad, que luego Rivera ratificaba en un tweet muy claro: “En Barcelona con la Hispanidad!! Viva España!! Junto a un buen amigo”. O cuando en febrero del 2013 se sentaban juntos en la primera fila del teatro Goya para celebrar el lanzamiento del Movimiento Ciudadano, plataforma que utilizó Ciudadanos para dar el salto a la política nacional. Fue también más adelante cuando Abascal manifestaba sin ambages: Es verdad que hay importantísimos puntos de contacto entre Ciudadanos y Vox”. Pero no sólo es el programa sino la sintonía personal, que surge constantemente, como cuando Juan Carlos Girauta, desde Ciudadanos, contestaba a la pregunta: “¿Qué les diferencia de la UPD y de Vox?”. “Yo no sabría decirle que nos separa de esos partidos”. Para luego añadir: Vox acaba de nacer, así que no tiene una producción programática que valorar. De entrada podemos juzgar a las personas. Yo tengo amistad con varias de ellas y me parecen gente estupenda. Alejo Vidal-Cuadras no sólo es un amigo sino un referente político. Santi Abascal es un buen  hombre y muy valiente. He hablado mucho con él y no he encontrado las diferencias”. Y si nos referimos a Casado, su relación personal con Abascal es muy antigua (2001), pues como presidente de Nuevas Generaciones en Madrid visitaba mucho en aquella época el País Vasco, donde Abascal era ya una figura destacada del partido. Para un cachorro del aznarismo como Casado, el trío formado por Abascal, Iturgaíz y San Gil eran sus ídolos. Por eso, tras la presentación espectacular de Vox en Vistalegre, Casado manifestó con afecto A Santi lo conocí escoltado. Formaba parte del maravilloso PP de aquellos años”.

Y sobre Catalunya y su voluntad de independencia, se han dicho y se dicen tantas barbaridades por parte de presidentes de gobierno, ministros, cabezas de partidos, presidentes de comunidades y un largo etcétera de paniaguados, que ahora las propuestas aberrantes de los extraparlamentarios no chirrían respecto a las manifestaciones de sus colegas. El huevo de la serpiente ha sido muy bien incubado y acaba de eclosionar. Falta que surja un nuevo redentor y tendremos fascismo para rato.

Pero, ¿qué se puede esperar de un Estado cuyos ejes vertebrales continúan siendo la “unidad inquebrantable de la patria”, el espíritu integrista de la Contrarreforma y el espantajo de la supuesta “amenaza judeo-masónica” de quienes no piensan como ellos?
 
Joan A. Forès
Reflexions

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