Benvolguts,
OPINIÓN
Tiempo de recolección
Elisa
Beni
Madrid. Miércoles, 19 de junio de 2019
4 minutos
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“Aparenta
inseguridad y estimula su arrogancia”
Sun Tzu. El arte de la guerra
Payaso. Estratagema.
Jugada infructuosa. Maniobra sin éxito. No sé cuántas descalificaciones
más se han vertido, todas estas proceden de prensa nacional. Resulta
definitorio que una gran parte de los profesionales hayan considerado que “la gran estrategia jurídica” prevista por el equipo de Puigdemont
consistía, exclusivamente, en plantarse con una jura de la Constitución
realizada en un notario belga.
Les ha
dado mucha risa floja y de ser así sería para darla pero como no conviene
subestimar a nadie, sería más lógico haberse maliciado que algún objetivo tenía
acudir a intentar algo que sabes que te van a negar. Poca gente lo ha
interpretado así en Madrid. La mayoría cree que todo esto ha terminado y que
los fuegos de artificio jurídico han terminado poniendo las cosas en su sitio,
es decir, impidiendo que Puigdemont, Junqueras y Comín tomen posesión de un
cargo representativo para el que ha sido elegidos.
Les
hubiera sido muy sencillo darse cuenta de que los abogados de
Puigdemont han tenido mucho tiempo para diseñar algo un poquito más
elaborado y que, durante estos días, lo que ha hecho Boye ha sido ir
recolectando uno a uno los documentos que necesitaba para reforzar su tesis, la
que planteará ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, y que no ha sido
a dada a conocer en su totalidad para que no se intente frustrar con antelación
pero de la que ya podemos intuir algunas líneas. En esa particular cosecha
jurídica se han hecho con una publicación en el BOE en la que aparecen los
políticos catalanes como eurodiputados electos, tienen también un auto en el
que se les deniega la retirada de la orden de detención, tienen una resolución
de la JEC que deniega el juramento no presencial y el recurso que se interpuso
por ello y tienen la negativa a que hoy jurarán la Constitución o bien mediante
el procurador designado para ello —como de facto han hecho varios
senadores— o bien aceptando el acta notarial belga que recoge la jura
realizada allí. Tampoco olvidemos el auto que
deniega a Junqueras su salida para prestar juramento porque también le sirve a
Puigdemont para demostrar que incluso si hubiera venido a jurar, no se le
habría permitido. ¡Ah, únanle que
la JEC lo sacó de las listas y que tuvieron que ser los jueces los que les
obligaran a meterlo de nuevo! Con todo ello
intentarán sus abogados mostrar que existe una orquestación y una clara
finalidad de privarles de sus derechos como europarlamentarios, que todo es una
construcción dirigida para dejarles sin hacerlo. Si no vienes, porque no estás.
Si vienes porque te detengo y luego el Supremo no te permite hacer el
juramento.
También
hay un cierto error respecto al hecho de que al TJUE o le presentan
cuestiones prejudiciales los tribunales —como
Van den Eynde le ha solicitado a Marchena que haga— o bien
lo hacen los estados. Olvidan que también, en determinadas circunstancias, pueden
hacerlo los particulares. Lo que no han desvelado es la fórmula que utilizarán
que les permita acceder al TJUE ni el contenido exacto de la cuestión
que quieren formularle. No será hasta el martes o miércoles próximo que se
desvele esta cuestión y podamos valorar el alcance de la verdadera estrategia
procesal esbozada por el equipo jurídico de los eurodiputados expatriados. El
camino de Junqueras es distinto porque su situación lo es también. No obstante,
a sabiendas de que su cuestión prejudicial no será presentada y de que el
recurso al Tribunal Constitucional va para largo, sus letrados también estudian
las fórmulas para llegar al Tribunal de Luxemburgo y, en todo caso, la
resolución del caso Puigdemont, de ser favorable, seguro que le afectaría.
En esta
semana al Parlamento Europeo le llegará una lista remitida por España con el
nombre de 51 eurodiputados acreditados para estar en Estrasburgo el día 2
de julio. Sucede que esta lista debería tener 54 nombres, que son
los que corresponde elegir en España. Jurídicamente al Parlamento no
puede bastarle con saber de oídas. ¿Preguntará por qué? ¿le explicarán y cómo?
No son cosas baladíes.
Tampoco yo abrazaría el argumento mayoritario en los
mentideros de la Villa que considera que ningún tribunal europeo va a revalidar
a los independentistas porque muchos países tienen problemas similares en su
seno
También
jugará la baza de que la jura de la Constitución es una condición añadida por
España en 1995 y que, por tanto, es anterior al tratado de Lisboa. Parte
del planteamiento de Puigdemont pasaría por plantearle al TJUE que estos
artículos de la LOREG contravienen la normativa europea. En caso de ser
así, pueden anularlos. Hay una directiva reciente que afirma que solo puede
restringirse el derecho de sufragio pasivo por sentencia firme. También
jurisprudencia del propio TC español que dice que “no resulta congruente una interpretación de la obligación
de prestar acatamiento a la Constitución que anteponga un formalismo rígido a
toda otra consideración, porque de ese modo se violenta la propia Constitución
de cuyo acatamiento se trata”. Y
estamos hablando de que se impone sobre todo el hecho de que la jura sea
presencial en Madrid.
Tampoco
yo abrazaría el argumento mayoritario en los mentideros de la Villa que considera
que ningún tribunal europeo va a revalidar a los independentistas porque muchos
países tienen problemas similares en su seno. Y
no lo haría porque la cuestión de fondo no es esa. La cuestión de
fondo versa sobre los escollos particulares que pueda poner cada nación y sobre
si de esta forma podrían evitar que determinados electos llegaran a
Estrasburgo. En esta cuestión
pesa más ver qué instrumento se le puede dar con ello a Hungría o Polonia
que otras consideraciones.
En
cuestiones jurídicas nunca conviene dar nada por hecho. Nada por ganado. Nada
por pétreo. De aquí al 2 de julio vamos a tener que analizar muchas
cosas. La soberbia siempre acaba perdiendo a quien la practica.
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