dissabte, 6 de juny del 2015

05/06/15. Enric Juliana. Madrid Región, la pieza clave. Las multinacionales, los bancos y los ministerios son poderosos baluartes. El Ayuntamiento de Madrid acumula en estos momentos una colosal deuda de más de 7.000 millones de euros.

Benvolguts,

L’Enric Juliana és un molt bon analista polític. Encara que segons com sembla que escrigui articles de publicitat, articles pagats pels putos amos…
No és el cas d’avui…

 Posta al dia de les informacions polítiques i territorials (avantatges i febleses ) bàsiques de Madrid:

Madrid Región, la pieza clave
Enric Juliana en La Vanguardia
ANÁLISIS
La pieza más valiosa del mercado persa es la Comunidad de Madrid. Antes de partir rumbo al Reino de la Nueva Política, parece que hay parada y fonda en el Rastro. Como consecuencia de una ley electoral de 1978 a todas luces obsoleta, el Adviento de la Regeneración viene precedido en toda España por un mercadeo político pocas veces visto.
Madrid es la pieza central del tablero. Madrid superpone el poder del Estado y el de las grandes empresas, sin las limitaciones que la democracia norteamericana inventó para su capital federal.
Madrid no es una autonomía más. Es la más poderosa. Gracias a los beneficios de la capitalidad y a una obsesiva concepción radial de las infraestructuras, succiona energías de toda España e incluso ejerce dumping fiscal, al disponer de una base tributaria más resistente a la crisis económica.
Las multinacionales, los bancos y los ministerios son poderosos baluartes. Con todo, el Ayuntamiento de Madrid acumula en estos momentos una colosal deuda de más de 7.000 millones de euros.
Ministerios, Ayuntamiento y Comunidad. Un gigantesco nodo, controlado hasta hoy por el Partido Popular, comienza a estar en juego. Primer eslabón débil: la alcaldía. El próximo día 13 puede quedar en manos de una lista cívica de izquierdas, propulsada por Podemos. La candidatura de la exjuez Manuela Carmena parece que va a tener el voto del PSOE.
Segundo eslabón débil: la Comunidad, en cuya asamblea parlamentaria ningún partido tiene la mayoría absoluta. Pieza fundamental para el PP, para mantener el control del tablero. Bastión y torre de control. Desde la Comunidad, el PP podría ejercer una férrea vigilancia sobre un ayuntamiento experimental en manos de la nueva izquierda.
Si el PSOE consiguiese la presidencia regional, Pedro Sánchez consolidaría su liderazgo con buen cemento. La candidatura de Ángel Gabilondo fue su gran apuesta. La alcaldesa Carmena tendría entonces un buen aliado. Ambos se aprecian. PSOE y Podemos formarían eje en el Gran Madrid, a la espera de ver qué pasa en los ministerios.
Decide Ciudadanos. Cristina Cifuentes, vivaz candidata del PP, sólo puede alcanzar la presidencia con el apoyo activo de los   diputados del partido naranja. En caso de no obtenerlo, a la candidatura de Gabilondo, previo pacto con Podemos, le bastaría con la abstención de Ciudadanos. La simetría no es perfecta. El dilema es fenomenal.
Ciudadanos no obtuvo el gran resultado que esperaba el 24-M. No alcanzó las altas expectativas que le fabricaron algunos importantes medios de comunicación españoles. Ciudadanos no se ha convertido en la gran bisagra del poder territorial español. No decide en Valencia, ni en Baleares, ni en Aragón, ni en Castilla-La Mancha. Lo que haga en Madrid tendrá, por tanto, una gran proyección política.
Hay discusión entre los analistas electorales sobre el resultado de C’s. Hay quien sostiene que al partido de Albert Rivera le perjudicó la acusación, muy repetida desde la izquierda, de ser la marca blanca del PP. Bajo esta perspectiva, los de la marca naranja estarían ahora obligados a realizar un ejercicio de verdadera autonomía política, para relanzarse de cara a las elecciones de otoño (catalanas y generales).
Lo pueden hacer de dos maneras. Facilitando la presidencia del Gran Madrid al PSOE -entonces serán acusado de ser un submarino de los socialistas- o fijando condiciones muy severas al PP.
Este es el drama al que hoy se enfrenta Cristina Cifuentes, candidata popular y vencedora de las elecciones con mayoría relativa. Las imputaciones judiciales sobrevuelan el PP madrileño y Cifuentes no controla los resortes de la organización regional del partido, en manos de Esperanza Aguirre, que la detesta (a Cifuentes) y estos días vive con verdadero tormento su fracaso ante la excomunista Manuela Carmena. Un lío de padre y muy señor mío.
Ayer dimitieron dos consejeros del Gobierno en funciones de la Comunidad (Lucía Figar, mujer de sólida trayectoria, y Salvador Vitoria) imputados por el juez que instruye el caso Púnica. Ciudadanos teme que en las próximas semanas haya más imputaciones. Cifuentes no controla la trastienda y el PSOE aguarda su oportunidad. Una situación endiablada para Albert Rivera, que tiene marcado en naranja el 27 de septiembre catalán, como gran oportunidad para dar el do de pecho que no acabó de conseguir el 24 de mayo.

Joan A. Forès

Reflexions

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