divendres, 12 de desembre del 2014

14/12/10. Anton Gasol. Hagamos memoria. Si estos superávits hubiesen sido capitalizados al tipo de interés legal, los fondos acumulados alcanzarían el 38% del PIB, es decir, 400.000 millones de euros...

Benvolguts,
Una interessant aportació als tramposos entrellats de la Seguretat Social espanyola.
Aquest apunt, de fa 4 anys, proporciona encara més llum als apunts anteriors sobre pensions i SS.
L’article ens el va portar en Manel Martínez, membre fundador del GOAL, ja fa 3 anys i escaig. Ja n’havíem comentat algun cop alguna part en el Bloc Reflexions però ara és l’hora d’ajudar i complementar els articles anteriors de comentaris sobre articles de Xavier Guarque i d’altres.
És un article curt però dens. Si s’analitza curosament es veu que té vàries parts:
·        Primer explica que hi ha Tenedors de bonus,  que suposo que són les entitats que han comprat Deute públic.  Los tenedores de bonos saben que el tipo de interés de la emisión está en consonancia con el riesgo en el que incurren. 
·        A continuació explica que las pensiones contributivas de la Seguridad Social están basadas en un sistema de reparto y su financiación se basa en cotizaciones sociales obligatorias mediante un sistema de caja único. 
·        Aquí arriba al pinyol de la questió quan explica que en els darrers 40 anys (des del 1967 fins al 2010), los balances de la Seguridad Social española han registrado excedentes que se fueron incorporando al presupuesto público de cada año. Que vol dir que els quantiosos excedents de les cotitzacions a la SS, així com els interessos que aquests excedents proporcionaven, s’han anat traspassant a l’Agència Tributària, a la Hisenda Pública, al Pressupost públic, de forma que a la SS no li quedava res ni d’aquests excedents ni dels seus interessos!
·        Aquests excedents capitalitzats al llarg de 40 anys han proporcionat 400.000M€ (Si estos superávits hubiesen sido capitalizados al tipo de interés legal, los fondos acumulados alcanzarían el 38% del PIB, es decir, 400.000 millones de euros.) que han passat a la Hisenda Pública i que es deuen haver gastat amb els pressupostos de cada any, per exemple per construir sistemes AVEs (sense passatgers), o Autovies (sense vehicles) o Aeroports (sense avions), o per pagar les costoses estructures funcionarials del país. Aquests diners s’han birlat, s’han guindat durant 30 anys de la SS ja que des del 2000 es va constituir el Fondo de Reserva, destinado a acumular una parte o la totalidad de los excedentes de la Seguridad Social, que ha permitido alcanzar 60.022 millones de euros a finales del 2009, un 5,7% del PIB, vol dir que el deute pendent de la Hisenda Pública a la Caja Única de la SS (els endarrerits i tot, que diria en Capri) era en el 2010 de 340.000M€.
·     I ara és el moment de decidir com es tornen aquests diners a la SS!
·        I posats a fer, diu el professor Gasol (i jo ho he entès així) que també és el moment de decidir canviar el funcionament, l’estructura de la SS i fer que s’abandoni el sistema de repartiment i es passi a un sistema de capitalització de cada cotitzant, de forma que tingui assegurada la seva pensió quan li pertoqui (las contribuciones impositivas deben generar por ellas mismas derechos de pensión suficientes para no necesitar de ninguna transferencia adicional de cotizantes presentes o futuros).
I vet aquí el nus gordià!

D’altra part, com sabem que fan sempre els espanyols, en tot l’article no distingeix entre SS catalana i pensions catalanes del magma espanyol. Aquesta part, tanmateix, la tenim clara en els treballs sobre pensions d’Economistes per la Independència  així com en els treballs d’en Xavier Sala i Martin!

Així doncs aquest article ajuda, i molt, a entendre aquest entrellat de les pensions:

Hagamos memoria
Anton Gasol en La Vanguardia
el 9 diciembre, 2010 en Economía, Laboral
TRIBUNA
Existe un clamor generalizado sobre la urgencia en reformar el sistema de pensiones español. Es decir, abaratarlas. Alguna voz pide incluso recortarlas de inmediato para sofocar a los mercados de bonos, como si los bonistas y los pensionistas se hablaran y actuaran como vasos comunicantes. Los tenedores de bonos saben que el tipo de interés de la emisión está en consonancia con el riesgo en el que incurren, mientras que las pensiones contributivas de la Seguridad Social están basadas en un sistema de reparto y su financiación se basa en cotizaciones sociales obligatorias mediante un sistema de caja único. No obstante, ya desde 1967 el sistema comenzó a presentar desequilibrios a medida que se iban alejando las bases de cotización de los salarios reales y, por tanto, las cotizaciones realizadas respecto de las pensiones percibidas. La bonanza económica, las nuevas oleadas de cotizantes y una estructura demográfica de una joven población española pudieron generar superávit.
En los últimos cuarenta años los balances de la Seguridad Social española han registrado excedentes que se fueron incorporando al presupuesto público de cada año. Valores positivos del 2,5% del PIB el 1967 y hasta el 4% el 1977 y así todos los años, excepto de 1995 a 1997 (tres años) que hubieron mínimos de déficit. Si estos superávits hubiesen sido capitalizados al tipo de interés legal, los fondos acumulados alcanzarían el 38% del PIB, es decir, 400.000 millones de euros. La apertura, sólo a partir del año 2000, de un Fondo de Reserva, destinado a acumular una parte o la totalidad de los excedentes de la Seguridad Social, ha permitido alcanzar 60.022 millones de euros a finales del 2009, un 5,7% del PIB. Por tanto, el desfase entre el importe que hay reservado y el fondo que la Seguridad Social debería haber acumulado si se hubiesen capitalizado desde el inicio los excedentes, equivale a un tercio del PIB, 340.000 millones que se deberían retornar a la Seguridad Social en concepto de superávit arrebatado por los presupuestos generales del Estado. Un déficit que, como se está haciendo con el “déficit tarifario” de las eléctricas, siempre se podría titulizar (convertir en deuda negociable) para devolverlo al sistema de la Seguridad Social.
Reformemos las pensiones de manera que se mejore el carácter contributivo del sistema y, por tanto, su equilibrio actuarial, de modo que se acomoden a la esperanza de vida. Pero para ello
las contribuciones impositivas deben generar por ellas mismas derechos de pensión suficientes para no necesitar de ninguna transferencia adicional de cotizantes presentes o futuros.
Pero despejado el horizonte, vayamos a su encuentro, por ejemplo dilatando dos meses por año la edad de jubilación y también ampliando dos meses por año el periodo de cálculo de la misma. Porque, como decía Sócrates: “Quien se dispone a efectuar grandes obras procede con lentitud”.
Anton Gasol. Doctor en Economía.

Joan A. Forès
http://reflexionsjafores.blogspot.com.es/

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