Benvolguts,
Clarificador discurs del mestre Requejo sobre els pros i els contres de CSQP, també batejat com QWERTY, o com a INRI...
Clarificador discurs del mestre Requejo sobre els pros i els contres de CSQP, també batejat com QWERTY, o com a INRI...
[Comentari en construcció]
La izquierda y
la independencia
Ferran Requejo en La Vanguarda
el 21 septiembre, 2015
Hace falta
estar a la altura del momento, ser ambicioso y pensar en términos de progreso
práctico
Este artículo va dirigido a los
electores de izquierdas que sienten recelo a votar las
candidaturas favorables a la independencia de Catalunya
como vía de progreso en los ámbitos
socioeconómico, político, cultural e internacional.
Hace tiempo que la legalidad española se ha ido
revelando hostil a Catalunya y sus ciudadanos. Las ambigüedades del texto
constitucional de 1978 se han roto a favor de un modelo
recentralizador y de una visión nacionalista española uniformizadora. A partir
del 2010-2012 el giro de muchos catalanes hacia la independencia se
ha mostrado claro, sólido y estable. En el trasfondo, las sentencias del TC, la actitud autoritaria del Gobierno
del PP (inmovilismo político,
ensimismamiento legal, discurso del miedo, etcétera) y la falta de alternativas
creíbles de los otros partidos españoles. Vista la realidad, se trata de un
giro muy racional y razonable.
Una
característica exigible a cualquier proyecto político que quiera tener al mismo
tiempo vocación transformadora y de gobierno (no de mera oposición) es que
tenga sentido de Estado y perspectiva histórica (hacia el pasado y hacia el
futuro). Y eso también vale para el
catalanismo de izquierdas. Dejando ahora de lado la decisión del PSC de convertirse en
una delegación regional del nacionalismo español del PSOE, presentamos
aquí cuatro consideraciones sobre la candidatura Catalunya Sí que es Pot
(CSQP):
1) Referéndum.
De acuerdo con varios estudios, el 75%-80% de los
catalanes apoyan la celebración de un referéndum como el realizado en el Reino
Unido. Pero su
organización resultará imposible si no sale de la lógica Catalunya-España
(más de un 75%
de ciudadanos del resto del Estado son partidarios de mantener tal cual,
reducir o anular el Estado de las autonomías, según el CIS). En
algún momento
hará falta la intervención de la comunidad internacional. Sin
embargo esta intervención no se producirá hasta que Catalunya deje de ser una “cuestión interna” y
se convierta en una cuestión europea. Y para que lo sea hace falta que
el independentismo sea lo más fuerte posible. Debilitarlo
es laminar la posibilidades reales de hacer el referéndum que CSQP dice que se
tiene que hacer. Obviamente, sus
votos se contarán como votos no favorables a la independencia, cosa que
erosionará la posición negociadora en fade la convocatoria ante las audiencias
del Estado e internacionales. CSQP incurre en una “contradicción performativa”
sobre el referéndum: defiende una posición que contradice aquello que afirma.
2) Programa social. El programa de CSQP
es simplemente irrealizable en las condiciones institucionales actuales. No se puede llevar a cabo si sólo se pueden gestionar
las miserias
de la autonomía. Catalunya no dispone ni dispondrá de los recursos necesarios
para hacerlo. Así de claro. Por otra parte, cada vez resulta más diáfano que por la “vía
federalista” España nunca será federal de manera positiva para Catalunya. Según por qué modelo federal se optara –una cosa que
todavía no han explicado nunca los federalistas– el resultado sería todavía peor que con el
Estado de las autonomías.
3) ICV. Como persona que en
el antifranquismo y la transición estuvo vinculada en el PSUC, siento decepción
por el giro ideológico de los dirigentes actuales de ICV en relación con la
cuestión nacional. Los valores de
este partido siguen siendo válidos y convenientes, pero en esta cuestión su
discurso y proyecto se han hecho antiguos. Ponerse a remolque de una
organización españolista como Podemos –forjada en la admiración “democrática”
hacia Venezuela– es perder el norte de lo que significa un proyecto progresista para
Catalunya. Los líderes españoles de
Podemos tienen un gran peso en la campaña catalana y pronuncian un discurso étnico que divide a los catalanes entre nacidos aquí o
fuera, en un ataque directo a la línea de flotación de lo que fue el éxito
político integrador del PSUC. No es
que Podemos no sea “nueva política”, es que es paleosocialismo español con marketing populista
de retórica etérea.
4) Actitud anti-Mas. Utilizarla como
aglutinante es equivocarse de adversario. El
gran problema actual del país no es Convergència ni Mas. El problema es el Estado español y sus
posibilidades prácticamente nulas de ser transformado en términos de
reconocimiento y de acomodación plurinacional. Evidentemente, es
bien legítimo estar en desacuerdo con políticas realizadas por el Govern de CiU
(recortes, seguidismo estricto de los dictados de la troika y del Gobierno
central), aunque
es bien dudoso que no hubiéramos tenido recortes si el Gobierno catalán hubiera
sido dirigido por una coalición de izquierdas. Sin embargo, nadie puede negar que el actual
presidente se ha puesto de manera inequívoca ante el proyecto independentista
surgido de la ciudadanía, el proyecto de cambio más ambicioso de la historia del
catalanismo político. Y si sigue incomodando votar la coalición
donde se integran CDC y el
presidente, aquí está la CUP como
candidatura de izquierdas independentista.
La
independencia es hoy sinónimo de cambio transformador hacia un país mejor y más
seguro de él mismo, hacia un Estado con más bienestar, igualdad, eficiencia,
riqueza y proyección en el mundo en todos los ámbitos.
Hace falta estar a la altura del momento, ser ambicioso y pensar en términos de
progreso práctico y no retórico. Si al final el independentismo no consigue la mayoría
necesaria de escaños por unos pocos votos, CSQP habrá hecho un flaco favor al
progreso social del país.
Ferran Requejo, catedrático de Ciencia Política en
la UPF.
Joan A. Forès
Reflexions
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