dilluns, 21 de setembre del 2015

21/09/2015. Ferran Requejo. La izquierda y la independencia. Este artículo va dirigido a los electores de izquierdas que sienten recelo a votar las candidatuas favorables a la independencia de Catalunya. Si al final el independentismo no consigue la mayoría necesaria de escaños por unos pocos votos, CSQP habrá hecho un flaco favor al progreso social del país.

Benvolguts,
Clarificador discurs del mestre Requejo sobre els pros i els contres de CSQP, també batejat com QWERTY, o com a INRI...

[Comentari en construcció]
La izquierda y la independencia
Ferran Requejo en La Vanguarda
el 21 septiembre, 2015 
Hace falta estar a la altura del momento, ser ambicioso y pensar en términos de progreso práctico

Este artículo va dirigido a los
electores de izquierdas que sienten recelo a votar las candidaturas favorables a la independencia de Catalunya
como vía de progreso en los ámbitos socioeconómico, político, cultural e internacional.

Hace tiempo que la legalidad española se ha ido revelando hostil a Catalunya y sus ciudadanos. Las ambigüedades del texto constitucional de 1978 se han roto a favor de un modelo recentralizador y de una visión nacionalista española uniformizadora. A partir del 2010-2012 el giro de muchos catalanes hacia la independencia se ha mostrado claro, sólido y estable. En el trasfondo, las sentencias del TC, la actitud autoritaria del Gobierno del PP (inmovilismo político, ensimismamiento legal, discurso del miedo, etcétera) y la falta de alternativas creíbles de los otros partidos españoles. Vista la realidad, se trata de un giro muy racional y razonable.
Una característica exigible a cualquier proyecto político que quiera tener al mismo tiempo vocación transformadora y de gobierno (no de mera oposición) es que tenga sentido de Estado y perspectiva histórica (hacia el pasado y hacia el futuro). Y eso también vale para el catalanismo de izquierdas. Dejando ahora de lado la decisión del PSC de convertirse en una delegación regional del nacionalismo español del PSOE, presentamos aquí cuatro consideraciones sobre la candidatura Catalunya Sí que es Pot (CSQP):
1) Referéndum. De acuerdo con varios estudios, el 75%-80% de los catalanes apoyan la celebración de un referéndum como el realizado en el Reino Unido. Pero su organización resultará imposible si no sale de la lógica Catalunya-España (más de un 75% de ciudadanos del resto del Estado son partidarios de mantener tal cual, reducir o anular el Estado de las autonomías, según el CIS). En algún momento hará falta la intervención de la comunidad internacional. Sin embargo esta intervención no se producirá hasta que Catalunya deje de ser una “cuestión interna” y se convierta en una cuestión europea. Y para que lo sea hace falta que el independentismo sea lo más fuerte posible. Debilitarlo es laminar la posibilidades reales de hacer el referéndum que CSQP dice que se tiene que hacer. Obviamente, sus votos se contarán como votos no favorables a la independencia, cosa que erosionará la posición negociadora en fade la convocatoria ante las audiencias del Estado e internacionales. CSQP incurre en una “contradicción performativa” sobre el referéndum: defiende una posición que contradice aquello que afirma.
2) Programa social. El programa de CSQP es simplemente irrealizable en las condiciones institucionales actuales. No se puede llevar a cabo si sólo se pueden gestionar las miserias de la autonomía. Catalunya no dispone ni dispondrá de los recursos necesarios para hacerlo. Así de claro. Por otra parte, cada vez resulta más diáfano que por la “vía federalista” España nunca será federal de manera positiva para Catalunya. Según por qué modelo federal se optara –una cosa que todavía no han explicado nunca los federalistas– el resultado sería todavía peor que con el Estado de las autonomías.
3) ICV. Como persona que en el antifranquismo y la transición estuvo vinculada en el PSUC, siento decepción por el giro ideológico de los dirigentes actuales de ICV en relación con la cuestión nacional. Los valores de este partido siguen siendo válidos y convenientes, pero en esta cuestión su discurso y proyecto se han hecho antiguos. Ponerse a remolque de una organización españolista como Podemos –forjada en la admiración “democrática” hacia Venezuela– es perder el norte de lo que significa un proyecto progresista para Catalunya. Los líderes españoles de Podemos tienen un gran peso en la campaña catalana y pronuncian un discurso étnico que divide a los catalanes entre nacidos aquí o fuera, en un ataque directo a la línea de flotación de lo que fue el éxito político integrador del PSUC. No es que Podemos no sea “nueva política”, es que es paleosocialismo español con marketing populista de retórica etérea.
4) Actitud anti-Mas. Utilizarla como aglutinante es equivocarse de adversario. El gran problema actual del país no es Convergència ni Mas. El problema es el Estado español y sus posibilidades prácticamente nulas de ser transformado en términos de reconocimiento y de acomodación plurinacional. Evidentemente, es bien legítimo estar en desacuerdo con políticas realizadas por el Govern de CiU (recortes, seguidismo estricto de los dictados de la troika y del Gobierno central), aunque es bien dudoso que no hubiéramos tenido recortes si el Gobierno catalán hubiera sido dirigido por una coalición de izquierdas. Sin embargo, nadie puede negar que el actual presidente se ha puesto de manera inequívoca ante el proyecto independentista surgido de la ciudadanía, el proyecto de cambio más ambicioso de la historia del catalanismo político. Y si sigue incomodando votar la coalición donde se integran CDC y el presidente, aquí está la CUP como candidatura de izquierdas independentista.
La independencia es hoy sinónimo de cambio transformador hacia un país mejor y más seguro de él mismo, hacia un Estado con más bienestar, igualdad, eficiencia, riqueza y proyección en el mundo en todos los ámbitos. Hace falta estar a la altura del momento, ser ambicioso y pensar en términos de progreso práctico y no retórico. Si al final el independentismo no consigue la mayoría necesaria de escaños por unos pocos votos, CSQP habrá hecho un flaco favor al progreso social del país.
Ferran Requejo, catedrático de Ciencia Política en la UPF.

Joan A. Forès
Reflexions


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